El cuerpo encontrado en Siruela en noviembre es el del vecino de Garlitos desaparecido

El cuerpo sin vida encontrado a finales de noviembre en el paraje La Sierrilla del término municipal de Siruela es el de Juan Carlos Olaya Tejada, vecino de Garlitos que constaba como desaparecido en esa misma zona desde el pasado mes de enero. Así lo confirma la Guardia Civil.

Como viene informando HOY, el hallazgo del cadáver causó una honda conmoción en Garlitos, de donde faltaba Olaya desde comienzos de año.

El hallazgo fue realizado el pasado 17 de noviembre a unos dos kilómetros del casco urbano de Siruela, una localidad que apenas dista trece kilómetros de Garlitos, que tiene poco más de 500 habitantes. Ambas poblaciones están conectadas por las carreteras provinciales BA-136 y BA-128.

Confirman los vecinos que fue un domingo por la noche cuando un vecino localizó un cadáver en avanzado estado de descomposición en una zona en la que hay mucha vegetación. Por allí pasaron los perros de rastreo cuando buscaban al hombre desaparecido, pero no se localizó ningún cuerpo.

Olaya fue visto por última vez el 7 enero de este año, cuando salió a dar un paseo por la sierra con su pareja y otro hombre. Después, se le perdió la pista.

Sin embargo, quienes lo acompañaban ese día dijeron que pensaron en un primer momento que terminaría volviendo y no dieron la voz de alarma hasta 18 días de más tarde. Por eso, la denuncia de su desaparición no se interpuso formalmente hasta finales de ese mes, concretamente el día 25 de enero, según confirmaron a HOY fuentes de la Guardia Civil.

Fue entonces cuando se planificó un dispositivo de búsqueda en el que participaron los perros de rastreo de la Guardia Civil. Revisaron la zona en la que se le perdió el rastro pero no encontraron ninguna pista que condujera a él.

Juan Carlos era vecino de Garlitos aunque pasaba temporadas en el Risco, una pequeña localidad de 122 habitantes en la que residía su pareja. En el momento de su desaparición tenía 46 años, medía 1,70 de estatura, tenía pelo moreno y llevaba una barba canosa.

Todos los esfuerzos por localizarlo resultaron infructuosos y en Garlitos todos confiaban en que terminaría regresando. «Por eso nos ha impactado tanto saber que ha aparecido el cadáver justo en el lugar en el que lo estuvimos buscando», reconoció entonces José Álvaro Rodríguez, que es alcalde en Garlitos.

Por la información que ha llegado, el cadáver ya se encontraba en un avanzado estado de descomposición, en una situación esquelética, por lo que ha debido realizarse un análisis de ADN cotejando los restos hallados con los de sus familiares para saber si pertenecen al vecino desaparecido.

Cuando el cuerpo fue encontrado, el padre del desaparecido y sus dos hijos, que viven en Barcelona, viajaron de Garlitos para colaborar en los trabajos de identificación. Tenían la intención de permanecer en la localidad hasta que se averiguase si esos restos pertenecen a Juan Carlos Olalla, pero les explicaron que la identificación puede llevar un tiempo.

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