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¿Qué ha pasado hoy, 17 de abril, en Extremadura?
Julio, calles vacías y confinamiento estival. HOY
El 'cuñao' y la calor

El 'cuñao' y la calor

Al anochecer. Los familiares llaman desde el paseo marítimo y preguntan por la temperatura

Miércoles, 22 de julio 2020, 09:10

En estos días de julio, fase central del verano y etapa calurosa y agobiante en la que si baja la temperatura a 34 grados aplaudimos, nos lanzamos a la calle y en los medios se habla de ambiente refrescante y casi de ola de frío... En estos días en los que la alerta naranja se instala tan a gusto, permanente, inamovible y provocadora sobre las cuencas del Tajo, del Alagón y del Guadiana, en las Villuercas y en la llanura cacereña, en la Sierra de Montánchez, en la Siberia, en las Vegas Altas, en las Vegas Altas y en las vegas en general...

En estos días, hay un momento provocador y detestable en el que recibes a eso de las nueve de la noche, cuando llevas ocho horas encerrado en casa y no te atreves a asomar la patita, una llamada al móvil y es tu compañero de oficina, tu colega de futbito, tu cuñado encantador que se interesa por ti, justamente un martes de julio, a las nueve, con la calor inclemente castigándote y él, que nunca te llama, pues nada, te dice, que se ha acordado de ti, que cómo andas y tal... Y va preparando el terreno para hacerte la pregunta previsible y detestable, la pregunta maldita y provocadora que es la verdadera razón de su llamada: «¿Y cómo estáis de calor?».

Pero vamos a ver, queridísimo cuñado, naciste en Don Benito, vives desde hace 50 años en Don Benito, has pasado todos los veranos de tu vida en Don Benito, sabes por el HOY, que lees cada mañana en el chiringuito de la playa, que Don Benito marcó ayer la temperatura más alta de España, no te preocupas nunca por mí y justamente hoy, a las nueve de la noche, me llamas y me preguntas que si hace calor.

Pues claro que hace calor, capullo, qué va a hacer... Eso es lo que te gustaría responderle, pero en lugar de dar rienda suelta a tu desesperación, te comportas educadamente y le respondes que hace calor, sí, pero que dicen que mañana refrescará, que va a bajar la máxima de 39 a 36 y que a lo mejor, hasta se puede salir al patio de casa cuando anochezca y hasta podremos dormir con la ventana abierta sin que parezca la puerta del horno.

Es lo que está esperando tu cuñado, tu compañero de trabajo, tu colega de pachanga, que le describas tu sufrimiento para contarte, sin que tú le preguntes, que vaya hombre, que es una pena, que él, sin embargo, está en una terracita con un tinto de verano muy frío y unas gambas muy frescas, a 25 grados y que en el apartamento playero se duerme estupendamente y que dice tu hermana que a ver si venís a vernos un finde y a refrescaros.

Y entonces, el cuñado, el colega, el compañero... hace un alto en la conversación y explica a la concurrencia de la terracita marítima que la situación en Don Benito, en Coria o en Montijo es la que esperaban: «!Que dice mi «cuñao» que sí, que hace mucho calor, que no pueden salir ni al patio por la noche y que no se puede dormir!». Y escuchas un coro de madre mía, pobrecillos, diles que se vengan 'pacá', que esto es vida...

Y tú sigues disimulando educadamente y le deseas que siga disfrutando, mientras piensas que ojalá se coma una cabeza de gamba y coja una de esas diarreas que solo se curan bebiendo suero durante una semana y comiendo arroz blanco.

El calor... Quince días de julio metidos en casa, viviendo a medio gas, dando un paseo hasta las 12 y luego a encerrarse hasta la medianoche a ver si hay suerte y se puede salir al balcón. Somos expertos en resistencia y confinamiento estival desde hace siglos y soportamos el calor como héroes hasta que a las nueve llama el 'cuñao' desde la terracita, nos pregunta por el calor y saca lo peor de nosotros.

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