El sacerdote de Béjar acusado de agredir sexualmente a joven de 25 años ha quedado absuelto. El Juzgado de lo Penal número 2 de Salamanca deja libre de culpa al religioso de 60 años, que depende de la Diócesis de Plasencia. La jueza considera en ... su resolución -a la que ha tenido acceso este diario- que el 17 de junio del año pasado, el acusado, organizó una comida con otro cura, su sobrino y la pareja de este, y de su comportamiento no se deduce que hubiera delito sexual.
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Después del almuerzo, que tuvo lugar en el Hogar de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, el otro sacerdote se retiró a dormir la siesta, mientras su sobrino y la pareja de este acompañaron al cura a visitar la iglesia de Santa María, donde dio varios abrazos al joven denunciante, poniéndole la mano en el hombro.
Posteriormente, en la sacristía, le ayudó a colocarle la sotana -alba- que iban a llevar durante la celebración de la misa. En el juicio no resultó acreditado que el acusado tocara al varón en la cintura, nalgas y el interior de las piernas con ánimo libidinoso.
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El fallo del juzgado sentencia que los hechos probados no resultan constitutivos de una agresión sexual prevista en el artículo 178 del Código Penal, tras la reforma introducida por la Ley del Solo sí es Sí y su posterior modificación.
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Hay que recordar que la acusación particular y el Ministerio Fiscal fundamentaban la petición de pena por el delito de agresión sexual por supuestos tocamientos en las nalgas y la entrepierna, una conducta que no ha sido acreditada. El Ministerio Público solicitó una indemnización de 43 euros y la acusación una pena de un año de prisión, dos años de libertad vigilada e inhabilitación absoluta, además de la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la víctima.
El sacerdote investigado negó durante el juicio que los abrazos o tocamientos en el hombro durante el tour por la parroquia tuvieran algún contenido sexual, «sino que los realizó para ofrecer cercanía y confianza sin otra significación», negando en todo momento que hubiera entrelazado sus piernas con las del denunciante ni le hubiera tocado los glúteos.
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El religioso aseveró desconocer que los dos jóvenes fueran pareja, al tiempo que rechazó haber entrelazado o razado sus piernas durante la comida, explicando que la mesa en la que comieron era de 1,80 metros y estaban sentados cada uno a un extremo.
Según narró en la vista oral, al llegar al templo, el sobrino de su compañero le pidió subir a tocar el órgano, mientras él se quedó con el otro joven, mostrándole distintos elementos artísticos y espirituales de la iglesia, sin notar que su acompañante estuviera incómodo o le expresara malestar. En el visionado de las cámaras del templo quedaron acreditados los abrazos y tocamientos en el hombro.
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Una vez en la sacristía, le ayudó a colocarse una sotana, que le quedaba larga. «Le palpó el pecho y la cintura para ajustar el cíngulo, pero sin que en ningún momento le tocara los glúteos, o las partes anteriormente referidas como acto sexual», indica el fallo. Después los tres fueron a dar una vuelta y cuando se disponían a oficial misa con el otro sacerdote le comunicaron que el joven estaba indispuesto, sin conocer el motivo, y que resultó ser una crisis de ansiedad.
Tras conocer la noticia, la Diócesis de Plasencia ha emitido un comunicado en el que celebra la absolución del cura. La sentencia no es firme y contra ella cabe recurso contra la Audiencia Provincial de Salamanca.
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