lvaro Murillo, placentino de 29 años, ha pasado un año guardando sus zapatos de bailaor y sacando el ordenador, y al revés, apagando el ordenador ... y arrancando a taconear. Ante sus ojos ha desfilado ingente información científica sobre fibromialgia mientras él indagaba en cómo atenuar sus devastadores efectos. Murillo ha ido procesando esa literatura científica mientras de fondo escuchaba a Camarón. Al final, este extremeño que se graduó en 2017 en Ciencias del Deporte en la Universidad de Extremadura, ha sentado las bases para que esta enfermedad sea más llevadera. Su tesis doctoral concluye que el baile improvisado puede hacer bien a estos pacientes.
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La fibromialgia no tiene cura y es una afección que causa dolor en todo el cuerpo, problemas para dormir, fatiga y con frecuencia aflicción emocional y mental.
La tesis doctoral de Álvaro Murillo se titula 'Envejecimiento motor y cerebral en tareas duales con ejercicio físico, danza y ceratividad en personas con fibromialgia' (director Narcís Gusi Fuertes y coodirectores Santos Villafaina Domínguez y Daniel Collado Mateo). La defendió el pasado 30 de abril de manera académica y el 5 de mayo ofreció el espectáculo en el que está basada su tesis. Obtuvo sobresaliente cum laude.
Uno de los puntos de partida son estudios previos que han relacionado anomalías cerebrales en personas con fibromialgia con un envejecimiento cerebral acelerado. «Improvisar en movimientos del cuerpo permite una activación cerebral diferente que hacer danza repetitiva, ejercicios aeróbicos o de fuerza. No es solo que bailar sea más motivante sino que previene más el envejecimiento cerebral y permite hacer más actividad física porque la persona está más concentrada en la tarea», resume Murillo, que ha recopilado toda la información que había dispersa a nivel mundial sobre este tema.
Ahora espera que su estudio sea un punto de partida para trabajar con personas con fibromialgia, sobre la que a menudo surgen nuevos tratamientos sin medicación. Según explica en su tesis, el ejercicio físico es la terapia no farmacológica con mayor nivel de evidencia para reducir los síntomas de la fibromialgia, «pero la poca adherencia y la alta tasa de abandono del ejercicio físico son los principales desafíos de las intervenciones en personas con fibromialgia».
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El extremeño ha explorado el baile como terapia porque el flamenco es su pasión. «La danza implica habilidad motora pero también coordinación motora rítmica, expresión de emociones y afecto, exigencias cognitivas e interacción social (...) En alguna parte del estudio se analiza el flamenco, pero también el tango o la danza creativa en comparación con el zumba por ejemplo, ya que se incide en la danza creativa, no en la repetitiva. Por eso, al final estilos como el flamenco o el tango arrojan mejores beneficios (...) todavía no he hecho danza con personas con fibromialgia. Pero lo interesante es que se ha abierto este melón, el de introducir la danza como rehabilitación en esta población que no solo alcanza a las personas con fibromialgia sino también patologías como parkinson, dolor crónico y deterioro cognitivo en general».
Álvaro Murillo se graduó en la UEx en 2017 con el mejor expediente de su promoción. La universidad extremeña le propuso quedarse con un contrato predoctoral y que investigara. Tras conocer a gente que investigaba en el mismo laboratorio sobre fibromialgia y actividad física a través de realidad virtual él propuso una vuelta de tuerca. «Introduje la creatividad y la hipótesis de que esta previene el envejecimiento cerebral», cuenta.
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Y así, indagando sobre ello y recopilando todos los estudios sobre el tema, ha pasado cinco años como investigador que ha simultaneado con su carrera artística, en la que combina la danza contemporánea con el flamenco, como se puede ver en numerosos vídeos de 'You tube'. «No modernicé el baile flamenco –aclara– sino que me inicié en las dos disciplinas a la vez. Hasta ahora los puristas me toleran y me llevo bien con los artistas del mundo gitano, aunque disto bastante del flamenco más académico y me acerco más al baile independiente».
Su primer proyecto lo tituló 'Ocho kilómetros en mula', un espectáculo en la calle con un tablero portátil que todavía representa y que este verano llevará a Roma. Después hizo 'Flamencas', una coreografía que se estrenó en 2020 y que el año pasado entró en la red de teatro alternativo del Inaem (Instituto Nacional de Artes Escénicas y la Música). A continuación, su obra 'Flamenco futuro' fue producida por la fundación Paco de Lucía.
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Álvaro Murillo suele actuar en solitario, pero en ocasiones ha trabajado junto a la artista pacense Libertad Pozos, de Badajoz (espectáculo 'Migas con J') o la compañía Elbadulaque, de circo, flamenco y danza.
El 5 de mayo estrenó 'Dual', relacionada con su tesis doctoral junto al compositor de música Daniel Muñoz 'Artomático'. «Los sonidos corporales que genero él los transforma en música en directo y está conectada con la tesis por todos los constructos de la creatividad y la sintomatología de la enfermedad», señala Álvaro Murillo.
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Pero además de expresar sus ideas mediante coreografías que mezclan lo contemporáneo y lo flamenco Murillo también imparte talleres, lo que le lleva a explorar más allá desde el punto de vista de la creatividad. «En ellos incido en que cada persona encuentre su propio flamenco y lo aborde de manera no estereotipada. Los he impartido tanto a bailarines como a público no iniciado», dice este artista que espera ahora que el baile sane, como él intuyó algún día.
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