El desempleo extremeño se ceba con las mujeres en torno a 45 años y con los estudios obligatorios

Entre ellos, el mayor número de parados supera los 55 años y la gran parte carece de estudios medios o superiores.

Desde el punto de vista del empleo, Extremadura continúa arrastrando graves problemas. La estacionalidad que provoca un mercado de trabajo poco productivo y con poco peso de las actividades que generan un alto valor añadido conllevan unos perfiles laborales con bajas remuneraciones.

No solo eso, sino que las empresas no ven cubiertas las nuevas necesidades que requiere un mercado de trabajo en constante desarrollo. Sectores de gran importancia en la economía regional llevan años llamando la atención sobre la escasez de mano de obra y las dificultades que tienen para encontrar trabajadores, sobre todo perfiles con la cualificación que a día de hoy se pide en la construcción, la hostelería o los servicios de ingeniería.

El trabajador tipo extremeño es un hombre que ronda los 50 años de edad, únicamente con los estudios obligatorios completados y con empleo en actividades de servicios.

La franja de edad de 45 a 55 años es en la que más ocupados hay en la región y el sector terciario agrupa a tres de cada cuatro personas. En el caso de los hombres, más de 25% están empleados en el comercio y la hostelería.

El prototipo de mujer con trabajo es más joven, entre 35 y 44 años y con estudios superiores, y el 45% del total de ocupadas ejercen en el grupo que aúna administración pública, educación y actividades sanitarias.