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Estado de las obras en el centro sociosanitario de Mérida. J. M. ROMERO
El desigual ritmo de los nuevos sociosanitarios extremeños

El desigual ritmo de los nuevos sociosanitarios extremeños

Mientras las obras del complejo de Mérida superan ya el 16% de ejecución, en el centro placentino no han comenzado un año después de su adjudicación

Ana B. Hernández

Miércoles, 1 de mayo 2024, 21:00

Son construcciones consideradas esenciales en la región para el tratamiento de la enfermedad mental que se han quedado obsoletas. De ahí la apuesta de la administración por levantar nuevos edificios en los dos sociosanitarios extremeños, ubicados en Mérida y Plasencia.

Dos obras que, con una inversión de 32 millones de euros (plan operativo europeo 2021-2027), fueron adjudicadas hace un año a la misma empresa, Ferrovial, que ganó sendos concursos. Pero dos obras que hoy llevan un ritmo muy diferente.

Mientras los trabajos avanzan a buen ritmo en el complejo emeritense, en el placentino no han comenzado siquiera. Hasta el momento solo se han instalado las casetas de obras y se ha señalizado el espacio en el que se levantará el nuevo edificio.

Según detalla la Consejería de Salud y Servicios Sociales, en el caso del sociosanitario de la capital autonómica, el importe de adjudicación de las obras asciende a 11.708.667,61 euros y, a día de hoy, se han ejecutado 1.903.695,95 euros. «El 16,26% de la obra ya está ejecutada y se ha llevado a cabo sin incidencias reseñables».

Aunque el plazo de ejecución para ambas obras es de 24 meses, la situación del complejo placentino es bien diferente, porque las obras simplemente no han comenzado un año después de que fueran adjudicadas. «Su inicio se ha suspendido porque Iberdrola no ha retirado una torreta eléctrica de alta tensión, retirada con la que la empresa se comprometió para inicios de este año 2024, pero que finalmente no ha materializado», explica el departamento que dirige la consejera Sara García Espada.

«Por este motivo, se ha autorizado una modificación de la ubicación, dentro de los terrenos de los que dispone el centro sociosanitario, para salvar la incidencia de la referida torreta, estando actualmente a expensas de la autorización de la Confederación Hidrográfica del Tajo para poder retomar las obras». Con un presupuesto de adjudicación que Salud cifra en 9.730.270,51 euros, sigue sin haber fecha para el inicio de los trabajos en la capital del Jerte.

Más allá del nombre

En cada uno de los dos sociosanitarios está previsto que se levanten edificios para albergar unidades de larga y media estancia. En Mérida, ocupará una superficie de 7.575 metros cuadrados distribuidos en dos plantas, donde se ubicarán tres unidades de trastorno mental grave y una unidad de psicogeriatría. En la segunda planta, con más de 4.000 metros cuadrados, habrá tres unidades de salud mental.

En Plasencia, la nueva edificación, de 6.903 metros cuadrados, deberá contener una unidad de larga estancia y otra hospitalaria con una capacidad máxima para 30 personas. La inversión en ambos casos pretende no solo sustituir unos edificios que ya están obsoletos, pese a los parches realizados a lo largo de los años, sino hacer que estas construcciones se sumen a la nueva estrategia para tratar la salud mental, y conseguir que el cambio vaya más allá de la denominación.

Los trabajos no se han iniciado aún en el sociosanitario de Plasencia. DAVID PALMA

Primero fueron manicomios, después psiquiátricos y ahora centros sociosanitarios. Y la administración persigue que las visiones tan diferentes de la enfermedad que suponen esos nombres se materialicen también en los edificios que acogen a los pacientes. Con esa idea fueron diseñados por el anterior gobierno socialista.

«Apostamos por edificios versátiles, accesibles, con estructuras funcionales y respetuosas con la humanización de los espacios que ayuden a las personas en el proceso de curación», explicó el entonces director general de Salud Mental, Ignacio Torres Solís.

«Los centros actuales se levantaron en un momento en el que no se había roto el estigma de la enfermedad mental ni mucho menos. Por eso están en lugares apartados en las localidades, para tener a los pacientes alejados de la sociedad». Todo comenzó a cambiar «cuando pasamos del mito a a ciencia, cuando la enfermedad mental se empieza a ver como una cuestión estrictamente de salud; se investiga y los pacientes tienen una oportunidad de recuperación».

En la mejora de estos tratamientos, en los que los fármacos son solo ya una parte, se ha avanzado igualmente en los últimos años, de la misma manera que la sociedad normalizaba la enfermedad mental y el tabú comenzaba a romperse. Pero ahora se trata de ir más allá, con edificaciones adaptadas a las nuevas estrategias y, además, implementar en ellas un funcionamiento diferente que incluye la implicación del paciente en su proceso de recuperación.

Los centros sociosanitarios son los recursos a los que accede el paciente cuando, en líneas generales, su estancia en una unidad de hospitalización breve no es suficiente. Es en ese caso cuando continuará el proceso en una unidad de media estancia en el centro sociosanitario, durante un plazo recomendado de seis meses; si aún no se logra la recuperación, el paciente ingresará entonces en una unidad de larga estancia también en el sociosanitario y ya sin un plazo predeterminado.

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