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Del divino tesoro al diabólico contagio

Un modelo del riesgo de brotes pueden ser los botellones, por lo que los alcaldes tienen la responsabilidad de evitar futuros contagios

AGUSTÍN MUÑOZ SANZ | PROFESOR PATOLOGÍA INFECCIOSA. UEX

Viernes, 19 de junio 2020, 08:51

DESDE el origen de la pandemia se ha machacado a la opinión pública con las dianas de las personas mayores (riesgo de enfermar, mala evolución y muerte) y de los portadores de patologías asociadas. Una realidad epidemiológica incuestionable, pero peligrosa si se simplifica. Tras relajar las medidas de confinamiento, muchas personas no han seguido a rajatabla las necesarias y eficaces normas de protección (propia y para los demás: mascarillas, distancia física, evitar aglomeraciones, lavado de manos). Es frecuente y universal ver masas humanas abarrotando espacios de ocio y de esparcimiento sin la adecuada protección. Un modelo del riesgo de brotes pueden ser los botellones, práctica social cuyos beneficios para la salud no han sido científicamente probados.

Hace un par de días, Japón (tal vez el país que mejor ha gestionado la pandemia) ha publicado un estudio importante de más de 3.000 casos de covid-19 (en un periodo breve). Hubo brotes epidémicos con más de 100 infectados en lugares sanitarios y en casas de acogida. Pero también en sitios de ocio juvenil (karaokes, bares, gimnasios, clubes de alterne), alguno con más de 30 casos secundarios. Se identificaron 61 brotes contagiosos: 30% en centros sanitarios, 16% en casas de mayores, 16% en bares/restaurantes, 13% en lugares de trabajo, 11% en eventos juveniles, 8% en gimnasios, 3% en ceremonias y 2% en aviones. Los nipones, tan rituales, no practican (creo) el botellón, pero identificaron a 22 sujetos jóvenes (20-29 años/27% y 30-39 años/29%) como fuente primaria de contagios. El 41% de estos casos fueron asintomáticos o presintomáticos (¡No se pase por alto este dato epidemiológico!: bombas infectantes). Concluyen alertando que «los pacientes con casos primarios de covid-19 (jóvenes) parecen transmitir el virus y generan brotes incluso en ausencia de síntomas respiratorios aparentes». Como medidas sugieren evitar las tres 'C': espacios cerrados con mala ventilación, estar cerca de contactos y los lugares concurridos. Respecto a los lugares concurridos, pensemos aquí, por ejemplo, en los hispánicos y populares botellones.

Las autoridades (alcaldes), con la colaboración de progenitores y docentes, tienen en sus manos y conciencias la grave responsabilidad de prevenir buena parte de los posibles futuros contagios: de los mayores (que pueden enfermar y morir) y de los propios jóvenes (que pueden contagiar, aunque no enfermen siempre). En España/Extremadura los centros sanitarios y las casas de mayores ya han pagado una cuota excesiva.

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