Prueba de la EBAU (ya no se llamará así) el pasado mes de junio en Badajoz. HOY

Docentes y alumnos de bachillerato a la espera del formato definitivo de la próxima PAU

Algunas comisiones de asignaturas no se han activado hasta esta semana mientras que muchos docentes reconocen estar desorientados de cara a enfocar el curso

Miércoles, 2 de octubre 2024, 07:31

Quienes estén cursando segundo de Bachillerato se juegan en junio parte de su futuro y este año andan más nerviosos de la cuenta. Se debe a que aún no está trazado el camino definitivo hasta ese examen. La prueba de acceso a la universidad, la ... vieja Selectividad, hasta ahora llamada EBAU y que vuelve a denominarse PAU, va a sufrir cambios porque doce comunidades gobernadas por el PP, entre ellas Extremadura, acordaron hacer una prueba común en 2025. El problema es que, con las clases empezadas hace ya tres semanas, no se conoce aún el formato de examen ni los criterios de corrección definitivos, lo que está causando incertidumbre entre el alumnado y sus profesores, reconocen algunos docentes.

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«Todavía hay cosas que están en el aire, hay mucho por hacer. Esperamos ir sabiendo un poco más. Solo se sabe que los exámenes tendrán un enfoque más de competencia que de contenidos, pero no sabemos la estructura de las pruebas. Estamos a la espera de reuniones que habrá en las próximas semanas», decía el viernes pasado un director de instituto.

Hasta este lunes no se ha sabido la fecha de las pruebas, que por fin coinciden en toda España y serán el 3, 4 y 5 de junio. Y aunque en algunas asignaturas, como Inglés, Química o Historia de la Filosofía, acaban de darle algunas pistas a los profesores esta misma semana, en otras materias como Matemáticas, Griego, Historia del Arte o Lengua siguen a verlas venir y esperan tener la primera toma de contacto la semana que viene.

«En mi instituto hay un par de asignaturas a cuyos profesores sí los han convocado, pero en Matemáticas no. No sabemos cómo será la prueba, qué porcentaje son preguntas abiertas o cerradas. En Galicia ya se ha hecho este trabajo, pero en Extremadura y otras comunidades no. Y nos asusta un poco. Los profesores estamos un poco perdidos y esto a los niños les supone un estrés adicional tremendo», comenta un profesor de Matemáticas.

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Y es que, prosigue este docente ahora se espera que haya que abarcar todo el temario cuando desde la pandemia ponían diez preguntas y elegías cinco. «Será todo más exigente y estamos preocupados. Se juegan mucho y aún no tenemos ni modelos de examen», se quejaba otro profesor de Matemáticas II, la correspondiente al Bachillerato Científico Tecnológico.

«Si desde arriba no te dicen qué modelo van a poner, los profesores vamos a ciegas»

José Muñiz

Profesor de Lengua

Al estilo del informe Pisa, la principal novedad en la PAU (Prueba de Acceso a la Universidad) es que habrá que memorizar menos y aplicar más los conocimientos a la vida real. Pero este cambio encierra infinidad de matices a la hora de diseñar la prueba. «Solo ha habido una reunión de rectores para acordar unos mínimos», revela un profesor sobre este nuevo modelo que reduce en gran medida una optatividad por la que estudiando la mitad del temario se podía aprobar, lo cual ya no será posible.

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Otro hándicap este curso, apuntan los docentes consultados, es que no existen referencias de exámenes anteriores, que son los que se suelen usar durante las clases de segundo de Bachillerato para trabajar con ejemplos reales de cara a la prueba de acceso de la universidad. Si a esto le añadimos que las autoridades educativas dan por finalizada una especie de tregua por la que rebajaron la dificultad de las preguntas debido a las carencias formativas provocadas por el confinamiento de 2020, el ambiente en algunas aulas de segundo de Bachillerato está más tenso que nunca.

Claudia, alumna en Badajoz, no lo lleva mal, pero decía a este diario que su profesor de Filosofía estaba «indignado» por tener que empezar el curso sin apenas información. Aunque por lo que otros les han contado, ella no cree que sea para tanto. «Hay un poco de todo, hay gente que está muy nerviosa por lo que pueda pasar y porque no tenemos exámenes de otros años. Yo le tengo miedo porque nunca lo he hecho, pero por otro lado estoy tranquila porque nos han dicho que el cambio no va a ser al cien por cien sino de forma progresiva; y los correctores serán buenos por ser el primer año. Además, si bajan las notas de corte bajan para todo el mundo», razona esta adolescente que quiere estudiar Derecho y Criminología.

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«Es un examen decisivo»

Para entrar en situación hay que saber que el marco de la nueva prueba, repartida en tres días, lo ha establecido ya el Ministerio. Sin embargo, las regiones del PP y las universidades deben terminar de afinar cómo será la nueva PAU y llegar a un consenso. Con los alumnos ya en las aulas no existe ni un borrador.

Pedro Centeno, profesor de inglés en segundo de bachillerato, dice que cuanto antes sepan cómo es la prueba de acceso a la universidad mejor podrán impartir las clases. «Es un examen decisivo y tenemos que saber qué les van a pedir a los alumnos. Un año al coordinador se le ocurrió cambiar el formato en marzo y aquello fue un palo en la rueda gordísimo. La indignación fue mayúscula. Lo normal es que se sepa a principios de curso». Precisamente este lunes por la tarde, anteayer, hubo una videoconferencia en la que esperaba ser informado sobre las características del examen de inglés. En cuanto terminó la reunión reconoció que, aunque no hay nada firme aún, fue «muy aclaratoria».

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«Cuando la comisión sea permanente nos mantendrán al tanto, pero no hay nada definitivo aún»

Pedro Centeno

Profesor de Inglés

«Quitan una pregunta de transformación gramatical y entra otra de mediación donde se pone en situación al alumno. Otras preguntas cambiarán de formato y solo habrá un texto en vez de dos. Eso nos han dicho, pero se va a constituir una comisión como todos los años y cuando sea permanente nos mantendrán al tanto porque no hay nada definitivo aún», explica.

Por otro lado, esperaba que para esta semana o la siguiente estuvieran preparados algunos modelos de examen con los que trabajar en el aula. En cualquier caso, decía este profesor de inglés, «habrá cambios pero no suponen una revolución». En cuanto a la posibilidad por ser algo competencial de que se introdujeran exámenes orales o pruebas de escucha ('listening') esto se ha descartado, supone que por cuestiones de logística. «Ahora falta por ver cómo se cristaliza lo que nos acaban de avanzar y que lo pongan negro sobre blanco».

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«No se ha concretado nada»

José Muñiz es profesor de Lengua y Literatura en el Instituto Domingo Cáceres de Badajoz. Ya ha empezado a preparar a sus alumnos de segundo de Bachillerato. Sabe que, además de unificar las pruebas en toda España, «se busca un aprendizaje competencial al final de Secundaria, y eso implica en casi todas las regiones cambiar el modelo de examen, sobre todo en Literatura», apunta. En esta materia cuyo modelo de examen él conoce bien había tres problemas de base, la cual espera sea corregida. «Hay una inercia de muchos años de preguntar texto, gramática y sintaxis de una manera en la que los alumnos prácticamente 'vomitan' lo que saben». Y pone algunos ejemplos de lo que puede ocurrir en junio de 2025. «Pío Baroja habla en un texto de la angustia de principios de siglo y los males de España, pues se supone que en el nuevo tipo de examen pedirán al alumno relacionarlo con la situación actual. Es decir, trasladarlo a día de hoy. O en lo referente a sintaxis ya no te pedirán subrayar y ya está. A lo mejor ahora en vez de hacer una raya para señalar el complemento directo hay que explicar por qué es complemento directo».

«Hay gente nerviosa porque no tenemos los exámenes de otros años»

Claudia

Alumna de 2º de Bachillerato

En su opinión, hay muchos docentes que no se actualizan por edad o por otras razones a los que les va a costar el cambio. En general, cree que urge tener ya algunas directrices, ya que calcula que más de la mitad de la responsabilidad en el modelo de los exámenes recae en las comunidades. «No se ha concretado nada. Si desde arriba no te dicen qué modelo de examen van a poner, en el curso vas un poco a ciegas», expone Muñiz. «Al final nos buscamos la vida los últimos del eslabón, que somos los profesores. Con que nos lo digan en octubre nos damos con un canto en los dientes», zanja este docente.

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Comisión Junta/UEx

Entre muchos docentes extremeños la sensación es que ya van tarde en el diseño de la nueva PAU. Preguntada la Junta, desde la Consejería de Educación se limitan a responder que están en ello. «Se está trabajando en ese modelo común, en el marco de la comisión organizadora, que es una comisión mixta presidida por la UEx y de la que forma parte la Consejería de Educación».

Preguntada la Universidad, ni contestan al respecto. Este diario ha accedido a mensajes del pasado 20 de septiembre, con el curso ya empezado, donde desde la UEx se decía a los directores de institutos que «las coordinaciones específicas ya pueden empezar a convocar las primeras reuniones para constituir las primeras comisiones permanentes» de cara a poder informar a los profesores. En otro párrafo se reconocía que el borrador de la Orden autonómica que regulará las pruebas aún no está listo. No obstante, solo Galicia tiene hecho el trabajo.

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De momento, a nivel regional hay que terminar de formar comisiones y solo algunos profesores, y por extensión sus alumnos, tienen las primeras pistas desde esta semana sobre ese único formato de examen en España –que no mismas preguntas porque los curriculums son diferentes– para que no haya suspicacias sobre en qué comunidades es más sencilla o más complicada la prueba.

HOY

Ortografía, coherencia, porcentajes... lo que se sabe del nuevo examen

Habrá un enfoque más competencial y menos memorístico, y también se rebajará la posibilidad de elegir qué responder y qué descartar, lo que implica dominar un rango más amplio del temario. Aunque el tipo de examen y los criterios de corrección están por concretar, ya hay detalles que se conocen de la nueva prueba de acceso a la universidad (PAU). Algunos se acordaron en junio en un Consejo de Ministros para armonizar los exámenes a nivel nacional, respetando las competencias autonómicas de Educación. Otros forman parte del primer borrador salido de la conferencia de rectores celebrada a finales de septiembre.

En cuanto al formato de las preguntas, la 'Selectividad' de 2025 apuesta por una combinación de preguntas cerradas, semiconstruidas y abiertas. Estas se contextualizarán en entornos artísticas, científicos, humanísticos y tecnológicos próximos a la vida del alumnado. Las preguntas cerradas no podrán superar el 30% en la puntuación total. El objetivo del cambio es fomentar una evaluación más completa y profunda, que no solo mida la memorización de contenidos, sino también la capacidad de aplicar conocimientos y pensar críticamente.

Habrá cuatro pruebas principales: Lengua y Literatura II, Lengua Extranjera II, la materia específica obligatoria de la modalidad cursada y de Historia de España o de la Filosofía), en el caso de las comunidades sin lengua cooficial.

Además, quienes deseen mejorar su nota de admisión podrán examinarse de hasta tres materias más a elegir por el alumno y distintas a las de la fase de acceso, que podrán ser de modalidad, cursadas o no, y la materia común no realizada en la fase de acceso (Historia de España o de la Filosofía). Entre esas asignaturas adicionales están Biología, Física, Química, Geografía, Historia del Arte, Economía de la Empresa, Literatura Universal y Lenguas extranjeras.

Los criterios de corrección también se quieren actualizar, pero aún no se ha consensuado. Solo se sabe que atenderán a cuestiones como la coherencia entendida como la capacidad de estructurar las respuestas de manera lógica y fluida; el uso correcto de la gramática y el vocabulario; y una cuestión que ha puesto muy nerviosos a los implicados, la precisión ortográfica, sin que sepa aún cuánto penalizará cada falta.

Lo que sí se sabe, establecido desde el Ministerio, es que todo lo anterior –coherencia, cohesión y corrección– supondrá al menos el 10% de la calificación de cada pregunta o tarea que implique la redacción de un texto.

En las calificaciones no hay cambio. La nota se calculará haciendo la media aritmética de cada ejercicio. En la fase obligatoria será un valor entre 0 y 10 puntos con tres cifras decimales y la nota mínima un 4. Según el primer borrador, para aspirar a la calificación máxima de 14 puntos los estudiantes deberán responder correctamente a cuestiones que cubrirían entre el 75% y el 80% del temario de cada asignatura, no como en los últimos cursos, en los que se daba a elegir entre dos modelos de examen. La nota de acceso a la universidad se calcula sumando el 60% de la nota media normalizada de Bachillerato y el 40% de la calificación de la prueba de acceso. También tendrá un valor de 0 a 10 con tres decimales y la mínima necesaria será un 5.

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