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¿Qué ha pasado hoy, 23 de febrero, en Extremadura?
Alumnos de segundo de Bachillerato del IES Maestro Domingo Cáceres de Badajoz. José Vicente Arnelas
Educación: un sector inmune a la desescalada

Educación: un sector inmune a la desescalada

Hasta septiembre. A pesar de que van activándose todas las piezas de la economía la escuela ha preferido no arriesgarse y evitar la vuelta general del alumnado a las aulas

Viernes, 12 de junio 2020, 08:05

Como un gigante que se despierta de un sueño todas las piezas del engranaje económico han ido poniéndose en marcha, desperezándose tras las férreas medidas adoptadas para luchar contra el virus. Los diferentes sectores han ido volviendo a la normalidad mientras el educativo se ha aferrado a la fórmula 'online' y solo ha ejecutado una leve desescalada para los alumnos de instituto que voluntariamente necesitaran ir a aclarar dudas antes de la selectividad.

En Extremadura la decisión de no recuperar las clases presenciales se tomó en consejo de Gobierno el 15 de mayo. Pese a que primero se había dicho que podrían incorporarse los niños de Infantil y posteriormente también se valoró que pudieran hacerlo los de Primaria a partir de la fase 2 (25 de mayo) finalmente se optó por mantener al alumnado en casa y terminar el curso tirando de fórmulas digitales. El presidente Fernández Vara llegó a plantearse una vuelta escalonada en función de los índices de contagio. Los sindicatos del sector mostraron su oposición a una vuelta generalizada a las aulas basándose en la seguridad sanitaria y en la imposibilidad de los docentes de planificar.

¿Podría haberse dado una desescalada más acorde con el ritmo que han adoptado otros sectores? ¿Se ha dado la misma importancia a la Educación que a ámbitos como la hostelería, el turismo o la industria? La respuesta varía en función de a quién se pregunte, contraponiéndose en el debate términos como la seguridad sanitaria y el derecho a la educación.

Para la Consejería de Educación la decisión de no retomar el curso de manera presencial se debe a «criterios sanitarios y de seguridad e higiene, siempre conforme a lo acordado en la Conferencia Sectorial de Educación entre el Gobierno central y las comunidades autónomas». La Consejería defiende que la actividad lectiva no ha cesado. «Desde que se decretó el estado de alarma, esta se ha seguido desarrollándose en su modalidad 'online', gracias al gran esfuerzo realizado por el profesorado y por las familias que han apoyado al alumnado en sus casas».

Benito Almirante, médico del Hospital Vall d'Hebron

«Hubiera sido una forma de probar qué pasará en septiembre»

¿Hay más peligro de transmisión en un colegio que en otro ámbito? El jefe de Servicios de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, el montijano Benito Almirante es tajante: no. «En principio los niños no tienen un problema especial por ir o por no ir al colegio, porque tienen muchísimo menos riesgo de infección que los adultos y la infección que tienen es poco sintomática». Es más delicado el asunto de los maestros, apunta este facultativo. «Pero si nos vamos al ámbito sanitario también hay mucho contacto y por eso no hemos dejado de trabajar presencialmente, se podría haber adelantado la vuelta al colegio, en España se ha sido muy conservador en general». Haber regresado a las aulas «no hubiera conllevado un riesgo importante y hubiera sido una forma de probar qué pasará en septiembre, se ha perdido una oportunidad».

Andrés Talavero, director del IES Universidad Laboral de Cáceres

«Haber vuelto en junio sería forzar la situación»

Andrés Talavero dirige el mastodóntico instituto Universidad Laboral de Cáceres, por donde pasan más de 1.500 personas entre alumnos de ESO, Bachillerato y Formación Profesional, profesores y personal no docente. Cuenta además con residencia de estudiantes . «Nosotros desde que hemos podido hacer clases presenciales las hemos hecho, este centro es muy grande y los espacios nos permiten reunirnos, las clases han funcionado bien, pero hay docentes con cierto temor», indica. «No estábamos preparados para una vuelta en junio, sería forzar una situación académica para 15 días de clase». Para él lo importante no es tanto que se retomaran las clases ahora sino preparar la vuelta en septiembre. «Mascarillas podemos llevar, lo de las distancias es complicado y el centro no es el aula, hay que controlar el movimiento por distintas zonas».

Margarita Calvo, profesora del colegio La Asunción de Cáceres

«Recuperar las clases para unos pocos días suponía un riesgo enorme»

Margarita Calvo es profesora en el colegio concertado 'La Asunción' (Josefinas) de Cáceres y asume que su opinión está divida. «No creo que hubiera sido sensato retomar la clases presenciales para unos pocos días, era un riesgo enorme y me parece un insulto al gran esfuerzo que han hecho todas las familias para conectarse, para trabajar, para que sus hijos mejorasen», afirma su lado prudente. Pero reconoce que echa de menos al alumnado, verles las caras y «hacer más humano todo esto, que es lo que nos ha faltado, aunque lo hemos suplido con videoconferencias». Calvo no obvia la situación complicada para las familias. «Los padres de mis alumnos me han contado que han tenido que dejar a los niños en condiciones que no son las ideales».

Isidro Palacios, director del IES Maestro Domingo Cáceres de Badajoz

«Es sintomático que pensemos en el turismo y la industria y no en la educación»

«Creo que se tendría que haber abierto un debate y haber intentado la vuelta a los centros en el final de este curso. Es sintomático que pensemos en el turismo y en la industria y no en la educación», defiende Isidro Palacios, director del IES Maestro Domingo Cáceres de Badajoz. Entre otras claves intuye que la comunidad educativa asumió las instrucciones dadas, en pleno pico de la pandemia, de que el curso terminaría 'online' y no se ha alzado la voz pese a que la situación ha mejorado. «También ha podido influir –añade– que lo hayan tratado de consensuar con los sindicatos de profesores y estudiantes y hayan encontrado bastantes reticencias y no hayan dado el paso». Hay un tercer factor que también maneja: el miedo de las familias, que ha podido pesar a la hora de que el Gobierno «no les obligara a mandar a sus hijos a los centros educativos, cuando el mensaje que se ha lanzado es que eran los grandes propagadores de la pandemia».

Eugenio Mangas, director del colegio Santo Tomás de Aquino de Badajoz

«Es momento de recapacitar y reinventar una escuela nueva»

Eugenio Mangas está al frente del colegio Santo Tomás de Aquino. En su opinión, lo importante ahora es prepararse para volver en septiembre. «Habría sido posible reanudar el curso ahora, pero en un mes creo que nos habría costado mucho adaptar a los niños al ritmo presencial. No creo que por rendimiento hubiese valido la pena». En su centro hay cuatro alumnos que sí han retomado el curso, dos son de un aula TEA y los otros dos, alumnos que han tenido muchos problemas para acceder a internet. Esta, dice, es la gran urgencia del Estado: «Tienen que garantizarle la conectividad a las familias. La mayoría tiene un móvil con datos limitados y cuando se les acaba ya no tienen más». Mangas cree que ha imperado la prudencia en la educación a la hora de no incluirla en la desescalada. Para él, «es momento de recapacitar, reprogramar y reinventar una escuela diferente».

José Luis Casado, presidente de Freampa

«Deberían haber vuelto a clase los niños con mayores dificultades»

Precisamente los padres son los que han asumido una buena parte del peso de la escuela a distancia. José Luis Casado preside Freampa, la federación extremeña de asociaciones de madres y padres. «Cuando después de la reunión sectorial del 15 de mayo se plantea la vuelta a las aulas bajo unas condiciones a nosotros nos parece lo adecuado, si Sanidad autoriza las vuelta a las aulas, igual que se autoriza la vuelta a las terrazas u otras actividades, nosotros consideramos que se puede hacer, el colegio no es un foco de contagio más grande de lo que es una terraza, y aceptamos que se abran estas pero no los colegios».

Para Casado, la forma en la que unos pocos alumnos han regresado a las aulas, de manera voluntaria y para aclarar dudas, no es la mejor opción. «Nosotros habíamos propuesto que volviesen a los centros, bajo petición de equipos docentes, aquellos que tenían más dificultades en seguir la enseñanza 'online', los más vulnerable». Analizando los hechos Casado destaca la negativa de los sindicatos docentes a volver a las clases presenciales por considerar que no había condiciones sanitarias. «Nosotros primábamos la parte de la conciliación, aunque deberíamos hablar de corresponsabilidad, que obliga a la Administración, a las empresas y a las familias a hacer las cosas de forma común, porque con la natalidad que tenemos no podemos decirle a las familias que se las apañen como pueden si tienen niños». Considera que se debería haber trabajado en esa vuelta a las aulas, para evitar una desconexión que se va a prolongar seis meses.

María Jesús Bueno, madre de dos niñas de 7 años

«Los sindicatos han obviado la situación de las familias y de los niños»

María Jesús Bueno, con dos niñas de siete años, apoya firmemente la necesidad de una vuelta a las aulas. «La educación es un derecho y los niños y las niñas hubieran tenido que volver al colegio en cuanto se hubieran dado las mínimas condiciones, los sindicatos se han movilizado para que no se hiciera, obviando la situación de las familias y de los niños», explica. Para ella «hubiera sido una forma de recuperar en parte los daños psicológicos producidos por el corte de las clases de forma brusca, podían haber tenido la opción de despedirse».

Ana Elisa Núñez, madre de un niño de 11 años y una niña de 9

«Volver a clase supondría una gran cantidad de personas en la calle»

Ana Elisa Núñez, madre de un hijo de 11 años y una hija de 9, piensa que el confinamiento ha sido clave, la mejor fórmula para evitar que se propague la pandemia. «Ha salvado vidas, por eso lo mejor y más sensato ha sido que los niños permanezcan en casa, por la dificultad de adaptar los centros y por la cantidad de movimiento de personas en la calle que supone la rutina del cole día a día», explica.

Andrea Navarro, alumna del IES Zurbarán de Badajoz

«Se han preocupado más de abrir los bares que el instituto»

Andrea Navarro es alumna de primero de Bachillerato en el IES Zurbarán de Badajoz. Al no optar a título, no ha tenido opción de volver al instituto este curso. Pese a ello, considera que habría sido innecesario. «Las clases 'online' me han servido para resolver todas las dudas. Si ya vamos a tener dificultades en septiembre para volver, ahora habría sido un caos».

Intuye que les espera una vuelta dura. «Hay temario que no hemos terminado y que tendrán que dárnoslo en las primeras semanas de septiembre. Creo que va a ser un poco agobiante».

Le sorprende que todo esté abierto menos los centros educativos. «Se han preocupado más de abrir los bares que el instituto, cuando son sitios que también frecuentan muchos jóvenes».

Carlos Pajuelo, psicólogo

«La educación también es un sector económico»

¿Podrían los niños y adolescentes asumir normas de distanciamiento en la escuela? El psicólogo Carlos Pajuelo estima que «los niños han demostrado que han podido estar confinados cuando nadie dábamos un duro por ello, y la inmensa mayoría lo ha llevado bien». Él cree que puede haber dificultades en organizar los espacios, pero confía en esa adaptación, y que las nuevas normas configuren una forma inédita de relacionarse y jugar. «La escuela presencial es necesaria, pero a los niños se les han considerado como una especie de bombas contagiadoras», explica. «Se ha considerado que para el tiempo que quedaba era mejor que no volvieran, pero si se hubiera dicho que volvían, hubieran podido volver sin problemas». La falta de claridad sobre el peligro que podía entrañar la vuelta a las clases está detrás también de esa congelación de la actividad presencial, a juicio de Pajuelo. Y, de fondo, una cierta infravaloración de la educación como sector económico. «Hemos hablado constantemente sobre abrir las cafeterías, pero la educación también es economía, cuánto mejor sea nuestro sector educativo mejor va a ser el nivel productivo de un país».

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