«Cuando mi empresa me ponga en la calle, me iré a Extremadura»

–Tiene una finca en Talarrubias. En 2016 dijo que sembraría olivos y almendros.

–No los he sembrado, pero he montado un hotel rural. Empecé con dos empleos y ahora tenemos ocho. Tengo otros proyectos, de los que es prematuro hablar, con los que espero crear una decena de empleos más. Tendré impacto positivo en la economía rural, que es lo que quiero.

–¿Piensa jubilarse aquí?

–Yo no pertenezco al mundo empresarial madrileño. Cualquier día el consejo de administración de mi empresa me pondrá en la calle y cuando eso ocurra mi intención, y también la de mi mujer, que es madrileña, es instalarnos en Extremadura.

–Usted es del Barcelona hasta el tuétano. ¿Se ha resentido su pasión culé con el 'procés'?

–Pues sí. Lo he sufrido muchísimo. El nacionalismo es más que un error. No tenía sentido ni en el siglo XIX. A la gente se le caldea la cabeza por inducción política. Es el político el que crea esa demanda. Ha ocurrido con el 'procés'.

–Aunque desencantado con el Barça, imagino que habrá vivido con mucha amargura el 2-8 del Bayern.

–La verdad es que esperaba que un desastre tenía que llegar. El Barça es hoy como un ex-boxeador sonado que tuvo prestigio y al que es difícil sustraerse a la tentación de darle una buena paliza. Pero también es una oportunidad para crear un equipo nuevo que corra.