Llenar el depósito de combustible de un turismo en Extremadura es unos 16 euros más caro que hace un año. Si la comparativa se ... hace con los meses de confinamiento de 2020, el coste para un tanque medio de 50 litros se ha incrementado hasta en 25 euros. «Le gano unos 20 euros menos a cada depósito», simplifica José Luis Calle lo que para él supone la evolución de los precios de las últimas semanas. «El año pasado llenaba el coche con 33 y ahora lo hago con 50 euros», resume.
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Es taxista y el encarecimiento de los combustibles hace mucho daño a su economía. En una situación similar están muchos otros profesionales: los transportistas, por ejemplo. «Los precios hacen inasumibles los transportes de mercancías y de personas», señala Alonso Sánchez, secretario general de Asemtraex, la asociación de transportistas de la región.
Pero este encarecimiento también afecta a los particulares. A quienes tienen que utilizar el coche para ir a trabajar o para cualquier otro desplazamiento de su vida cotidiana.
Antonio Casilda
Gerente de Alqueva Logística
José Luis Calle
Taxista
Esta semana, con el diésel a 1,488 euros por litro y la gasolina 95 a 1,585, según las medias de precio que publica diariamente el Ministerio de Transición Ecológica para Extremadura, los precios de los carburantes están un 29,4% y un 25,8% más caros, respectivamente, que hace un año. Y es que en la mismas fechas de 2021 el gasóleo A marcó un máximo de 1,15 euros y la gasolina de 1,26, según el histórico estadístico que maneja el Ministerio.
Para los transportistas esto hunde la rentabilidad de sus viajes. «Significa que el gasto en combustible suponga la mitad de lo que cobramos por un transporte», aporta Sánchez, que dice que para ser rentable debería ser de un tercio. «Un traíler de 40 toneladas debería cobrar por kilómetro de transporte entre 1,22 y 1,25 euros y estamos cobrando 0,96 de media, son precios sin IVA», asegura Antonio Casilda, gerente de Alqueva Logística, empresa que se dedica al transporte de mercancías, al almacenaje y es operadora logística.
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«Ninguna empresa puede asumir estos costes», apostilla el presidente de Asemtraex, que remarca que «la experiencia nos dice que los incrementos en el precio del petróleo se trasladan a los consumidores, pero luego no sucede lo mismo con la bajada, por lo que lo que esperamos es que se estabilice el barril Brent para que no suba más la gasolina».
16,90 se ha encarecido en un año llenar de diésel un depósito de 50 litros
16,25 más cuesta un tanque de gasolina de un turismo ahora que en febrero del año pasado
Con el encarecimiento que han experimentado los carburantes –solo en lo que va de año el diésel ha subido doce céntimos por litro, un 9%– los márgenes se están reduciendo mucho para las empresas de transporte. Esto también genera problemas de liquidez. «Yo pago la gasolina todos los meses y los camiones más modernos consumen 28 litros a los cien kilómetros, pero cobro a 60 días; cuando llegamos a esas situaciones es necesario tener un remanente», relata el gerente de Alqueva Logística.
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Casilda, al tener una flota de vehículos –«acabaremos el año con trece», avanza– y depósitos que superan los 1.000 litros cada uno, puede negociar un precio con la gasolinera donde reposta siempre y así rebajar un poco el precio. «Nosotros vamos apretados, pero mucho peor lo tienen los camioneros autónomos, a los que está subida del gasoil hace mucho más daño», advierte.
La reducción de los costes es el objetivo para las empresas de transporte, porque subir las tarifas a los clientes es muy difícil en el corto plazo. «Vamos actualizando los precios, pero se hace muy poco a poco, por lo que es imposible compensar la subida del gasoil», afirma el gerente de Alqueva Logística.
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Alonso sánchez
Secretario general de Asemtraex
Francisco García
Presidente de la asociación de autoescuelas de la provincia de Cáceres
Un sector que ya ha repercutido el aumento del gasto en carburantes a sus clientes es el de las autoescuelas extremeñas. Las prácticas cuestan entre uno y dos euros más que hace unos meses en el conjunto de la región. «No es todo lo que se debiera para el precio al que están los carburantes», expone Francisco García, de la autoescuela García de Jarandilla de la Vera y presidente de la asociación de autoescuelas cacereña. En esta provincia, una práctica cuesta entre 27 y 35 euros.
Algo menor es el precio en la provincia de Badajoz, entre 23 y 26 euros, según confirma Pedro Paredes, propietario de una autoescuela en Don Benito y responsable de la asociación a nivel regional.
Por su parte, en la ciudad de Badajoz, con uno de los precios de las prácticas más reducidos de toda España, las autoescuelas ven el encarecimiento de los carburantes como un problema añadido que viene a dificultar más la rentabilidad de sus negocios, como confirma Cándido Rabazo, gerente de autoescuela Rabazo. Sin embargo, en la mayor localidad de Extremadura no se han modificado las tarifas al alza.
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Es una visión similar la que tiene el sector del transporte, en el que también hablan de incremento de los costes. «Se han encarecido los vehículos, los recambios, los neumáticos...», cita Casilda, que esta semana ha recibido un camión que compró hace ocho meses.
En las autoescuelas no se contempla el vehículo eléctrico como una solución para su negocio. «Si alguien se saca el carné en un coche automático, solo puede conducir coches automáticos», detalla Paredes. «Ni la autonomía de las baterías nos permiten dar clases todo el día ni hay suficientes puntos de recarga», apostilla en la misma línea García, que cree que las mejoras tecnológicas de los vehículos de combustión que favorecen que los consumos sean mucho más reducidos son, por el momento, la mejor opción para las autoescuelas. «Se están haciendo coches diésel que no llegan a los cinco litros de combustible consumidos a los cien kilómetros por ciudad y con todas las maniobras que debemos hacer con los alumnos», puntualiza.
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Tampoco creen los taxistas que una forma rentable para ellos de evitar los elevados costes de la gasolina sea apostar por la movilidad eléctrica. «Los tiempos de recarga son muy extensos y nos tocaría renunciar a hacer un viaje largo si ya llevamos moviéndonos todo el día por Badajoz porque no podemos hacer esperar a un cliente una hora para enchufar el coche durante un desplazamiento, por ejemplo, a Madrid», indica Calle.
Con poco optimismo miran al futuro inmediato los profesionales consultados. «La principal complicación es que los precios están subiendo constantemente y no es posible hacer planes para tu negocio», considera el dueño de la autoescuela García.
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Por su parte, los profesionales del transporte continúan reivindicando la posibilidad de que exista un gasóleo profesional a precios más reducidos. «Lo que hace ahora la Junta de Extremadura es devolver tres céntimos por litro una vez que se cierra el ejercicio», expone el secretario general de Asemtraex, que considera que es algo insuficiente. «No hay ninguna intención por parte de los políticos de buscar una solución», insiste.
En su opinión, los carburantes suponen una importante fuente de ingresos a la que la administración no está dispuesta a renunciar. «El 60% del precio son los impuestos y con el objetivo de emisiones cero se irá gravando cada vez más el uso de combustibles fósiles; pero ahora mismo no hay otra posibilidad para el transporte pesado de mercancías y de personas, porque la autonomía y el tiempo de carga de los vehículos eléctricos los hacen inviables para nosotros y la red ferroviaria no funciona», comenta Sánchez.
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Esa falta de alternativas para el transporte tradicional es según el responsable de Asemtraex el motivo principal para que el 82% de los viajeros y el 94% de las mercancías que se mueven en nuestro país lo hagan por carretera. «Tenemos que utilizar combustible sí o sí y tendremos que subir el precio del transporte y eso encarecerá las mercancías que pagamos todos», concluye Sánchez.
Los precios de los carburantes en Extremadura suelen ser siempre algo más reducidos que en Castilla y León y que en Castilla-La Mancha. Con la escalada actual se mantienen esas diferencias: actualmente la gasolina está 2,5 céntimos más cara en Castilla y León y 1,2 en la región castellanomanchega. Con el diésel, la diferencia es de 1,2 céntimos en ambos casos. Por el contrario, en comparación con Andalucía, el gasóleo cuesta 1,1 céntimos más en las gasolineras extremeñas, mientras que el precio de la gasolina es el mismo al cerrar la semana.
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