Enero de 2022. El consejero de Economía, Rafael España, conoce la gran escalinata y el patio donde se produjo la hecatombe animal. En ese mes la Junta ya es dueña de los terrenos del yacimiento del Turuñuelo tras culminar la expropiación. HOY

El enigma de Tarteso se descubre en Extremadura

El excepcional yacimiento arqueológico de Casas del Turuñuelo, en Guareña, acumula hallazgos determinantes para explicar la sociedad tartésica tras cinco años de excavaciones y tres de parón

Domingo, 23 de abril 2023

«Cuando vimos que los muros de adobe eran de casi tres metros tuvimos la certeza de que se trataba de un gran yacimiento». El arqueólogo Sebastián Celestino atisbó hace nueve años que Casas de Turuñuelo, en Guareña, iba a dar grandes titulares de prensa. ... Inmensas satisfacciones. En 2014 consiguió al frente de un equipo investigador que lidera junto a Esther Rodríguez hacer un sondeo en el prominente túmulo que asomaba desde hacía siglos en una parcela agraria en la que se sembraba arroz. Esta semana ha pasado a la historia de la arqueología por mostrar los relieves de cinco figuras humanas de la cultura tartésica. Del siglo V a. C., de 2.500 años de antigüedad.

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Son anteriores a la Dama de Elche. «Es algo extraordinario, único», subrayaba feliz Rodríguez el pasado martes, tras descubrir dos cajas que ocultaban los hallazgos: «Tiene la misma importancia que cuando se descubrió» a la gran dama ibera, remató.

Esculturas de rostros humanos encontradas en el yacimiento tartésico. HOY

El yacimiento tartésico de Casas del Turuñuelo acaba de poner rostro humano a una sociedad y a un cultura aún enigmáticas. Tarteso es el nombre con el que los griegos conocían a la que creyeron que fue la primera civilización de occidente, que comienza a formarse hacia el siglo IX antes de Cristo y termina en el siglo V. Ocupó el suroeste de la Península, entre las provincias de Cádiz, Huelva y Sevilla para recalar finalmente con fuerza en la de Badajoz.

El túmulo de Guareña es el imponente edificio construido en tierra considerado como el mejor conservado del Mediterráneo occidental. Conserva dos plantas constructivas, es decir, es posible caminar tanto por el piso superior como por el inferior. Su excelente estado de conservación permite aventurar nuevos y fabulosos hallazgos.

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«Nunca se había llegado a estudiar. Antes de hacer las primeras catas se decía incluso que era romano. Cuando tuvimos los primeros datos supimos que era tartésico y un gran yacimiento», incide pausado Celestino en conversación con HOY. El arqueólogo extremeño (nacido en Puebla de Alcocer, de padre de Cáceres y madre de Albalá), presentó el proyecto 'Construyendo Tarteso', logró financiación y gracias a ello estamos hablando hoy que una de las maravillas de la arqueología mundial está en Extremadura.

Gran escalinata y la hecatombe animal descubierta en 2017. HOY

Premio, dinero y problemas

A partir de 2015 se iniciaron las campañas de excavación e investigación gracias al dinero público tanto del Gobierno como la Junta de Extremadura (entre ambos componen el Instituto de Arqueología de Mérida, al que están adscrito los investigadores) y la Diputación Provincial de Badajoz.

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El Turuñuelo estaba en una finca privada. Sus dueños, extremeños residentes en Madrid. Tenían arrendado el terreno a unos agricultores. Cuando se iniciaron las excavaciones no hubo problema entre la Junta, que pagaba cada año un precio razonable por poder pisar y estudiar el yacimiento, y sus propietarios. Pero todo cambió a partir de 2018.

BREVE CRONONOLOGÍA

  • 2014 Se realiza un sondeo para evaluar el túmulo. Se concluye que se trata de un gran edificio.

  • 2015 Primera campaña de excavación. Se seguirá excavando hasta 2018.

  • 2017 Se descubre la hecatombe, el sacrificio masivo de animales y la gran escalinata de casi tres metros.

  • 2018 El proyecto 'Construyendo Tarteso' recibe el premio de la Fundación Palarq. Los dueños de los terrenos donde está el yacimiento impiden que se siga investigando.

  • 2021 La Junta lo declara Bien de Intéres Cultural y expropia el terreno tras no llegar a un acuerdo con los propietarios.

  • 2022 Se retoman las excavaciones.

Se había descubierto en 2017 una magnífica escalinata que conducía a un patio donde se halló la mayor hecatombe animal documentada de la protohistoria. El sacrificio de más de medio centenar de ejemplares fue impactante. Se hallaron huesos de 41 équidos. La mayoría caballos, pero también mulas y un asno, así como varias vacas, cerdos y un perro.

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Con este antecedente, ocurrió que a 'Construyendo Tarteso' le dieron en 2018 el Premio Nacional de Arqueología y Paleontología Fundación Palarq, tras imponerse a otras 24 candidaturas. Un galardón, dotado con 80.000 euros, que reconoce la excelencia y originalidad de proyectos arqueológicos o paleontológicos.

Los dueños de los terrenos del yacimiento decidieron elevar su precio de arriendo a la Junta. E impidieron a los arqueólogos seguir pisando el Turuñuelo. El Gobierno regional decidió intentar acordar la compra. En 2019 no se excavó nada y a finales de año parecía que había fumata blanca de compraventa. No fue así.

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La negociación con la Administración la llevó, en representación de los aún dueños, un despacho de abogados asentado en la madrileña calle Serrano. Fue imposible el acuerdo al final por unas pretensiones económicas muy elevadas de la parte privada. Se hizo una valoración de las tierras, 5.400 metros cuadrados de yacimiento más otros 7.500 de área de protección.

Sus propietarios pidieron 220.000 euros. Se negoció y se pactó en unos 165.000 euros. Los dueños frenaron definitivamente el acuerdo. La Junta decidió iniciar la expropiación en 2021. El coste para las arcas públicas, 27.000 euros, el justiprecio. Y Cultura declaró Casas de Turuñuelo como bien de interés cultural.

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Durante tres años, el yacimiento estuvo cubierto con una chapa y no hubo actividad alguna. En la primavera del año pasado volvieron los picos, las palas...y las sorpresas.

Casas del Turuñuelo ha sacado ya a la luz una gran escalinata; los pies de una escultura griega de mármol; un cuerpo humano que podría ser el centinela del edificio; sarcófagos/bañeras, piezas de bronce, restos de madera, esqueletos de animales... y ahora desconocidas hasta ahora esculturas humanas tartésicas. Lo mejor es que queda el 70% del espacio aún por excavar.

Esther Rodríguez y Sebastián Celestino, el pasado martes, en el yacimiento del Turuñuelo. HOY

Dos investigadores extremeños al frente del proyecto arqueológico

Sebastián Celestino Pérez, nacido en Puebla de Alcocer hace 65 años y Esther Rodríguez González, de Villanueva de la Serena y a punto de cumplir los 37 años, son los directores de la excavación y la investigación de Casas de Turuñuelo. Trabajaron junto por primera vez en Zalamea de la Serena, durante la investigación del yacimiento de Cerro Borreguero. Sebastián Celestino es investigador científico de la Agencia Estatal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) del Instituto de Arqueología de Mérida, desde 2013. Es doctor en Historia por la Universidad Autónoma de Madrid (1993) y impartió allí clases durante unos años antes de recalar en Mérida. Mientras, Esther Rodríguez es licenciada en Historia por la Universidad de Sevilla y doctora por la Universidad Autónoma de Madrid por su tesis 'El reflejo de Tarteso en la periferia del Guadiana'. Su director de tesis fue precisamente Celestino.

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