«Lo mejor es que no le ha pasada nada a nadie». Piedad Rodríguez, alcaldesa de Ribera del Fresno, mira desolada uno de los entornos que con más cariño pisan casi a diario los ribereños. Es la finca donde se encuentra el conocido como Pozo de San Juan Macías, el santo de Ribera que es venerado singularmente en Perú y que para los creyentes hizo su primer milagro en un paraje que hoy aparece lleno de barro y con el asfalto de su zona central totalmente levantado, destrozado por la fuerza del agua. «Estamos evaluando los daños. Todavía es pronto para saberlo pero tenemos constancia de una nave de una empresa de materiales de construcción que ha sido muy dañada, de un taller mecánico afectada y de garajes. Y luego están los caminos rurales. Algunos de ellos hay que arreglarlos pronto», agrega la regidora de Ribera, que ayer, como todos los vecinos, estuvieron en vilo buena parte de la tarde por la crecida del arroyo Valdemedel y otros regatos que desembocan en él.
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Unos 70 litros, dicen algunos vecinos, que cayeron entre las tres de la tarde y las siete, casi todos ellos concentrados en poco espacio de tiempo. Fue tal la virulencia que siete personas, de tres familias diferentes, tuvieron que ser rescatadas en sus domicilios por los bomberos de los parques de Villafranca y Hornachos. «Afortunadamente estaban a salvo dentro de sus casas pero situaciones de esta siempre son peligrosas», remata Rodríguez, quien lamenta como el proyecto de encauzamiento del tramo urbano del Valdemedel duerme en el sueño de los justos desde que en la última legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno, en 2011, se incluyó como obra a realizar.
«Cuando cae tanta agua en tan poco tiempo y los cauces de los arroyos y regatillos son ahora calles o se construye pegados a ellos puede pasar esto», lamenta Juan Moreno, agricultor y referente de la organización Coordinadora Agraria de Extremadura. «Los daños son importantes no tanto en las cosechas porque la vendimia pasó y aquí no hay cosecha para aceituna de almazara sino por los destrozos en parcelas con viñas en espaldera o en los caminos rurales. Ademas, muchas parcelas se han visto llenas de tierras y escombros y otras, al contrario, han perdido mucha tierra», relata Moreno.
Mientras, en el pueblo de Tierra de Barros, vecinos y operarios municipales y de otras administraciones, entre ellas la Diputación de Badajoz, prosiguen con las tareas de limpieza, esperando que las lluvias, y menos las que caen de forma torrencial, no vuelvan a hacer acto de presencia a corto plazo. Se retiran contendedores que fueron arrastrados muchos metros y se quita el barro y ramas que se han colado en corralones y en pequeños negocios. Una nave de materiales de construcción ha visto su pared destrozada, 'traspasada' por un remolque-cisterna que fuera arrastrado 150 metros desde un taller.
La Diputación de Badajoz informa que los bomberos del Consorcio Provincial tuvieron que actuar ayer, además de en Ribera del Fresno, en la vecina Puebla del Prior, Valencia del Ventoso y Olivenza. En Puebla del Prior rescataron a una persona que había quedado dentro de su vehículo volcado en la cuneta. En las otras dos localidades, en inundaciones producidas en inmuebles.
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