![La evolución del ligoteo: «Ya no es para toda la vida ni con fines reproductivos»](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/08/31/supermercado-R1TjB7BQdGnClniRUzjVLPO-1200x840@Hoy.jpg)
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Ya lo cantó Extremoduro en 2011 cuando lanzaron 'Material Defectuoso': «Ojalá que me la encuentre ya entre tantas flores / Ojalá que se llame Amapola/ Que me coja la mano y me diga que sola / No comprende la vida, no». Lo que no imaginó Robe es ... que un día acudiera la gente a los supermercados con este ánimo en el corazón y una lista de la compra en la mano.
En los supermercados no hay amapolas. Los estímulos –las metáforas si se prefiere– tienen código de barras y han corrido estos días de pantalla en pantalla. La piña boca abajo del Mercadona, la sandía del Lidl, la lechuga efímera que equivale a algo 'rapidito', las lentejas que, como los diamantes, son para siempre, el queso de tetilla del Alcampo o preguntar a quien te guste en Carrefour quién da la vez en la pescadería entre las diez y las once de la mañana han adquirido otros significados y pueden marcar ahora un futuro sentimental. Eso si no te han hecho la cobra con el carro al intentar chocar, lo que desde esta semana se traduce como 'tú me gustas'.
Las nuevas autopistas para ligar ya no pasan solo por aplicaciones como Tinder sino también por las grandes cadenas de alimentación, donde gurús del marketing han aprovechado la fuerza infinita del amor para atraer clientes a su marca.
La socióloga extremeña Beatriz Muñoz, profesora de Sociología en la Universidad de Extremadura, cree que si todo lo anterior es una estrategia comercial «está genial, y si no, da igual porque la gente se está divirtiendo, así que no hay que darle demasiada importancia».
A María Alarcón, psicóloga en Badajoz, también le ha llegado la onda que empezó con Mercadona. «Esta nueva moda no sé hasta qué punto se usa para ligar. Por lo que estoy viendo, creo que es más para que una persona se haga viral subiendo un vídeo yendo al súper a ligar porque hay más gente que lo mira o bien le aparece a más gente en su móvil».
Beatriz Muñoz
Socióloga
Lo que sí tiene claro Beatriz Muñoz es que hoy día se liga de muchas maneras, no como antes, dice la socióloga cacereña remontándose a la época de sus padres y a los bailes en la plaza del pueblo. «El verdadero cambio social es que hace 50 o 70 años había una manera canónica de ligar que estaba socialmente muy reglamentada y si te salías de ella podías ser estigmatizado. Ligar era para toda la vida e implicaba la sexualidad con fines reproductivos. Pero en el siglo XX se percibe un cambio. Ligar deja de ser para toda la vida y se desliga sexualidad y reproducción».
Hay otro enfoque que ayuda a entender la asociación entre búsqueda del amor y los supermercados. Según razona Beatriz Muñoz, «en Tinder también hay relaciones con nuestra lógica actual de consumo: usar y tirar. Aunque hay gente que quiere relaciones estables y serias, igual que nos compramos cosas que duren mucho, también existe gente que va de una relación a otra con la esperanza de que sea la definitiva. Y añade, «la vida afectiva está menos regulada, así que nos basamos en elecciones y cuando elegimos muchas veces pues nos equivocamos más».
En cualquier caso, cree que lo de ligar en el baile del pueblo sigue vigente, «pero ahora hay más maneras de ligar que pueden convivir con las que fueron mayoritarias. Eso sí, en el baile del pueblo había más garantías de que lo que se está contando es cierto», expone antes de citar unos cambios culturales, como las tecnologías de la comunicación, que han entrado de lleno en el tipo de relaciones que establecemos con los demás.
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María de Maintenant
En este punto la psicóloga pacense María Alarcón analizaba esta semana en HOY lo que suponen hoy día los perfiles de redes sociales. «Por un lado –dice– cuando hablas con una persona por el móvil no sabes con quién hablas físicamente, así que puede ser una forma de facilitar la decisión si alguien me gusta. Pero conozco a gente que liga con Tinder y luego conocen a la cita y son diferentes. En las pantallas nos podemos escudar. Yo por WhatsApp o por otra vía puedo no mostrar lo que no quiero mostrar. A alguna gente le ayuda de primeras, pero a largo plazo no». Y pone otro ejemplo: «Si comparamos a la misma persona en Instagram y en una fiesta, a lo mejor de fiesta no se ve tan capaz de hablar con alguien. El Instagram es una máscara y lo de ir ahora a Mercadona vuelve a ser un poco como ir a la fiesta y tratar de que todo sea más fácil».
María Alarcón
Psicóloga
Por otro lado, Alarcón habla de cómo por su consulta pasan a menudo pacientes en los que el móvil afecta a su vida en común. Desde este punto de vista, han aparecido incluso nuevas maneras de entender la infidelidad. «Hay gente que considera ser infiel si su chica o chico se mensajea con otra persona de manera continua y flirtea, incluso aunque no se vean. Por otro lado, se dan muchos casos de parejas que no se fían de la otra persona y revisan continuamente el Instagram del otro a ver a quién siguen o se preocupan si estando en línea no responden. Yo les digo que para qué intentan controlar algo que no controlan. Solo consiguen frustrarse».
La última moda de proponer ligar en los supermercados ella como psicóloga la entiende como un facilitador más de entrar en contacto con alguien, algo que sirve para romper el hielo. «Habrá personas que piensen que si el resto lo hace no tienen por qué tener vergüenza», razona Alarcón.
En cuanto a las maneras de relacionarse hoy día, Beatriz Muñoz reconoce que el abanico ha pasado a ser muy amplio. «Ahora las relaciones pueden estar basadas o no en el amor. Las hay para toda la vida basadas en el amor, o de una hora basadas solo en el sexo, así que hay muchas más maneras de ligar (...) Con todo, sigue habiendo sentimientos y expectativas aunque se haya asumido que las parejas no duran toda la vida», apunta la socióloga antes de citar 'El normal caos del amor'. En esta obra el sociólogo alemán Ulrich Beck afirma que todos deseamos que la pareja dure, por eso la gente vuelve a intentarlo una y otra vez».
Que ya no se liga como antes parece obvio, pero la socióloga cacereña Beatriz Muñoz opina que intentarlo en el baile del pueblo aún puede servir, si bien admite que las posibilidades para conocer gente se han multiplicado. Esa evolución ella cree que en ocasiones ha reportado conquistas para la mujer. Como ejemplo pone la prácticamente total desaparición de los matrimonios concertados. «El papel de la mujer –explica– ha mejorado porque se ha sacudido el rol reproductor y la ausencia de estigmas para su honor o reputación. Las reivindicaciones feministas han conseguido que no hubiera esta doble moral o consideración diferencial de hombres y mujeres, aunque en ocasiones siga existiendo». Por otro lado, Muñoz cree que los avances en igualdad han contribuido a una nueva configuración de las parejas. «Ha habido un proceso de secularización en la sociedad, y la incorporación de la mujer de clase media al trabajo permite la coexistencia de dos proyectos propios dentro de una pareja, lo cual a su vez hace que sea más difícil la vida en común porque dos personas que tienen proyectos individuales tienen que convivir. Antes las mujeres aparcaban sus proyectos de vida, pero ahora no, todo ha cambiado mucho», valora la profesora de la UEx.
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