Anuncios de excursiones populares en la avda. Carolina Coronado. A. T.
Un país que nunca se acaba

Excursiones y desayunos

Comparaciones ·

En la estación de Badajoz, ricas tostadas, en la de Cáceres, café de máquina

Martes, 20 de febrero 2024, 07:31

Fissa, una empresa cacereña, ha vuelto a hacerse con el contrato de la gestión del centro de ocio Vialia de la estación de tren de Salamanca (Burger King, 100 Montaditos, KFC, Rodilla, Altafit Gym, Megarama cine, Décimas, Bolera, Carrefour Market, etcétera). Sin embargo, en la ... estación ferroviaria cacereña sigue sin haber un miserable bar. Es verdad que la estación salmantina está rodeada de barrios y la cacereña queda un tanto a trasmano, pero caramba, que los viajeros cacereños tengan que seguir bebiendo café de máquina es un poco fuerte. Además, cuando funcionaba la cafetería, tenía ambiente de viajeros, paseantes y 'ferrofrikis' como un servidor.

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En la estación de ferrocarril de Badajoz es diferente. El miércoles pasado, quedé allí con un amigo y, cuando llegué, no había ni una mesa libre. La terraza estaba llena, a pesar de que hacía fresquito, y en el interior no había sitio ni en la barra. Tuve que esperar un rato, acechando cual ave de rapiña, para sentarme en cuanto una pareja se levantó sin esperar a que limpiaran la mesa.

Al pagar, empecé a descubrir la razón del lleno total: 1.30 euros un café, que en los bares de barrio de Cáceres pago a 1.50. Aunque lo que más atrae de la cafetería de Renfe Badajoz son los desayunos. En la carta: media de aceite, jamón ibérico de bellota y huevo frito más un café, 3.80; media de salmorejo, aguacate, queso fresco y pimentón de la Vera más café, 3.50… Y las medias de paté, cachuela, aceite o mantequilla y mermelada a 1.10.

Se comprende que esté hasta arriba. Y, aunque la estación pacense se encuentre al final de un barrio animado, tampoco es supercéntrica. Pero no hay problema porque es normal encontrarse con clientes que cruzan el puente de Palmas y suben a la estación para desayunar tan ricamente junto a los andenes. En Renfe Cáceres, ya digo, si quieres desayunar, tienes que sacar un café de máquina y un paquete de galletitas, también de máquina, quemándote los dedos y pagando lo mismo que pagas en Badajoz por media de migas y un café con leche (2.80) cómodamente sentado en una terraza.

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Comparaciones odiosas, pero esclarecedoras. Y ya que nos hemos metido en el espinoso terreno de las similitudes y las diferencias, me llamó la atención en Badajoz, subiendo por la avenida Carolina Coronado camino de la estación, una pared llena de cartelitos. Estaba en la puerta del bazar Xing Da y anunciaba excursiones populares. Ya saben, esos viajes que se publicitan en los barrios de las ciudades extremeñas y por 180 euros te llevan un fin de semana a conocer Segovia y La Granja de San Ildefonso, incluyendo dos días de pensión completa, bus de ida y vuelta, un banquete de cochinillo segoviano y guía. Esa era una de las excursiones anunciadas en folios en blanco y negro a la puerta del bazar: «Segovia Especial Cochinillo».

Pero habíamos quedado en que íbamos a establecer comparaciones odiosas, así que tomé nota de las excursiones programadas en el pacense barrio de San Fernando, las comparé con las ofertadas en los folios de las marquesinas del barrio cacereño de Moctezuma y he llegado a la conclusión de que los 'touroperators' cacereños deberían modernizarse. En Cáceres, siguen programando el Palacio Real, la Virgen de Fátima, una semana en Benidorm, un sábado en Toledo… Pero fíjense en Badajoz: Córdoba entre Cisternas y Barricas, Buddha Edén de Óbidos, Fallas de Valencia, Ruta del Quijote, Osuna la Petra de Andalucía, Erizada y Mejillonada (un banquete de erizos y mejillones en Cádiz)… Conclusión: Cáceres necesita ya una cafetería ferroviaria y viajes populares más arriesgados.

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