![Empieza la exhumación en Formentera para identificar a 38 extremeños represaliados](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202203/30/media/cortadas/cementerio%20formentera-RMKuKoRwJ6CFu9gMeV6J1eP-1248x770@Hoy.jpeg)
![Empieza la exhumación en Formentera para identificar a 38 extremeños represaliados](https://s1.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/202203/30/media/cortadas/cementerio%20formentera-RMKuKoRwJ6CFu9gMeV6J1eP-1248x770@Hoy.jpeg)
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Antonio Alido Diestro era un campesino de Santa Marta. Tenía ocho hijos y 49 años cuando murió un 27 de octubre de 1941. Hijo de Fernando y Gabina, se casó con María López. Es solo un ejemplo real entre el de otros extremeños enterrados junto ... al penal de Formentera, donde Franco los encerró y muchos, como Antonio, no sobrevivieron a las penosas condiciones que había entre aquellos muros.
La playa de La Savina es de los destinos más paradisíacos del país. Está en Formentera y se llega en ferry desde Ibiza. Esto es el presente. A mitad del siglo pasado aquello fue el infierno para muchos represaliados por el franquismo, régimen que construyó allí un penal al que fueron a parar 'rojos', entre ellos muchos extremeños. Más de medio centenar falleció por las condiciones inhumanas de aquella cárcel y fueron enterrados en el camposanto más cercano. Como mucho, el párroco rezaba un breve responso si se cruzaba con el carro que traía el ataúd.
El Gobierno balear ha iniciado hoy miércoles las tareas de exhumación del cementerio nuevo de Sant Francesc para localizar los restos de las víctimas mortales de aquella cárcel de Formentera. Según los estudios previos, hay bajo tierra 58 personas, 38 de ellas extremeñas que pertenecen a 28 pueblos diferentes de la provincia de Badajoz. La mayoría –cuatro personas– son de Don Benito. Restos de al menos dos personas proceden de Santa Marta, San Pedro de Mérida, Puebla de Alcocer, Palomas, Campillo de Llerena o La Parra.
Las otras localidades pacenses de donde procede al menos un cuerpo cuya identificación definitiva habrá de ser confirmada en cuanto salga a la luz son Fregenal de la Sierra, Valencia del Ventoso, Granja de Torrehermosa, Orellana la Vieja, Valle de La Serena, Salvatierra, Hornachos, Valle de Matamoros, Medellín, Malcocinado, Cabeza del Buey, Peraleda de Zaucejo, Villanueva de la Serena, Arroyo de la Luz, Usagre, Castilblanco, Zarzacapilla, Puebla de la Reina, Badajoz, Azuaga y Oliva de la Fontera.
El resto son murcianas, pero también madrileñas, catalanas, canarias, valencianas y baleares.
Los trabajos de exhumación durarán unos diez días y el objetivo es confirmar si los presos fallecidos durante su estancia en el penal fueron enterrados en el cementerio de Sant Francesc, y si sus restos mortales continúan todavía donde fueron inhumados. Por ello, la Sociedad de Ciencias Aranzadi empezó este miércoles una intervención que se enmarca en el Tercer Plan de Fosas de la Guerra Civil y el Franquismo 2021-2022 que impulsa el Govern de las Islas Baleares a través de la Vicepresidencia de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática.
Según explica en una nota el Gobierno Balear, los presos internados y sentenciados a penas inferiores a 12 años de prisión eran autorizados a salir del Penal para llevar a cabo trabajos y tareas. A aquellos condenados a sentencias superiores, se les reservaba, sin embargo, reclusión o trabajo en el interior del propio campamento.
Este penal estaba destinado a personas ya sentenciadas por tribunales militares y se estima que, en sus dos años de vida, llegó a albergar a 2.000 reclusos de todas las provincias de España.
Todos ellos compartían unas condiciones de vida deplorables, caracterizadas por el hacinamiento, la insalubridad, las enfermedades y el hambre. Estas condiciones llevaron a la muerte a, al menos, 58 personas reclusas, una cifra constatada por la propia burocracia del régimen franquista y documentada por el estudio de la colonia penitenciaria realizado por el historiador Antoni Ferrer Abarzuza a petición del Gobierno balear.
De acuerdo con este estudio, las muertes se sucedieron desde abril de 1941 hasta octubre de 1942 y «cuando se producía una muerte, el cuerpo del finado era trasladado en carro, desde el Penal y hasta la puerta de la iglesia, donde el párroco rezaba un responso ante el ataúd, y de ahí seguían al cementerio», afirman testimonios.
Estos señalan que «a veces se ponía más de un cadáver en el mismo ataúd» y también que «cuando se producía una defunción, se dejaba el cadáver en el depósito de la enfermería, a la espera de que se produjera otra muerte para aprovechar el viaje». Sobre el tipo de entierro, algunos testimonios mencionan, además de los entierros individuales y colectivos, una «fosa grande» o inhumaciones en «acequias largas».
El Penal cerró a finales de 1942, probablemente y según los estudios, ante el temor del régimen franquista a que la opinión pública internacional conociera la situación de horror que se vivía en Formentera. Los presos fueron entonces trasladados a otras penitenciarias.
«Esta es la primera fosa de las Islas Baleares en la que buscamos víctimas de un campo de concentración franquista, 58 personas que murieron de hambre y enfermedades en el infierno que fue el Campamento de La Savina. Los objetivos son encontrarlas, identificarlas y devolverlas a sus familias; recuperar su memoria, abriendo las fosas para cerrar las heridas. Una deuda democrática que tenemos pendiente y con la que estamos totalmente comprometidos», ha dicho el secretario autonómico de Sectores Productivos y Memoria Democrática del Govern, Jesús Jurado.
Consulta aquí la lista completa de extremeños enterrados en el cementerio de Sant Francesc.
la Junta de Extremadura colabora con el Gobierno Balear, dentro del proyecto de exhumación de las víctimas del penal de Formentera, en la recopilación de muestras de ADN de familiares de los represaliados extremeños para la posible identificación de los restos humanos que puedan ser hallados.
El objetivo es conseguir una compilación de muestras de ADN adecuadas para comparar con los restos humanos que se puedan recuperar y así poder establecer identificaciones, de cara a devolver los cuerpos.
La Junta de Extremadura ha realizado varios llamamientos para iniciar este proceso de identificación a través del Instituto de la Memoria Histórica y Democrática de Extremadura, en colaboración con ayuntamientos de la región, FEMPEX, asociaciones memorialistas, el Consejo de Comunidades Extremeñas en el Exterior y el Proyecto para la Recuperación de la Memoria Histórica en Extremadura (PREMHEx).
Las personas interesadas en colaborar en este proceso de identificación pueden contactar con el Servicio de Memoria Histórica y Democrática de la Junta de Extremadura en el teléfono 924003510.
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