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1.626 metros de altitud, junto al límite entre las provincias de Cáceres y Salamanca, a dos pasos de La Garganta, el segundo pueblo más ... alto de Extremadura. Ahí está la vía ferrata de la Muela, la primera atracción de este tipo en la comunidad autónoma. La obra no ha sido inaugurada ni recepcionada por el Ayuntamiento del municipio cacereño, lo que no ha impedido que desde hace ya varias semanas, no haya fin de semana en el que no asome por allí algún grupo a conocerla.
Alguno de los carteles que llevan hasta esta nueva atracción explican qué se puede encontrar en ella. «Una vía ferrata –se explica– es un recorrido deportivo que transcurre por una pared rocosa y que dispone de diferentes elementos para facilitar la progresión de manera segura a lo largo de la misma».
Normalmente, esos elementos son unas argollas introducidas en la roca a modo de peldaños que sirven para apoyarse y avanzar por la piedra. «Este recorrido –previenen las indicaciones repartidas por el recinto abierto– siempre se realizará con una persona experta y cualificada en técnicas de montaña, con titulaciones específicas para ello». «El desarrollo de esta actividad conlleva riesgos si la persona se aventura sola y sin experiencia», añaden los letreros, que concluyen con un mensaje claro: «¡Asciendes bajo tu responsabilidad!».
Quien se decida a hacerlo, encontrará en la primera vía de este tipo en la región cinco vías que suman más de medio kilómetros de recorrido, con distintas dificultades. Hay una de iniciación (K1), una de nivel medio (K2) con una variante difícil (K4), una de nivel medio-alto (K2-K3) y una de nivel alto (K3-K4) con una variante catalogada en la señalización como muy difícil (K5). La oferta se completa con una tirolina y un puente tibetano (con cuerdas), además de la preceptiva vía de rescate. Hay también una zona de aparcamiento. El encargado de diseñar esta primera vía ferrata extremeña ha sido Jorge García Tamurejo, de la empresa Extrema Aventura.
Para utilizar cualquiera de las opciones que se ofrecen es obligatorio el uso de casco, arnés de seguridad, doble cabo de anclaje con disipador y mosquetones modo K, cuerda para rapel de treinta metros, descensor para rapel y calzado de 'trekking'. Material de sobra conocido por los aficionados a la escalada pero no tanto por buena parte del público habitual en este tipo de instalaciones, habitualmente ubicadas en lugares altos que ofrecen una vista panorámica del entorno, lo que supone otro atractivo para visitarlo.
El Cancho de la muela
Es el caso del Cancho de la Muela, el paraje en el que se ubica la vía ferrata de La Garganta. Se trata de una formación rocosa granítica situada íntegramente en el término municipal de esta población cacereña de 365 habitantes, y ofrece unas vistas espectaculares sobre la Sierra de Béjar y el Circo de Hoya Moros.
En este paisaje no es en absoluto extraño encontrar nieve durante el invierno y una parte del otoño. De hecho, La Garganta registró en la madrugada del pasado día 22 al 23 una nevada, la primera del año en la comunidad autónoma, que propició que el pueblo amaneciera cubierto de blanco. Una imagen que presumiblemente se volverá a repetir a lo largo de las próximas semanas y meses. La meteorología adversa, que ejerce como atractivo turístico, puede ser también un hándicap para el uso de esta nueva vía, al impedir el acceso a la zona o dificultarlo en gran modo.
El proyecto que ha permitido hacer realidad esta dotación lo ha financiado la Diputación Provincial de Cáceres, que lo sacó a licitación y lo adjudicó por 88.184,80 euros, a la empresa Fervián vías y áridos. La institución recibió una oferta más baja, pero sus servicios técnicos la desecharon, al entender que no resultaba aconsejable aceptarla.
El paraje natural en el que se ubica la primera vía ferrata de la comunidad autónoma está en una zona incluida en la Red Natura 2000. En concreto, en la ZEC (Zona de Especial Conservación) Sierra de Gredos y Valle del Jerte. El proyecto elaborado antes de iniciar la intervención recoge que la vía de iniciación consta de 70 metros, las dos de dificultad media suman 150 metros, las dos de nivel alto alcanzan los 250 metros más otros 40 de la variante de dificultad muy alta, y por último, la vía específica de nivel muy alto tiene 20 metros.
Este mismo documento especifica que la tirolina tiene una longitud de sesenta metros, y cinco el puente tibetano desmontable. Además, en él se recoge que la instalación servirá también para que el Sepei (el servicio de bomberos de la Diputación de Cáceres) lo utilice para entrenar los rescates en altura.
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