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¿Qué ha pasado hoy, 15 de abril, en Extremadura?
«Extremadura tiene unas posibilidades agrarias tremendas»

«Extremadura tiene unas posibilidades agrarias tremendas»

La Extremadura de Victorino Martín, empresario agroganadero ·

Amante de la tierra. Tiene metido el polvo de los campos de Extremadura que ha trabajado «hasta lo más profundo» de su anatomía. Ama la naturaleza extremeña y la sensación de libertad

Jueves, 27 de agosto 2020, 08:03

La primera vez que vio Extremadura Victorino Martín tenía seis años. Vino para visitar la finca de su padre, donde no había luz eléctrica ni agua corriente. En marzo de 1988 se trasladó a Coria, y ahora reside en su finca de Monteviejo (Moraleja).

–¿Por qué vino a Extremadura?

–Vine por trabajo. Mi familia tenía tierras que dedicaba a la cría del ganado bravo y aunque venía con mucha frecuencia, y en mi época de novillero pasaba largas temporadas encerrado en la finca preparándome, no fue hasta marzo del 88, siendo ya veterinario, cuando trasladé mi domicilio a Coria.

–¿Qué impresión tuvo al llegar?

–Desde mi primer contacto con esta tierra tuve una sensación de libertad y de que estaba ante un lugar muy impregnado de la naturaleza.

–¿Cuál es la mayor diferencia con su lugar de origen?

–Aunque me crié en un mundo rural, ya que Galapagar en mi infancia era un pueblo sobre todo ganadero a pesar de estar a 35 kilómetros de Madrid, la naturaleza extremeña era mucho más rica y exuberante que todo lo que conocía hasta ese momento.

–¿Cómo le recibieron?

–Me recibieron con mucha hospitalidad y respeto. Creo que esta es una tierra abierta y hospitalaria.

–¿Tardó en adaptarse a la vida extremeña?

–Me habitué enseguida. Lo que más me costó fue habituarme al calor veraniego y, sobre todo, al polvo que se respira en los trabajos de campo en esta tierra. Sentía que se me metía hasta lo más profundo de mi anatomía. Por el contrario, llamaba la atención a la gente con la que trabajaba lo poco friolero que era. Los inviernos en la sierra madrileña son mucho más fríos que aquí.

–¿Qué costumbres o tradiciones le han llamado la atención?

–Entonces me llamaron mucho la atención las romerías. En el lugar donde me crié se había perdido esa tradición (hoy se ha recuperado), y esas grandes celebraciones rurales en primavera fueron un gran descubrimiento.

–¿Qué echa de menos?

–No echo de menos nada. Soy muy campero y en esta tierra me siento totalmente realizado.

–¿Cómo ha cambiado su visión en el tiempo que lleva aquí?

–Lo que más ha cambiado desde mi punto de vista es la comunicación por carretera de esta comunidad. Desde mediados de los 60 a la actualidad ha mejorado de forma tan notable que antes era una tierra casi aislada, y hoy en día es uno de los puntos clave en las comunicaciones de la península.

–¿Qué es lo que más le conquistó de esta tierra?

–Las oportunidades que daba su entorno natural. Mi vida está totalmente relacionada con la ganadería y trabajar con el ganado a caballo en el campo, incluso en traslados que duraban una jornada completa, para mí era algo maravilloso.

–¿Suele recomendar visitar Extremadura?

–En mi familia hemos sido unos grandes embajadores de la tierra extremeña. Mi padre decía que era la gran desconocida. Siempre que tenemos oportunidad recomendamos que vengan a conocerla. Creemos que es una tierra muy completa, con pueblos y ciudades monumentales cargados de historia y un entorno natural único, sobre todo, la parte norte, desde La Vera a la sierra de Gata, pasando por las Hurdes y el Valle del Jerte.

–¿Le gusta el clima extremeño?

–El clima me gusta, en líneas generales. El otoño extremeño es único y excepcional. El verano un poco duro...

–¿Qué destacaría de los extremeños?

–Su naturalidad y su hospitalidad.

–¿Qué cree que necesita Extremadura para su desarrollo?

–Esta tierra creo que tiene unas posibilidades agrarias tremendas. Tiene un suelo, un clima y una disponibilidad de agua únicas. Creo que sería necesario tecnificar más las explotaciones e implantar cultivos agrarios más productivos.

–¿Sus servicios públicos y propuestas culturales son suficientes?

–Sí. El comercio es suficiente para el consumo casero, pero creo que se podría mejorar la comercialización de los productos que aquí se producen.

–¿Cuáles son sus sitios favoritos de la región?

–Me gustan mucho todas las comarcas del norte. La sierra de Gata, Las Hurdes, el Valle y la Vera.

–¿Qué rincones recomendaría visitar de su entorno?

–Recomendaría la visita a las ganaderías bravas. Es una experiencia única. Y en Coria, el museo de la catedral, sobre todo porque allí se encuentra una reliquia única y poco conocida, el mantel de la Última Cena.

–¿Qué planes tiene para este verano?

–Este verano pienso hacer turismo de interior, y si es posible, dentro de la comunidad.

–¿A qué dedica su ocio?

–Me gusta mucho leer.

–¿Suele acudir a fiestas de interés turístico o a acontecimientos culturales?

–Me gustan mucho las fiestas de interés turístico y Extremadura tiene algunas únicas, como las Carantoñas, los Sanjuanes o los encierros de Moraleja. También me gustan los acontecimientos culturales. Creo que el festival de Teatro de Mérida es un privilegio. También he ido en alguna ocasión a representaciones teatrales en Alcántara.

–¿La cercanía con Portugal es un aliciente?

–La proximidad de Portugal es un aliciente más. Voy con mucha frecuencia al país vecino. Me encanta Lisboa, que no queda lejos de casa, a Golegá a su feria del caballo y, sobre todo, a la zona de Monfortiño.

–¿Qué es lo que más le gusta de la gastronomía extremeña?

–La calidad de sus materias primas.

–Para terminar, defina Extremadura en tres palabras.

–Naturaleza, monumentalidad, y cruce de caminos.

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