No solo de la industria vive la economía. No es lo único que hay que tener en cuenta al analizar la riqueza de un territorio. También los cultivos generan dinero. ¿Pero cuánto? ¿Y los pastos? ¿Y la madera que dan los árboles? ¿Cuánto vale, en ... definitiva, el patrimonio natural de un territorio? ¿Cuánto le aporta en forma de rentas o en el mercado? Un reciente estudio responde a algunas de estas preguntas, y lo hace con datos por autonomías. El resultado es que no hay ninguna más rica que Extremadura, que en este capítulo supera de largo la media española, la europea e incluso la del líder comunitario, que es Finlandia.
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37.373 millones de euros. En esto cifra el patrimonio natural extremeño el informe elaborado por el IVIE (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas) y la Fundación BBVA. Esa cifra es el resultado de valorar y sumar el valor de cuatro apartados: tierras de cultivo y pastos, áreas protegidas, recursos forestales y por último, recursos energéticos y minerales.
11% De incremento
Es lo que aumentó el valor de los recursos naturales extremeños entre los años 1995 y 2018. En el conjunto de España, bajaron un 0,4%.
Hay autonomías donde este dato es mayor, porque son más grandes, pero ninguna supera a la región cuando ese número se divide entre la población. Así, el capital natural por habitante alcanza en Extremadura los 23.258 euros, casi el triple que la media nacional (9.156), y 3,3 veces por encima de la ratio europea (7.026 euros por persona). Y más que Finlandia, que supera los 21.000, según el estudio dirigido por Ernest Reig y Ezequiel Uriel, profesores eméritos de la Universidad de Valencia e investigadores del IVIE, a los que han ayudado los técnicos Eva Benages y Juan Carlos Robledo.
«Los recursos naturales con los que cuenta un país son imprescindibles para la vida humana y una parte fundamental de su riqueza, aunque no suelen tenerse en cuenta en los análisis sobre el crecimiento económico», plantea el informe. «El capital natural –abundan– forma parte del capital o riqueza acumulada total (capital producido, capital humano y capital natural), que constituye la base productiva a partir de la cual se genera todo el flujo de bienes y servicios de la economía nacional (Producto Interior Bruto)».
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Por este motivo, el IVIE y la Fundación BBVA introducen en la radiografía económica nacional una nueva variable, la medioambiental, traducida en un valor concreto y cuantificable: el stock natural. Para estimarlo, los autores valoran los recursos naturales disponibles en función de las rentas que generan anualmente o según sus precios de mercado cuando estos están establecidos.
El stock natural extremeño es el siguiente: 11.153 millones en recursos forestales, 9.090 millones en recursos minerales, 8.500 en tierras de cultivo, 4.840 en áreas protegidas y 3.790 en pastos y aprovechamientos.
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Esta cifra es del año 2018, último para el que hay datos que permitan obtener estos números, aseguran los investigadores, que también han calculado estos mismos valores para el año 1995, y así comprobar cómo han evolucionado los distintos elementos del patrimonio natural en cada territorio.
En el caso extremeño, en ese periodo de 23 años, sus dotaciones naturales aumentaron un 11%, frente al 0,4% de caída registrado para el conjunto del país. La región es una de las cuatro donde este valor aumentó por encima del 10%. Las otras tres son Castilla y León, Asturias y Cantabria. En tres más subió pero por debajo del 10%, mientras que en diez, bajó.
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Por habitante, la dotación de capital natural era en la región de 21.029 euros en 1995, lo que significa que entre ese ejercicio y el de 2018, creció un 11%, frente al descenso del 15% registrado a escala nacional.
En el desglose por tipo de recurso, hay que destacar que en el caso de los energéticos y minerales, la comunidad autónoma solo aporta de estos últimos, ya que no tiene petróleo ni carbón ni gas natural. Son los recursos minerales los que alcanzan la mayor valoración, aunque los más numerosos son las tierras de cultivo y los pastos, que representan el 43% del total de los recursos naturales autonómicos. Los de tipo forestal suponen el 39%, y las áreas protegidas el 17%, según el IVIE y la Fundación BBVA.
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«El capital natural es un factor clave para medir la riqueza de un territorio», afirma Juan Carlos Robledo Domínguez, uno de los autores del informe elaborado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y la Fundación BBVA. Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Valencia, es técnico de investigación del IVIE desde el año 1994 y ha participado en la elaboración de más de setenta estudios. «El capital natural forma parte de la riqueza de un país, es una de sus patas junto al capital humano y al producido», amplía el experto, que está especializado en cuentas nacionales, economía regional, capitalización, productividad y nuevas tecnologías. «Una de las lecturas posibles del dato de que Extremadura sea la comunidad autónoma española con una mayor renta natural per cápita –analiza Robledo– es que sus recursos naturales no se han degradado por sobreexplotación, que es algo que ocurre en algunos territorios, o que si lo han hecho, ha sido en menor medida que en otras regiones del país». «Lo que también nos dice el estudio –continúa– es que Extremadura ha visto disminuidos el peso de sus recursos forestales entre los años 1995 y 2018 (lo ha hecho en 17 puntos porcentuales). Habría que analizar más a fondo para encontrar las causas, si bien una posible es que una parte de ellos se hayan transformado en áreas protegidas, lo que supone una revalorización».
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