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El renovado interés por la minería en Extremadura se corresponde con los permisos de investigación concedidos por la Junta. Son los que se otorgan a empresas para analizar si hay mineral en determinadas áreas y en qué cantidad. Hay 65 concedidos o en trámites de ... hacerlo según la Junta. Son para detectar litio, wolframio, cobre, cobalto oro, plomo, zinc y tierras raras; feldespatos (sódicos, potásicos y cálcicos ), además de granito y pizarra.
En el caso de que se concedan, muy pocos derivan en la solicitud de la concesión de explotación, que otorga el derecho al aprovechamiento de los minerales.
Hace dos años, el contexto económico mundial, por la pandemia, y el impulso que desde la UE y el Gobierno se dio a la transición ecológica hicieron poner el foco en la región como objetivo atractivo para el aprovechamiento minero. Extremadura tiene algunas de las principales reservas útiles de minerales tecnológicos fundamentales para la transición ecológica. Entre ellos es clave el litio.
De momento, no hay concedido ningún permiso de explotación aunque se atisba como opción más plausible a corto plazo el del proyecto minero de Cañaveral, en la provincia cacereña.
Es uno de los que la Administración regional califica como «en fase avanzada de investigación». En ese pueblo cacereño hay litio, estaño, tántalo, rubidio y cesio. El cálculo preliminar, recoge el Sigeo (Sistema de Información Geológico Minero de Extremadura), muestra unos recursos potenciales de 130 millones de toneladas, con preeminencia destacada del litio. Se plantea una explotación mixta, mina a cielo abierto y subterránea en el antiguo yacimiento de Las Navas.
Detrás del proyecto está la empresa Lithium Iberia, que cifra la inversión para su puesta en marcha en 340 millones de euros y la creación de 430 puestos de trabajo directos entre la mina y la planta de tratamiento asociada durante los 30 años previstos de explotación, los seis primeros a cielo abierto y el resto subterránea.
Con todo, el proyecto minero más mediático, y polémico, se sitúa en el término cacereño. El de la mina de litio de Valdeflores, donde en el pasado se explotaron filones con estaño y wolframio. Aún no se ha registrado el proyecto de mina subterránea que acaba de actualizar la empresa promotora (ver información adjunta).
Otro proyecto conocido es el de la mina de Alconchel. Tiene reservas de casi 8,2 millones de toneladas de cobre, hierro, oro y elementos del grupo del platino. Se ha quedado con el permiso de investigación la empresa Atalaya Extremadura, filial de Atalaya Mining, la titular de diversos permisos de Investigación en la provincia de Badajoz. Es operadora de la histórica mina de Riotinto. El proyecto alconchelero está en una especie de limbo, no avanza pero tampoco está enterrado.
A la hora de situar cómo están otros permisos en Extremadura, hay que decir que en el área de Logrosán se está explorando para oro, antimonio, wolframio, con resultados preliminares que han permitido localizar «interesantes» mineralizaciones.
Igualmente se están explorando indicios de tierras raras (monacita) en Alía y Helechosa de los Montes. De otra parte, varias empresas están investigando el yacimiento de plomo, zinc y cobre en Puebla de la Reina y otro de cromita en Calzadilla de los Barros.
Además se tiene constancia de diferentes yacimientos de estaño, wolframio y bismuto, con altos contenido también de cobalto, en Oliva de la Frontera; el yacimiento de estaño en Pedroso de Acim (mina Santa María); y los yacimientos de hierro situados en la zona de Jerez.
Por último, se han solicitado diversos permisos de investigación para encontrar oro en La Codosera y Valencia de Alcántara; para vanadio en Azuaga y Santa Marta de los Barros; antimonio en Herrera del Duque; litio en áreas de Alcántara, Piedras Albas y Sierra de Gata y wolframio también en Sierra de Gata.
Extremadura es un filón. Lo fue históricamente y lo sigue siendo. Hay más de mil indicios y minas inventariadas en la región. Algunas se intentar recuperar ahora. Las dos que estaban activas ya no lo están aunque se espera puedan hacerlo a medio plazo. Son las de Aguablanca, en Monesterio, y La Parrilla, entre Almoharín y Santa Amalia. En el año 2021, último año del que se dispone de datos actualizados por parte de la Junta, había 165 explotaciones mineras activas (101 en la provincia de Badajoz y 64 en la de Cáceres), con una producción bruta total de 8,34 millones de toneladas. Pero hay que matizar: solo dos eran minas como podemos entender. Funcionaban 11 aprovechamientos de aguas minerales; 71 explotaciones de rocas ornamentales; 68 de áridos y 13 explotaciones de minerales y rocas industriales.
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