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Una decisión poco afortunada en lo profesional, como él mismo reconoce, pero que terminó por convertirse en el primer paso de una carrera exitosa. Javier Pereira (Badajoz, 1966) dejó en 2007 su plaza de funcionario en la Seguridad Social de Badajoz para irse a Salamanca a ejercer de segundo entrenador de Juan Ignacio Martínez. Su pasión por el fútbol y el convencimiento de que era su camino le llevaron a solicitar una excedencia y a desplazarse lejos de su familia. «Tenía otras opciones, pero aposté por la cercanía», reconoce Pereira, que hasta ese momento compaginaba su trabajo en el edificio de la ronda del Pilar de Badajoz con su labor como entrenador.
Visto con perspectiva, acertó de pleno, aunque no todo ha sido un proceso sencillo. Ahora, tras dos ascensos en la Championship (segunda división inglesa), está a menos de una semana de debutar en la Premier League. El próximo sábado 11 de agosto, a las cuatro de la tarde, hora española, estará sentado en el banquillo de Craven Cottage, el estadio del Fulham, cuando el balón comience a rodar en lo que será para él su primer partido de la máxima categoría del fútbol inglés.
Hace dos temporadas se quedó con la miel en los labios y tras lograr con el Watford el segundo puesto en la Championship de la campaña 2014/15, la directiva del club decidió prescindir del cuerpo técnico que encabezaba Slavisa Jokanovic, un viejo conocido de la liga española, y en el que está integrado el entrenador pacense, para su vuelta a la elite. «No lo sentí como una decepción», expone Pereira, que cogió las maletas, también de la mano del míster serbio, y se fue a Israel, donde clasificó al Maccabi para la previa de la Liga de Campeones.
La vuelta a Inglaterra se produjo solo un año después. El Fulham quería recuperar su sitio en la Premier y confió el proyecto a un equipo técnico con experiencia en hacerlo. No defraudaron y en mayo el club londinense se impuso al Aston Villa en el partido de 'los 170 millones de libras', como se conoce a la final de la promoción por el ascenso, ya que esa es la cantidad de dinero que el ganador se embolsa gracias a los derechos televisivos de la siguiente temporada.
Pereira estrechará, en la campaña que va a comenzar, la mano a algunos de los técnicos más reconocidos del fútbol mundial. Guardiola, Pochettino, Klopp, Mourinho o Emery serán sus rivales en los banquillos ingleses. El segundo entrenador del Fulham se muestra tranquilo, escuchando sus palabras es difícil imaginarle nervioso, pero reconoce estar expectante ante los que se avecina. «Lo acojo de manera natural, aunque puede que cuando me vea en el primer partido me dé cuenta de la situación», afirma, al tiempo que reconoce que siempre tuvo el fútbol inglés como un objetivo en su carrera.
Antes, el periplo por España que comenzó en la UniónDeportiva Salamanca continuó por Albacete, Cartagena, Levante y Valladolid, siempre con Martínez. Solo hubo un breve paréntesis para dirigir en solitario al Deportivo Alavés. Sus mejores momentos llegaron en el Levante. «No era un equipo consolidado en Primera, pero hicimos un buen grupo y nos clasificamos para la Europa League; en la siguiente campaña llegamos a octavos de final de la competición europea», señala.
No recuerda haber estado nunca desvinculado del mundo del fútbol y tampoco es muy original cuando se le pregunta por el pasado. «De pequeño quería ser futbolista, que es la parte más bonita», dice Pereira. Desde su etapa escolar, en Los Salesianos de Badajoz, ya demostraba un gran interés por este deporte, que trató de compatibilizar con los estudios universitarios de Derecho y Psicología que inició en la UNED. «Mi padre fue profesional y jugó en el Badajoz y en el Extremadura; algo irá en los genes», afirma Pereira.
A los 28 años decidió colgar las botas militando en Tercera División. «En ese momento tuve claro que me quería dedicar a ser entrenador», comenta. Su primera experiencia fueron los cadetes del Badajoz. «Ahí se inició una aventura que dura hasta hoy en día». Luego pasó por el filial del CDBadajoz y por el Don Benito, al que condujo a un ascenso.
Arraigado a su ciudad, vecino de la avenida de Colón, salió de Extremadura cuando no vio opción de seguir creciendo en el ámbito futbolístico. En este sentido, la misma motivación que sintió para dejar el sector público tras más de una década en su puesto de trabajo y poner rumbo a un Salamanca en Segunda División, le llevó a abandonar el cuerpo técnico de Martínez para irse de asistente de Óscar García Junyent (exfutbolista del FC Barcelona) al Watford. «Era salir de mi zona de confort, mi nivel de inglés no era lo suficientemente bueno como para dirigir un equipo, no conocía a los jugadores ni la competición, por lo que también debía superarme a nivel personal; pero acepté».
El idioma fue la primera barrera que dejó atrás gracias a clases cuatro días a la semana, al principio, y a la práctica diaria. En su ámbito profesional entran en juego términos propios y otros conceptos. «Tenemos que transmitir una parte emocional y eso lleva un tiempo aprenderlo». En este aspecto le ayuda su formación en Psicología Deportiva.
Además, aprender el idioma es un paso clave en la adaptación al país y a la cultura. En su primer año en Inglaterra, Pereira estuvo viviendo en un pueblo cercano a Watford y próximo a su lugar de trabajo. «Pasaba mucho tiempo en la ciudad deportiva y de ahí iba a casa», relata.
Ahora, tras dos años y medio en Londres, está encantado con la capital británica. Con seis equipos londinenses en la Premier y más de ocho millones de habitantes, ser reconocido por la calle no es algo que le preocupe. «Paso desapercibido en Badajoz, pues imagina en Londres. Mi labor se hace detrás de la cortina y trato de ser discreto, pero influye que los aficionados ingleses son muy respetuosos y no suelen molestar ni al entrenador ni a los jugadores», comenta. Las diferencias se notan, igualmente, a nivel mediático, porque «se cubre el partido y el postpartido y ya está».
Entre los detalles que llamaron la atención de Pereira al llegar al fútbol inglés, la afición es un punto muy destacado. «No es como en España, aquí son de su equipo, esté en la categoría que esté, y no tienen un segundo equipo más grande».
«El primer paquete de jamón se lo regalo, a partir de ahí son ellos los que lo demandan», bromea Javier Pereira, segundo entrenador del Fulham inglés, quien afirma que ha transportado el producto estrella de la gastronomía extremeña por todos los lugares a los que el fútbol le ha llevado y que en la ciudad deportiva de su actual club conocen perfectamente el sabor del ibérico. «Siempre que tengo ocasión explico que en Badajoz tenemos el mejor jamón del mundo».
No es el único alimento que se lleva desde Extremadura a tierras británicas.El aceite y el queso tampoco faltan en su despensa. No se atreve a decir que la gastronomía inglesa sea buena o mala, «pero me quedo con la española», reconoce este pacense, que conoce de primera mano las exquisiteces que el chef extremeño José Pizarro prepara en sus restaurantes de la capital londinense y también de algunos otros establecimientos de hostelería que ofrecen comida española, como el Cambio de Tercio.
Por otro lado, el ambiente durante los partidos es una nota diferenciadora respecto al resto de ligas. Especialmente Craven Cottage es un estadio muy peculiar. «Es un enclave excepcional que te traslada a lo que era el fútbol antiguamente; está protegido y hay que conservarlo como patrimonio histórico», manifiesta el técnico pacense, que cuando entró por primera vez tuvo la sensación de estar en una película en blanco y negro.
La organización interna de los clubes y la mentalidad ganadora de todos los equipos son también puntos en los que Inglaterra marca distancia.
Quizá, la mayor complicación a la que se enfrentó al integrarse en el organigrama del Watford fue que su valedor, García Junyent, tuvo que renunciar al proyecto nada más llegar. Se incorporó Jokanovic, con el que Pereira se quedó trabajando. Desde ese momento se forjó una dupla profesional fructífera y duradera. «Mi relación con Slavisa es muy buena; es un gran profesional. Los momentos vividos te llevan a entablar una relación de amistad y la confianza es muy importante entre un manager y su asistente, porque deben tomar decisiones en segundos».
Los resultados reflejan que el tándem que han formado funciona. Las dos temporadas que han dirigido en la Championship han concluido en sendos ascensos. Su apuesta por el fútbol vistoso y el juego de ataque basado en la posesión, en el que prima la técnica colectiva sobre la fuerza, ha triunfado en una liga dura y competitiva. «Es cierto que el fútbol inglés va cambiando, se va dejando atrás el tópico y hay muchos equipos que intentan otro fútbol, pero sí es verdad que cuando te toca jugar un martes por la noche en un campo del norte de Inglaterra se hace muy difícil imponer tu estilo».
Jokanovic ha destacado en varias ocasiones la función de Pereira en su cuerpo técnico y se ha referido a él como una pieza indispensable en el estilo de juego. «Mi tarea es llevar a cabo el proceso operativo y trasladar al campo de entrenamiento la idea del entrenador», remarca el pacense, que también es el encargado de preparar la táctica de los partidos y de la planificación de la temporada con los preparadores físicos. «Slavisa delega en mí para que coordine toda esa parte, pero la última decisión la toma él. No se nota, pero en el día a día hay mucha gente trabajando detrás del primer entrenador».
De cara a la temporada que está a punto de comenzar, Pereira asegura que pretenden mantener su idea de fútbol de toque, aunque es consciente de que en una categoría como la Premier va a ser difícil discutir la posesión del balón a ciertos rivales. «No podemos pegarnos un tiro en el pie y todo es negociable; cada vez que podamos imponer nuestro estilo, lo haremos, pero esto consiste en ganar partidos y debemos emplear todos los medios a nuestro alcance para sacar puntos».
La campaña con el Watford, el año entrenando al Maccabi y la temporada pasada Pereira celebró más victorias que derrotas lamentó. Esa dinámica ganadora puede suponer un problema en la competición que están a punto de afrontar. Por eso, además del trabajo técnico y táctico, va a ser importante la fortaleza mental de la plantilla. «Seguro que llegan las derrotas y los malos momentos, pero hay que estar preparados porque lo que está en nuestra mano es disponernos a ganar el siguiente partido», advierte Pereira, que se marca como objetivo la permanencia.
La elevada inversión en fichajes que ha hecho hasta el momento el Fulham, no anima al entrenador extremeño a ver un objetivo más elevado que salvar la categoría. «Lo primero es consolidarse, sin renunciar a nada, pero consolidarse», reitera.
Hasta el fin de semana del 12 de mayo, última fecha de la liga inglesa, Pereira tiene por delante diez meses para trabajar mucho, para disfrutar de algo que llevaba largo tiempo en su mente y para aprender en una de las competiciones deportivas más exigentes.
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Lucía Palacios | Madrid
María Díaz y Álex Sánchez
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