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Badajoz, la segunda ciudad más calurosa hoy de Extremadura y entre las diez con mayor temperatura del país este sábado, se ha encontrado de frente con una ola de calor que muchos pacenses han sorteado entre precauciones, trucos y resignación. Ni un ambiente tan bochornoso, con máxima de 40'8 grados, ha conseguido que muchos de sus habitantes aplacen sus planes. En la Plaza de la Molineta de Valdepasillas la academia de baile Coppelia tenía prevista una exhibición a la una de la tarde en la que unas cuarenta alumnas fueron pasando por el escenario levantado sobre unas baldosas ardientes sin sombra. Mari Luz Domínguez, directora de este centro, ni se pensó aplazarla a otro día o a una hora más llevadera. «El Día de la Danza lo celebramos en San Francisco cuando estaba diluviando y esta gala tampoco hemos querido suspenderla por culpa del calor. Eso sí, la hacemos cada final de curso y nunca hemos tenido semejante temperatura, menos mal que en al bar Sonata que hay al lado nos han cedido amablemente cajas con botellas de agua para todas las niñas que van terminando su actuación», contaba agradecida mientras el público, una veintena de personas, incluida una señora con un paraguas para protegerse, esperaba la siguiente actuación.
No muy lejos, en la misma barriada, una grupeta de ciclistas acababa de llegar de su ruta. Estaban en el momento de la cerveza en un velador a la sombra, muy codiciados en días así. "Hemos ido diez que quedamos todos los fines de semana y este no íbamos a fallar. Hemos salido media hora antes, eso sí, a las ocho y media. Al final hemos hecho 80 kilómetros por Portugal y hemos acabado a la una, la verdad es que al final sí se notaba ya el calor porque el último tramo era de asfalto y ahí sube la temperatura. Tampoco puedes salir a lo loco en un día así, hay que hidratarse y parar de vez en cuando", decía Isaías Pulido.
A su lado, 'Abu' Benítez apuntaba cómo han solventado los peores momentos de la ruta de hoy. "Hemos visto una acequia por donde corría el agua y nos hemos dado un baño, y encima el agua estaba helada, no sé de dónde saldría, pero nos ha sentado genial. En cualquier caso, yendo en bici es más llevadero salir con calor porque vamos a 28 ó 30 kilómetros por hora y te da el aire. Además, hoy llevábamos dos botes cada uno, uno con agua y otro con sales minerales". Mónica Cely, la única chica del grupo, dice que a ella le gusta más salir en verano que en invierno. "Aún así, hoy ha sido un día especial, demasiada calor, horroroso, casi me da un golpe de calor, lo que pasa es que saliendo en grupo te animas y entre unos y otros te ayudan. En mañanas como la de hoy mejor salir con gente porque si vas solo podría ser peligroso", advertía.
En realidad la gente no se ha achicado ante semejantes temperaturas. El aparcamiento de Carrefour era hoy una gran plataforma de alquitrán ardiente con varios cientos de coches al sol adonde llegaban los clientes con los carros cargados. Jesús Sánchez había aprovechado el sábado para hacer las compras, quiso hacerlo a primera hora pero no le fue posible y le dio la una de la tarde, decía lamentándose. Y es que nada más abandonar el centro comercial con aire acondicionado y volver a salir a la calle le impresionó la temperatura del exterior. "Menudo contraste, estoy por quedarme a pasar el día dentro del Carrefour, pero me esperan en la parcela con todo esto -señalaba dos cajas de cervezas-, así que bueno, haremos un esfuerzo, a ver si se ha llenado la piscina como me ha dicho el cuñado y si no, con la manguera y a la sombra".
Pilar Grajera, otra pacense, decía en cambio sentirse encantada con esta temperatura. "Es que a mí me encanta que haga calor, me gusta mucho más que el frío. He dormido bien, la verdad, todavía no he puesto el aire acondicionado porque mi casa es fresca. Además, hoy me voy a la piscina y mañana domingo a la playa".
Un plan muy diferente era el de Julián Domínguez. Si hay una persona que convive con el calor porque no le queda más remedio ese es él, que trabaja en la pollería Asasur, en la calle Jacinta García Hernández de Badajoz. El horno donde esta mañana se doraban 15 pollos dando vueltas está a 150 grados centígrados y él era el encargado de abrir y cerrar la puerta para sacar cada pieza y despiezarla. "Si ahí fuera en la calle ya hace calor, aquí donde yo trabajo hace diez grados más -explicaba sudoroso con una gorra puesta- así que tanto yo como mis compañeros tenemos en el frigorífico una botella con nuestro nombre. Yo llevaré bebidos dos litros ya (era la una y media de la tarde), por eso sudo así, así que adelgazo cuando llega el verano. El que quiera perder peso yo le diría que no hace falta gimnasio, que se venga aquí a trabajar unos días y ya verá", comentaba con humor.
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