Un agricultor, en plena faena. Hoy

Los extremeños son los que menos bajas cogen pero los que más las alargan

Extremadura no llega a las 250 incapacidades temporales por cada mil trabajadores, mientras que la media española supera las 400

Sábado, 30 de marzo 2024, 07:45

Los trabajadores extremeños son los que menos bajas laborales por contingencias comunes se cogen en España, pero las pocas veces que lo hacen, tardan en incorporarse más que los de ninguna otra comunidad autónoma. Esta es una de las conclusiones del estudio realizado por ... el IVIE (Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas) y Umivale Activa, con datos tanto de las mutuas como del Instituto Nacional de la Seguridad Social.

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Este último organismo público gestionó el año pasado en la región una media de 237 incapacidades temporales por cada mil empleados, la ratio más baja del país y alejada de la nacional, que alcanzó las 414. En el otro extremo de la clasificación aparece Navarra, que supera las seiscientas. Las mutuas atendieron 220 en la comunidad y 409 en el Estado. Estas empresas se encargaron de «más del 70% de los procesos iniciados el año pasado en España», recuerda el informe, que no incluye a los autónomos y que forma parte de un estudio más amplio sobre la evolución de la incapacidad temporal y siniestralidad en España desde un punto de vista socioeconómico. Participan en él profesores y técnicos de la Universidad de Valencia, el IVE y Umivale Activa.

«Muchos trabajadores retrasan mucho la visita al médico porque estar de baja significa cobrar menos a final de mes»

Alberto Franco

Secretario de Salud Laboral de CC. OO. de Extremadura

A la hora de buscar las causas de esta posición extremeña, una posible es «la costumbre de muchos trabajadores de no ir al médico aunque se encuentren mal, porque si les dan de baja, cobrarán menos a final de mes», apunta Alberto Franco, secretario de Salud Laboral de Comisiones Obreras en la región. «Si el convenio no dice otra cosa y la baja es por enfermedad común, el empleado no cobrará nada los primeros tres días, percibirá el 60% del salario entre los días cuarto al veinte, y el 75% a partir del día 21», detalla Franco, que recuerda que «es erróneo hablar de 'pedirse la baja'». «El enfoque correcto –explica– es que el empleado sufre una patología y va al médico, y es este quien debe o no autorizar que el paciente se ausente de su puesto de trabajo por ser lo mejor para su salud».

Aumento año tras año

El estudio presentado este mes llama la atención sobre el aumento de estas bajas en los últimos años. En mayor o menor medida, ha ocurrido en todas las comunidades. En el caso extremeño, las 237 y 220 del año pasado de INSS y mutuas son un 46% y un 23% más que cuatro ejercicios atrás, respectivamente, según la estadística elaborada a partir de los datos del Ministerio de Inclusión, Integración Social y Migraciones.

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El empleado que enferma se ausenta una media de 71 días en la comunidad, cuando lo normal en el país es no llegar a los 40

La investigación recopila datos sobre una segunda variable: la duración de las bajas. Y en este capítulo, Extremadura vuelve a ocupar una posición extrema, pero esta vez no cerrando la tabla sino para liderarla. Mientras que lo normal en el país es que una incapacidad temporal por contingencia común dure 38 días si la tramita la Seguridad Social y 32 si lo hace una mutua, en Extremadura estos plazos se elevan a 71 y 62 días, respectivamente. En el otro lado de la balanza está Navarra, donde lo normal es reincorporarse a los 24 días si ha gestionado la ausencia el Estado o a los 21 si lo ha hecho una mutua.

«Que tardemos más en reincorporarnos –argumenta Alberto Franco– puede tener que ver con otra costumbre asumida por muchos trabajadores en nuestra región, que es retrasar y retrasar la visita al médico, haciendo así que la patología empeore y se necesite más tiempo para tratarla».

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«Las regiones con más incidencia registran menores duraciones medias, y viceversa», explican los investigadores tras poner la lupa sobre los números de las comunidades autónomas. En todas ellas ocurre que la ausencia del puesto de trabajo se prolonga más si la ha tramitado el Instituto Nacional que si lo ha hecho una empresa.

El absentismo

En todos los casos, los datos se refieren a las contingencias comunes, que suponen más de nueve de cada diez incapacidades temporales a escala nacional. El resto son las de tipo profesional, o sea, enfermedades por causa del trabajo o accidentes laborales.

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La radiografía a las incapacidades temporales en España por regiones incluye una tercera variable: el índice de absentismo laboral, que es el porcentaje de jornadas perdidas respecto a las potenciales. En él, Extremadura aparece en mitad de la clasificación. En concreto, su índice es de 5,4 con la Seguridad Social y 5,1 con las mutuas, ligeramente inferior a la media nacional, que es de 5,9 y 6,2 respectivamente.

En base a todos estos datos, los autores destacan «la necesidad de profundizar en las causas del aumento de la incidencia y de las jornadas perdidas, un fenómeno que ha ido de la mano de avances en las políticas para conciliar la vida laboral con la profesional y con una mayor sensibilidad por desarrollar hábitos de vida más saludables, sobre todo en alimentación y práctica deportiva».

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En un marco internacional, llama la atención un dato: solo Francia supera a España en absentismo laboral por incapacidad temporal entre ocupados en Europa. Su tasa es del 4,1%, mientras la de la UE es del 2,5%.

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