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Los servicios de Salud Mental del SES están saturados. Sus profesionales no dan abasto ante el aumento de la demanda de los últimos años. Faltan ... psicólogos y psiquiatras en el Servicio Extremeño de Salud para atender el incremento de personas que acuden al sistema público en busca de ayuda emocional.
Hay extremeños que tienen que esperar hasta siete meses para lograr una primera consulta con el psicólogo en el SES. Y eso que los profesionales incluso están atendiendo a pacientes por las tardes y hay algunos equipos que se han reforzado con especialistas en los últimos años.
De hecho, las consultas de salud mental atendidas en el SES se han incrementado un 16% desde 2019, y solo las de Psicología un 35%. Si en los primeros nueve meses de 2019 eran casi 29.400, en 2024 superan las 39.500.
Pero pese a ese intento de dar más importancia a la salud mental, hay casos muy preocupantes. «En Psicología la lista de espera ronda los 215 días. Es escandaloso. En Psiquiatría la hemos estabilizado en 140», detalla el psiquiatra Leopoldo Elvira, coordinador de equipo de Salud Mental de Valdepasillas, en Badajoz.
Lleva ocho años realizando un seguimiento de la lista de espera en su área de trabajo y la última estadística que hizo fue hace una semana. Precisamente, esos datos son los que suele llevar a las gerencias para que vean que la situación «es insostenible».
En otras áreas como Cáceres, la espera ronda los cuatro meses para ver a un psicólogo. En Mérida, aunque la situación ha mejorado según indica su coordinadora de área, la psiquiatra Belén Gómez, la demora se sitúa en tres meses y asciende a unos cinco si la cita es con Psiquiatría.
En zonas como Almendralejo hay que esperar unos cinco meses para ver al psicólogo por primera vez, y en Plasencia y Navalmoral de la Mata, la demora llega a los 75 días. En Llerena-Zafra oscila entre 30 y 60.
Aunque hay grandes diferencias entre áreas y, cuando los casos son urgentes los especialistas intentan reducir los tiempos, los coordinadores de Salud Mental coinciden en el aumento de la demanda y piden más especialistas. Reconocen a este diario que «es mucha demora» para ser atendidos y este jueves, 10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental, reivindican que se visibilice este problema.
«Desde antes de la pandemia hasta ahora la demanda se ha duplicado, sobre todo para acudir al psicólogo, tanto para adultos como para adolescentes», añade Leopoldo Elvira.
Leopoldo Elvira
Coordinador el equipo de Salud Mental de Valdepasillas
Juan José Molina
Coordinador de Salud Mental en el área de Cáceres
«Las lógicas reclamaciones de los pacientes y las familias no dejan de crecer y les vamos dando salida como podemos. El problema es que cuando la agenda está llena es imposible», lamenta Leopoldo. «Atendemos, además, un porcentaje muy alto de demandas que no están programadas. En torno a un 30% de la atención diaria. Son urgentes, situaciones en las que los pacientes no pueden esperar», explica. «Así que terminamos haciendo una Psiquiatría paliativa para disminuir el sufrimiento», lamenta.
En Cáceres, la situación también es preocupante. «Para una consulta de Psicología estamos más desbordados. Hay aumento de demanda y faltan recursos, aunque es cierto que este año se ha contratado a los residentes que han finalizado su formación y se quedarán con nosotros la psicóloga y la psiquiatra», indica Juan José Molina, coordinador de Salud Mental de Cáceres.
Además, en la capital cacereña disponen de la unidad de hospitalización breve, con 22 camas. Su ocupación suele rondar el 85% y en ocasiones está llena. En la de Mérida asciende al 96% habitualmente. Apenas suelen tener plazas para acoger nuevos ingresos de pacientes con trastornos mentales graves.
En Cáceres también cuentan con un equipo para atender a la población infantil y juvenil. «Hay un claro incremento de trastornos en los menores», asegura Molina, que apunta que realizan unas 1.000 aperturas de historias clínicas al año y antes rondaban las 600.
Coincide con él Luis Martín Recuero, coordinador del equipo de Salud Mental de Navalmoral de la Mata. «La demanda de consultas de los menores sigue en ascenso. Hay muy poca tolerancia a la frustración y muchas urgencias por autolesiones e ideas de suicidio. La situación está cada vez más desbordada. Parece que hacemos magia para la cantidad de derivaciones que nos llegan de Atención Primaria».
María Victoria Gómez Tomé, coordinadora del equipo de Salud Mental de Plasencia y del centrado exclusivamente en infantil, incide en el incremento de problemas entre los menores. «Ahí la demanda se ha desbordado, aunque estos últimos meses hemos contado con una psicóloga de apoyo que ha reducido toda la lista de espera, pero sigue habiendo mucha dificultad para revisiones y seguimientos. Casi no queda hueco para consultas sucesivas. Antes de que dicha profesional llegara tenían que esperar cuatro meses», detalla Gómez Tomé. «Ahora la psicóloga se marcha y se ha creado una plaza que por el momento está libre, así que es probable que volvamos a esa gran lista de espera», lamenta la psiquiatra, que pide más recursos para salud mental y más trabajadores sociales en los equipos. «Muchas veces los pacientes llegan con problemas de la vida diaria cuya solución puede empezar con un profesional centrado en lo social», afirma.
A los testimonios se unen los datos. El último lo proporciona Unicef. Uno de cada cuatro chicos de entre 13 y 18 años asegura haber sufrido o sufrir algún tipo de trastorno psicológico en los últimos 12 meses, según un estudio con entrevistas a casi 5.000 escolares de 168 institutos de todo el país.
Aluden a problemas como baja autoestima o estrés y a asuntos más graves entre los que destacan autolesiones, ansiedad, depresión o trastornos alimentarios.
En ese sentido, el SES cuenta con 'Extremadura Responde', una línea 'online' para jóvenes de entre diez y 30 años, sus familias y amistades que es atendida por ocho psicólogos de 11.00 a 18.00 horas todos los días. Desde su puesta en marcha en febrero de 2023 ha atendido 4.285 consultas.
Respecto a los adultos, los especialistas coinciden en que el aumento de la demanda para ser atendidos en salud mental se da en los trastornos adaptativos vinculados a un malestar social, familiar o laboral, entre otras cuestiones, que cursan con ansiedad y depresión, y no tanto en los considerados como mentales graves.
Pero el drama no acaba ahí. Cuando un paciente logra que le atienda el psicólogo por el sistema público, las revisiones son al mes en el mejor caso pero en ocasiones superan los 90 días, que es «demasiado tiempo» según los especialistas para que la terapia sea efectiva. Lo idóneo es que esas sesiones sean semanales o quincenales al principio y, con la mejora, se espacien.
Sin embargo, la cantidad de pacientes y la falta de profesionales hacen imposible que esos tiempos se cumplan. Para intentar paliar esa situación, el SES están realizando consultas de tarde. «En nuestro caso para una primera cita en Psiquiatría y Psicología tardamos un mes, pero para las sucesivas, dos o tres. Así que nos han facilitado que podamos hacer sesiones de tarde», indica Constanza Machío, coordinadora de Salud Mental en Llerena-Zafra.
Apunta que en los últimos tiempos ha habido una implicación mayor de la Administración respecto a la salud mental. «Mi sensación es que desde hace unos seis años intentan aportar recursos para mejorar», añade Machío.
Pese a ello, queda mucho por hacer. Los coordinadores de área consultados por HOY defienden que se implante un sistema de atención de psicólogos clínicos en Atención Primaria. «La solución no es medicalizar aún más a la población», apunta Leopoldo Elvira.
Es una medida, la de incorporar a psicólogos a los centros de salud, que ya se ha puesto en marcha en otras regiones como Baleares, Cataluña, Madrid, Canarias, Asturias y Andalucía.
Para ello se necesitan psicólogos clínicos y, según los especialistas, hay carencia de profesionales. Para serlo, además de formarse cuatro años en la carrera, deben aprobar un examen similar al MIR. Tienen que superar una prueba para la que se preparan en algunos casos un año con diez horas de estudio diarias. Si obtienen plaza siguen formándose otros cuatro años como psicólogos internos residentes (PIR) en un hospital del país. Sin ello no pueden trabajar en el SES.
El problema es que los puestos que oferta el Ministerio de Sanidad son «pocos», según lamentan en el sector. Para la próxima convocatoria han anunciado 274 y solo seis son para Extremadura.
El SES cuenta con un dispositivo denominado Código Suicidio para que la persona con ideas de quitarse la vida sea atendida por un profesional de los servicios de Salud Mental en menos de 72 horas. Hay que tener en cuenta que cada cuatro días se suicida una persona en Extremadura. En 2022, último dato disponible, fueron 96 en esta región. A este protocolo se suma una red de recursos a la que se puede acudir para evitar suicidios. Entre ellos, el teléfono 024, una línea de ayuda atendida por especialistas que puso en marcha el Ministerio de Sanidad para las personas con riesgo de conducta suicida, sus familiares y allegados. Es gratuito, confidencial y está disponible las 24 horas del día.
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