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Las empresas que se dedican a la recogida, envasado y comercialización de la cereza del Valle del Jerte están en pleno proceso de búsqueda ... de trabajadores para la nueva temporada. Sin embargo, su contratación se complica por la falta de alojamiento en la zona.
Lo saben bien en la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte, que ya ha lanzando una oferta laboral para contratar a 200 operarios y, según su directora general, Mónica Tierno «se suelen recibir muchas solicitudes» para desarrollar un trabajo que habitualmente empieza en mayo y se desarrolla durante los dos meses siguientes.
El problema es que no suele haber suficientes espacios de alojamiento para acoger a todos los trabajadores. «Muchos de los empleados llegan desde otros puntos de la zona del Valle del Jerte y cada año tenemos más dificultades», reconoce Tierno.
Hay poca vivienda en alquiler y el problema también se da en Plasencia. La que hay es cara y no es fácil alquilarla para temporadas cortas como es la de la recolección.
Ante esa situación, ya se han puesto manos a la obra para intentar dar con soluciones. «Una de las posibilidades es alojar a los empleados en un hotel, pero por el momento estamos buscando opciones», apunta Tierno.
De hecho, ya el año pasado tuvieron que recurrir a un hotel de cuatro estrellas para alojar a los temporeros que trabajaron en la fábrica de la Agrupación de Cooperativas Valle del Jerte, que aglutina a 15 cooperativas con 2.500 agricultores y suele generar una producción de entre 16 y 20 millones de kilos de cerezas al año.
En concreto, Cooperativas del Jerte pagó habitaciones dobles y triples en el Hospedium Doña Mafalda de Castilla, en Plasencia. Los temporeros pagaban siete euros diarios por alojarse en el hotel y se los descontaban del salario, que era de 60 euros por la jornada de ocho horas, más 7,75 cada hora extra, y 10 euros la hora extra en domingo. Ya en 2023 hicieron algo similar en el albergue turístico de Plasencia y en un alojamiento rural en Oliva de Plasencia.
También les costeaban el autobús a Valdastillas, la localidad en la que se ubica la fábrica donde lavan, analizan, calibran y guardan las famosas picotas hasta que salen a los mercados nacionales e internacionales.
Este año también facilitarán líneas de autobuses para que puedan desplazarse hasta allí trabajadores que llegan desde otros puntos de Extremadura como Navalmoral de la Mata, Talayuela, Jaraíz de la Vera o Plasencia. Además, están estudiando la posibilidad de hacerlo, además, desde otros municipios como Coria o Moraleja.
Son conscientes de la dificultad que se encuentran los empleados para tener un alojamiento por unos meses y saben que es un problema que se va a repetir cada año en el Jerte. Por ello, ya están pensando en una posible solución a la largo plazo que consiste en la construcción de sus propios alojamientos.
«Estamos buscando localizaciones en la zona para construir alojamientos específicos para temporeros que contarían con todo lo necesario, pero eso es un proyecto que podría ver la luz en tres años», apunta Tierno. De hecho, esa solución ya se ha puesto en marcha en otros puntos del país con pequeños apartamentos prefabricados, de hormigón, equipados con cocina y lavadora, para alojar a entre seis y ocho trabajadores.
La Agrupación de Cooperativas del Jerte no es la única que se encuentra con este problema. De hecho, ya hay otras empresas que están buscando trabajadores, según varios portales de empleo.
Destaca, por ejemplo, la empresa Cherry World, en Jerte, que quiere contratar a cien mozos de almacén para la selección, envasado, paletizado, volcado de cerezas y montaje de cajas. Otras como Cerezas de Navaconcejo seleccionará a 25 operarios de envasado de fruta.
Así que a la dificultad para dar con alojamientos se suma también la competencia entre los negocios que se dedican a la cereza en el Valle del Jerte.
«Aunque la Agrupación de Cooperativas recibe muchas solicitudes, también hay numerosas ofertas de empleo y cuando llamamos quizás ya han optado por otro trabajo», reconoce Mónica Tierno, que indica que el perfil de las personas que contratan es muy variado.
Los hay que han trabajado durante muchas campañas en la cereza, otros que llegan desde otras provincias y también extranjeros, pero la mayoría de ellos ya ubicados en España.
Este año, a los 200 operarios que la Agrupación tiene previsto contratar, un número que no descarta que se incremente, se sumarán 79 mujeres procedentes de Marruecos. Lo hará a través de la Gestión Colectiva de Contratación en Origen (GECCO), herramienta autorizada por la Dirección General de Migraciones del Gobierno de España ante la insuficiente mano de obra nacional para atender trabajos del sector primario como los de la campaña cerecera.
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