Belén y Eduardo con su hija en un parque de Villanueva de la Serena. Sol gómez
Coronavirus en Extremadura

Toda una familia tocada por la covid persistente

Belén, Eduardo y Claudia son madre, padre e hija que pasaron la enfermedad y ahora sufren síntomas que no les dejan ser los de antes; la pequeña ha estado sin poder ir al colegio varios meses y ellos están de baja combatiendo la asfixia, los dolores y la tos, entre otros síntomas

Álvaro Rubio

Cáceres

Sábado, 31 de julio 2021, 21:07

Belén tiene la sensación de que ha perdido casi un año y medio de su vida. Visitas a hospitales, consultas, pruebas y días marcados por ... la falta de aire, la tos, los dolores de cabeza y la fiebre, entre otros muchos síntomas. Pasó la covid y desde entonces vive con ellos. «Me hacen TAC pulmonares de control, craneales, análisis, ecocardiogramas y todo sale bien, pero yo no estoy bien. Es desesperante».

Publicidad

Así lo cuenta Belén Parejo, de Villanueva de la Serena. Tiene 42 años y es la madre en una familia donde el coronavirus parece que se ha quedado a vivir. Ella, su hija Claudia, de siete años, y Eduardo García, su marido, sufren covid persistente, un síndrome que se caracteriza por la persistencia de síntomas semanas o meses después de la infección inicial.

Todo empezó en marzo de 2020. Belén ingresó con una neumonía bilateral en el hospital de Don Benito-Villanueva. Le hicieron dos PCR y en ambas el resultado fue negativo. A parecer, su patología nada tenía que ver con la covid. «Los médicos descartaron que fuera coronavirus, pero posteriormente fui empeorando y tuve que ir en varias ocasiones al hospital. En ese momento ya había mucha gente que había dado positivo y los médicos creen que me infecté en una de esas visitas», recuerda esta terapeuta ocupacional que ahora está de baja.

En noviembre de 2020 le detectaron que lo había pasado en algún momento al hacerle una prueba serológica y comprobar que tenía anticuerpos. Ahora su historia parece increíble, pero hay que recordar que por aquel entonces, cuando estalló la primera ola, estaba todo por descubrir y las PCR que se realizaban eran muy pocas.

Publicidad

El paso del tiempo no le ha devuelto la salud. «En cuanto hago el mínimo esfuerzo me asfixio y tengo muchísima tos. Ahora mi vida es totalmente sedentaria. Si limpio el polvo y friego un poco, al día siguiente tengo que estar en cama. Tengo dolores musculares, articulares, me dan pinzamientos en la espalda y se extienden a la cadera y las piernas. Así que me quedo sin andar y otra vez a la cama, con dos o tres días sin poderme levantar. Los dolores de cabeza son diarios. No sé que es vivir sin ellos. Tengo parestesia, que ocasionalmente siento como cosquilleo, entre calor y frío en la piel, en la parte izquierda del cuerpo. A nivel cognitivo, tengo pérdida de memoria, de atención, de concentración, mareos y vértigos. En definitiva estoy hecha una mierda», cuenta Belén.

Lo dice resignada, casi sin esperanza de encontrar soluciones. Ha pasado por varios especialistas de Neumología, Neurología, Alergología y Medicina Interna. Cuando le dan los resultados de las pruebas todos están dentro de la normalidad. «Me dicen que los síntomas que tengo solo pueden explicarse con un covid persistente. Hasta el mes de abril de este año eran solo palabras, pero ahora ya lo escriben en los papeles de diagnóstico», comenta con una voz que se entrecorta.

Publicidad

Todos los días con fiebre

«También tengo disfonía, disfagia, presión en el pecho y taquicardias, además de inflamación en las extremidades, problemas intestinales y febrícula diaria. Tampoco sé lo que es estar un día sin fiebre», añade.

Las paradas para toser durante la conversación son constantes, tal y como le sucede a su marido. Eduardo tiene 41 años y se contagió el pasado mes de enero. A él le cuesta respirar, se asfixia, tiene mucha tos y dolores musculares. Como a Belén, no le ha quedado más remedio que darse de baja en su trabajo.

Publicidad

«Es técnico de ascensores, así que cuando uno se estropea y las máquinas están en el séptimo piso, por ejemplo, tiene que subir las escaleras andando con la maleta de herramientas. Eso ahora es imposible», explica su mujer, que contiene la emoción cuando cuenta la historia de su hija.

«Me hacen TAC, análisis, ecocardiogramas y todo sale bien, pero yo no estoy bien. Es desesperante»

Belén Parejo,

Afectada por covid persistente

«Mi hija pasó el covid en enero y ha tenido que estar varios meses sin ir al colegio. Es una niña de siete años pero a veces es como si tuviera 80»

«A mi marido le cuesta respirar, se asfixia, tiene mucha tos y dolores musculares; es técnico de ascensores y ahora está de baja»

Claudia también se contagió en enero y tras dar negativo sigue con síntomas. «A nivel respiratorio no tuvo nada, pero a medida que fueron pasando los días llegó la taquicardia, la diarrea y problemas bastantes serios. Le ingresaron en el Hospital Materno de Badajoz, se recuperó y le dieron el alta, pero hay cosas que continúan. Las pulsaciones se le disparan, tiene dolores de cabeza, cansancio extremo, dolores musculares y problemas de atención. Mi hija no puede jugar sin saber que luego va a estar en cama o tomarse un paracetamol. Iba a zumba, a bailes regionales, a ballet y ahora no veo que en septiembre vaya a poder hacerlo», lamenta su madre.

Publicidad

Ha estado varios meses sin poder ir al colegio. «Es una niña de siete años pero algunas veces es como si tuviera 80. Se queda afónica, está muy cansada y a veces no tiene apetito. A ella también le han dicho que es covid persistente y le están haciendo un seguimiento muy constante. Cada 15 días le ve la pediatra», dice su madre agradecida a la atención sanitaria que están recibiendo.

Más atención

Reconoce que ellos han tenido suerte y se sienten atendidos, aunque la falta de estudios hace que tengan pocas respuestas y demandan protocolos claros. «Nos gustaría que codificaran la enfermedad porque ahora no existe un código de identificación para cuando estás de baja. Pedimos mayor sensibilización», dice Belén. «A mí no me gusta estar de baja. Soy una apasionada de mi trabajo y estar en casa sin trabajar es el peor infierno que puedo tener. Te sientes muy inútil», lamenta.

Noticia Patrocinada

Entre los afectados por la covid persistente, que según los últimos estudios la sufren el 10% de los pacientes recuperados de coronavirus, hay quienes buscan ayuda y no la encuentran. «No somos la prioridad, sino que es la vacuna y las personas que se infectan. Pasan los días y no tengo esperanza en que ahora se pongan a estudiar a los que están como nosotros. Pedimos que nos den la importancia que tenemos», concluye Belén.

La asociación de afectados no para de sumar miembros

Sara Lancho, afectada por la covid persistente. HOY

A principios de este año, tres extremeñas crearon el colectivo Long Covid ACTS, que ya aglutina en otras regiones a grupos de afectados por lo que se ha denominado covid-19 persistente. Son pacientes que muestran síntomas de la infección vírica semanas e incluso meses después de haberla pasado. Hoy la agrupación suma un centenar de integrantes que están afectados por esta situación.

«No paramos de sumar afectados», comenta Irene Corrales, que sufre covid persistente y es una de las promotoras de la asociación en Extremadura.

Ella, junto a otros compañeros del colectivo, ya se ha reunido con el consejero de Sanidad, José María Vergeles, para intentar trabajar juntos y dar soluciones a los afectados por covid persistente como Sara Lancho, de 43 años, que acudió a la agrupación buscando apoyo.

Es técnico de enfermería en las Urgencias del Hospital 12 de Octubre (Madrid), se contagió en abril de 2020, al principio de la pandemia, y estuvo a punto de ingresar. «Tuve tos, fatiga, dolores de cabeza, diarrea y un poco de fiebre. Al mes di negativo pero sigo con síntomas. Estoy mal, el cansancio es extremo», lamenta Sara. «Había días que corría diez kilómetros diarios y ahora no puedo ni subir escaleras. Siento impotencia».

Ella espera que su situación cambie, pero ya acumula 16 meses de lucha y en lo único que ha mejorado es en la disminución de dolores de cabeza. «Necesitamos que se investigue más».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Primer mes sólo 1€

Publicidad