La condición es tener un consumo inferior a los 50.000 kilovatios-hora (kWh) al año. Los hogares y pymes que cumplan ese requisito pueden ... optar por la tarifa de último recurso (TUR) en su contrato de suministro de gas. Y muchos lo están haciendo.
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Las comercializadoras están recibiendo un gran número de solicitudes de familias y empresas para hacer el cambio del mercado libre –en el que se cierre un precio fijo del kWh consumido– al mercado regulado, en el que se pueden acoger a la TUR. En esta tarifa el coste del kWh fluctúa para los consumidores en función del mercado, pero dentro de unos márgenes fijados que se renuevan trimestralmente. «Todo el segmento doméstico tiene un consumo menor a 50.000 kWh al año y podría tener acceso», expone David Aguilera, presidente de Gas Extremadura.
Alberto Aguilera
Presidente de Gas Extremadura
El principal motivo para valorar el cambio es el precio del kWh que están ofreciendo las comercializadoras en el mercado libre. Los contratos que tienen los hogares y las empresas se actualizan anualmente y los clientes están comprobando en las renovaciones que les llegan por correo que van a pagar el triple por el consumo. Algo más de siete céntimos por kWh era un precio habitual que ahora ha pasado a estar por encima de los veinte céntimos. Eso ha llevado a los consumidores a buscar fórmulas para ahorrar en sus recibos. «La TUR ya tenía el kWh más barato que el mercado libre, pero es que ahora hay mucha diferencia», detalla Aguilera, que recomienda que se realice el cambio al mercado regulado. «El principal problema es que la gente desconoce esta posibilidad porque se informa poco de ella», insiste.
El precio del kWh en los contratos TUR está acotado. «Actualmente se encuentra entre los cinco céntimos y medio y los seis céntimos», comenta Aguilera. Sin embargo, se actualiza cada tres meses y lo lógico es que se mueva al alza. Como son contratos sin permanencia, el cliente podría solicitar el cambio al mercado libre en cualquier momento.
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Las tarifas de último recurso se deben firmar con una de las cuatro comercializadoras de referencia: son Energía XXI (Endesa); Baser (Enagás); Gas&Power (Naturgy), y Curenergía (Iberdrola). Todas disponen de teléfonos gratuitos de atención para realizar el cambio de contrato.
Según los cálculos que ha hecho el presidente de Gas Extremadura, las familias y las pymes puedan pagar hasta un 50% menos si se acogen a la tarifa de último recurso que si están en el mercado libre. «La CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) tiene un comparador en su página web en el que los consumidores pueden estudiar su caso concreto», añade Aguilera.
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Para un hogar medio en el que el gas natural únicamente se utiliza para el agua caliente sanitaria se estima un consumo anual de 2.300 kWh. «Su ahorro sería del 47% con la TUR», especifica Aguilera. Pasaría de pagar cerca de 430 euros al año a unos 220. Más se nota en los domicilios que tienen calefacción individual mediante gas natural. En estos casos, el consumo se va hasta los 8.000 kWh al año y con un contrato del mercado libre se pagarían más de 1.400 euros al año, con la TUR se reduciría hasta cerca de los 700 euros.
Las empresas con un consumo menor de 50.000 kWh anuales también pueden decantarse por la tarifa de último recurso del mercado regulado. En este caso, las estimaciones también cifran por encima del 50% el ahorro que notarían al dejar el mercado libre. «Un pequeño negocio que tenga un consumo anual de 15.000 kWh pagaría 1.400 euros menos al año con la TUR: de más de 2.600 a unos 1.400; mientras si el consumo supera los 30.000 kWh el precio de la factura pasaría de más de 5.000 euros a 2.400», señala el presidente de Gas Extremadura.
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Son cálculos realizados con el IVA al 21%, pero en los próximos tres meses –a partir de octubre– se aplicará a los recibos de gas un impuesto reducido del 5%. De esta forma, el ahorro para negocios y familias que opten por este cambio puede ser importante.
Esta semana Rusia amenazaba con cortar el suministro de gas a Europa y la Unión Europea respondía insistiendo en su propuesta de topar el precio. Una coyuntura de incertidumbre ante la que es muy difícil hacer previsiones. «Los precios seguirán volátiles, porque dependemos de los proveedores», comenta David Aguilera, presidente de Gas Extremadura. Eso sí, España no va a tener problemas de suministro ya que importa mucho gas licuado para sus seis plantas regasificadoras. «No habrá escasez», insiste Aguilera, que señala que nuestro país tiene el 35% de la capacidad de almacenamiento de la Unión Europea. «Salvo que la tensión en Ucrania se termine antes, los precios seguirán altos y se relajarán algo cuando finalice el invierno», pronostica.
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