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Desde primera hora de este martes ya se notaba que era un día histórico en Cáceres. Ni la niebla de la mañana ni el frío empañaron las ganas que había de vivir una jornada especial. A las 9.00 horas, el vendedor ambulante José Martínez ... ya estaba en el céntrico paseo de Cánovas vendiendo bufandas del encuentro de dieciseisavos de final de la Copa del Rey que enfrenta a Cacereño y Real Madrid. En algunos momentos ni él ni su compañero daban a basto para atender a todos los aficionados que querían un recuerdo de este 3 de enero de 2023. En apenas cuatro horas ya había vendido casi medio millar a 12 euros cada una.
Era el inicio de lo que estaba por llegar. Quedaban justo ocho horas para que diera comienzo el histórico partido y en algunos bares ya notaban que había más gente de lo normal para un martes. «Hemos duplicado los desayunos. Ha venido gente de Madrid y pueblos cercanos como Brozas y Arroyo de la Luz», contaba Virginia Morcillo, camarera en una cafetería del centro. «Nos preguntan mucho por el partido y sobre todo cómo llegar hasta el estadio Príncipe Felipe», añadía tan solo unos minutos antes de que la expedición madrileña fuera recibida por el alcalde de Cáceres, Luis Salaya, en el Ayuntamiento.
A las 13.00 horas ya había cacereños esperando a parte de la directiva del Real Madrid en las puertas del Consistorio. Algunos ya habían intentado conseguir un autógrafo sin éxito de los jugadores del equipo merengue en los alrededores del hotel Barceló V Centenario.
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Marco A. Rodríguez
En este caso, la espera no fue muy larga y a las 13.20 llegaron el director de Relaciones Institucionales del conjunto blanco, Emilio Butragueño, y el comentarista del Real Madrid Televisión, el exfutbolista Roberto Carlos. Los dos se bajaron de un lujoso BMW entre fuertes medidas de seguridad y los gritos de los aficionados, muchos de ellos jóvenes que les pedían autógrafos.
Sin embargo, tuvieron que esperar al acto oficial en el salón de plenos en el que estuvo también el presidente del Cacereño, Carlos Ordóñez, para hacerse con la rúbrica de estas dos leyendas vivas del madridismo.
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«Es un honor estar en Cáceres, es un orgullo de ciudad para nuestro país. Va a ganar la ciudad y los aficionados. Va a merecer la pena la experiencia», dijo Butragueño.
Salaya, por su parte, afirmó que «este premio es un reconocimiento en parte al trabajo que lleváis haciendo todo este tiempo», en alusión al equipo de la ciudad.
Finalmente, Ordóñez señaló la importancia que tiene este encuentro para el club y para ilusionar a la afición.
Tras las palabras y halagos, Butragueño hizo entrega de una réplica de la fuente de Cibeles a Salaya y el alcalde le obsequió a su vez con unas láminas del artista local Julián de la Montaña en la que se plasma la Plaza Mayor de la ciudad.
Ya fuera del ayuntamiento, algunos aficionados que esperaban sí lograron la firma de Roberto de Roberto Carlos y Butrageño. También más de un selfie y alguna fotografía rápida. Todo rodeados de Policías y fuertes medidas de seguridad antes de desplazarse a la comida prevista entre las directivas de los dos equipos que se celebraba en el hotel Barceló V Centenario.
Los aficionados también empezaron a disfrutar de la jornada desde la hora de comer, sobre todo en varios puntos de la ciudad elegidos estratégicamente. Uno de ellos fue la cafetería Vettonia, un punto habitual de encuentro entre los seguidores del Cacereño.
Allí, desde por la mañana empezaron a notar más afluencia de la normal. «Estamos sirviendo un 30% más de cerveza que otros días», contaba Fidel Amado, el dueño de este bar.
Aunque trabajó durante todo el día, no se perdió el partido desde el estadio, al igual que lo hicieron otros futboleros tras realizar casi 700 kilómetros desde Roquetas de Mar. Los amigos de Samu Gomis, el lateral izquierdo del Cacereño y titular en el partido, estuvieron en el encuentro apoyándole. «Somos amigos de Samu desde pequeños y queríamos estar con él en este día tan especial», comentaban desde el Vettonia, minutos antes de desplazarse hasta el estadio, sobre las seis de la tarde.
Precisamente a esa hora empezaron a salir los tres autobuses lanzaderas con dirección al Príncipe Felipe puestos a disposición de los ciudadanos desde el número 2 de la avenida Ruta de la Plata (edificio Zigurat). Allí ya había largas colas desde las cinco de la tarde. Los primeros de la fila eran la familia Corbacho, de Cáceres, que contaba con nueve entradas para el encuentro y no querían correr el riesgo de toparse con aglomeraciones.
De hecho, hubo retenciones en la variante de Cáceres dos horas y media antes del partido. Otros optaron por ser incluso más previsores y aparcar en la barriada de Los Castellanos a primera hora de la tarde e irse andando hasta el estadio.
Otros optaron por comer en un restaurante cercano al Príncipe Felipe. Es lo que hizo, por ejemplo, la familia Silveira. Algunos de ellos viven en Madrid, pero proceden de Cáceres. «Si nos elimina algún equipo en la Copa del Rey que sea el Cacereño», decía Goyo, uno de los integrantes de esta familia que estuvo calentando motores desde la dos de la tarde.
Otros también llegaron desde diferentes puntos de la región. «Nosotros venimos desde Almendralejo para ver el partido», contaba José Cortés junto a otros amigos mientras pedían bocadillos. Justo al lado de ellos, Isidro Timón, de 66 años, estaba esperando que le pusieran la comida, mientras no paraban de entrar aficionados del Cacereño. «No nos podíamos perder este partido; quizás no se repita», comentaba.
Y es que este martes se vieron imágenes en la ciudad que posiblemente nunca se vuelvan a ver, como la de Sus Majestades de Oriente en la concatedral de Santa María con un bufanda del partido. Era la gran bienvenida a los Reyes Magos y los niños presentes obsequiaron a Melchor, Gaspar y Baltasar con una bufanda, en medio de una gran ovación de todos los asistentes. Está claro que para muchos ha sido un día mágico.
Los Reyes Magos se han adelantado para Guillermo Jiménez, un niño de diez años cuya cara ayer era la pura expresión de la felicidad. Junto a su hermano y un centenar de aficionados estuvieron esperando en la puerta del Ayuntamiento de Cáceres para ver alguna cara conocida del Real Madrid. Sabían que parte de la directiva iba a ser recibida por el el alcalde de la ciudad, Luis Salaya, y allí apareció el que fuera lateral izquierdo del Madrid, Roberto Carlos, y el actual director de Relaciones Institucionales del club merengue, Emilio Butragueño.
«He conseguido un autógrafo de Butragreño y Roberto Carlos. ¡De los dos, de los dos; ha sido emocionante!», comentaba tras 'colarse' entre la aglomeración de vecinos de la ciudad que se formó para hacerse una foto con los dos mitos del madridismo.
También hubo otro pequeño, de tan solo ocho años, que vivió esta recepción de una manera especial. Fue Hugo Naharro, que se hizo con un autógrafo de Roberto Carlos desde el balcón del Ayuntamiento cacereño.
Según contó su madre, tras ir a la recepción de los Reyes Magos en la concatedral de Santa María y regalarle una bufanda a Sus Majestades, el alcalde de la ciudad le invitó a la recepción Butragueño y Roberto Carlos en el Consistorio. «Iba de paje acompañando a Baltasar y también ha visto al Real Madrid. Así que ha sido el mejor día de su vida».
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