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Extremadura ha fracasado este año en su intento de atraer a más Médicos Internos Residentes (MIR) y, en concreto, de Medicina Familiar y Comunitaria, una de las que más necesita la región ante el colapso de los últimos años motivado por la pandemia. Solo ... vendrán a formarse 58 jóvenes en esa especialidad, muchos menos de los que han llegado en convocatorias de años anteriores.
La estrategia de la Junta de ir aumentando plazas no ha funcionado. Se han quedado desiertas 40 vacantes de Medicina de Familia del total de ofertadas (98, más que nunca), un hecho que el propio consejero de Sanidad, José María Vergeles, ha calificado como «un signo de alarma de que algo está pasando en el Sistema Nacional de Salud».
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El Consejo Médico Extremeño de Atención Primaria ha ido aún más lejos y ha alertado de que la falta de profesionales podría llevar al cierre de consultorios en esta comunidad autónoma.
La situación es preocupante a la vista de las cifras, más si se tiene en cuenta que en la convocatoria anterior se ofertaron 94 plazas de Medicina de Familia y se cubrieron todas. Nada que ver con lo sucedido en esta ocasión. En las demás especialidades sí se han cubierto todas las vacantes este año.
Si se echa la vista atrás, hay que remontarse a 2015-2016 para encontrar una situación similar. En ese caso no fue porque se quedaran desiertas plazas, sino porque se ofertaban muchas menos. Por aquel entonces el número para Medicina de Familia era de solo 58.
Precisamente, entre los años 2012 y 2016 las plazas ofertadas se redujeron considerablemente y no pasaron de las 58 para esa especialidad. A partir de ahí fueron creciendo y en 2019-2020 ya alcanzaban las 75, que se cubrieron. En 2020-2021 ascendieron a 94 y también se adjudicaron, pero tras esos años de bueno datos, Extremadura se ha dado el batacazo en esta convocatoria.
Ante eso, la Consejería de Sanidad no ha anunciado si propondrá alguna solución al Ministerio. Otras regiones como Castilla y León, también con muchas vacantes de MIR, han solicitado eliminar la nota de corte para que puedan acceder a las vacantes otros graduados en Medicina. La otra opción pasa por elevar el cupo de profesionales extracomunitarios que puede ejercer en nuestro país.
Incluso regiones como Asturias o Galicia, con menos plazas desiertas que Extremadura, ya han propuesto medidas. La Consejería, por su parte, se limita a hacer una llamada a la reflexión. Por el momento, Vergeles, considera que «todos», y ahí incluye universidades, colegios, sociedades científicas, docentes, profesionales, administración y la política, tienen que reflexionar sobre los motivos por los cuales no se cubren vacantes MIR.
Vergeles rechaza que este asunto tenga solo un origen económico, pero hay condiciones laborales distintas entre regiones y Extremadura. Por ejemplo hasta ocho euros de diferencia por hora entre un residente de quinto año en esta comunidad y uno en Navarra.
«Si fuese el dinero, Cataluña ha ofrecido 9.000 euros de paga única a los residentes que se formasen allí y se le han quedado 75 plazas vacantes», ha expuesto el consejero extremeño, quien reconoce que «probablemente haya que mejorar las condiciones laborales» e incorporar el Estatuto del Tutor. También aboga por fomentar la rotación por el medio rural y apostar por las zonas de difícil cobertura.
Por su parte, para los colegios y sindicatos de médicos de Extremadura la situación es «muy preocupante». De hecho, esta región es, con 40, la comunidad que tiene más plazas desiertas, por detrás de Cataluña (71) y Castilla y León (45).
Como se ha informado, las plazas no ocupadas para Formación Sanitaria Especializada en Extremadura son 11 en Cáceres, nueve en Don Benito, seis en Plasencia, cuatro en Llerena, cuatro en Navalmoral de la Mata, cuatro Coria, una en Mérida y otra en Badajoz. La que peor parte se lleva es el área de salud de Cáceres, que justo antes de la pandemia protagonizó una huelga de MIR para reclamar una formación y supervisión adecuada. Aseguraban que se tenían que enfrentar a guardias de urgencias sin supervisión y eso se escuchó en todo el país, lo cual tampoco ayudó a la reputación de la formación sanitaria en Extremadura.
Los colegios y sindicatos de médicos en Extremadura creen que los sueldos, la falta de un estatuto que incentive a los tutores que forman a los residentes, las malas comunicaciones y la saturación de la atención primaria están detrás de las plazas MIR que han quedado desiertas. «Estamos en los últimos puestos de la retribución de la hora de guardia y eso influye», afirma María José Rodríguez, secretaria general del Sindicato Médico de Extremadura (Simex), que también alude a la dificultad para desplazarse hasta Extremadura como otro de los motivos. El presidente del Colegio de Médicos de Cáceres, Carlos Arjona, habla del Estatuto del Tutor. «En esta región no se incentiva a aquellos profesionales que desempeñan esta labor», opina. A eso añade que «la situación de la atención primaria, con los problemas que está habiendo de saturación, está haciendo que muchos se decanten por especialidades hospitalarias».
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