El rocódromo que se empezará a construir en Cáceres durante 2022 tendrá todas las homologaciones para las distintas pruebas olímpicas, una instalación que aún no existe en España, de manera que convertiría a Extremadura en una referencia nacional o incluso europea en este deporte. Además ... de ser utilizado por los deportistas de la región, la idea es que puedan venir a concentrarse selecciones de escaladores de toda España y celebrarse competiciones nacionales e internacionales, por eso desde la Federación Extremeña de Montaña y Escalada (Fexme) creen que repercutirá positivamente en la economía cacereña.
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«Ahora mismo las ciudades con rocódromo se disputan celebrar este tipo de pruebas porque el retorno de una competición internacional es de cuatro euros por cada euro invertido y en las nacionales de dos euros por cada uno. Por poner un ejemplo, el fin de semana se ha celebrado el Campeonato de España de Escalada y Paraescalada en Pamplona con 256 inscritos que han ido la mayoría con sus familias, por lo que no quedaban plazas hoteleras libres en la ciudad», apunta José Antonio García Regaña, presidente de la Fexme, quien no pasa por alto que esta instalación deportiva cuadra además con la estrategia de turismo asociado a deportes de naturaleza que tiene Extremadura.
El rocódromo previsto por la Junta estará adscrito al Centro Nacional de Tecnificación Ciudad Deportiva de Cáceres (CNTDC) y se construirá en el espacio que ocupa actualmente el frontón cubierto del centro (para estos usuarios se hará otro frontón exterior). La Consejería de Cultura, Turismo y Deportes lo califica de «instalación de última generación». Tendrá 1.000 metros cuadrados escalables que incluyen las disciplinas de dificultad (cuerda), bloque y velocidad.
Sustituirá por tanto el que usan los escaladores del Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Cáceres, que acoge a unos 30 jóvenes en total, algunos como internos y otros como externos. Hay que saber que este equipo se acaba de traer 16 medallas del campeonato de España celebrado en el rocódromo privado de Rocópolis, en Navarra.
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El rocódromo de Cáceres puede parecer una idea sobrevenida tras la histórica medalla de oro conseguida en verano en los Juegos de Tokio por el cacereño Alberto Ginés, pero en realidad es un proyecto anterior vinculado a la pujante cantera que tiene Extremadura en este deporte. Según la Junta de Extremadura la idea surgió en 2016. Pero se empezó a concretar a partir 2019, aunque no ha sido hasta hace unos días cuando se supo cómo iba a financiarse semejante obra.
José Antonio García Regaña
Presidente de la Fexme
El ministro de Cultura y Deporte, Miguel Iceta, se reunió el pasado 27 de octubre en Mérida con el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, y acordaron que Extremadura concurriría a la convocatoria nacional del año que viene para conseguir parte de los fondos adscritos al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, la cual está enmarcada dentro de los planes nacionales que han elaborado los 27 estados miembros de la Unión para acogerse al Plan de Recuperación para Europa NextGenerationEU.
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Las partidas y formatos de convocatorias del Plan de Recuperación para las comunidades autónomas en el área de deportes se concretarán en la próxima reunión de la Conferencia Sectorial del Deporte, que tendrá el próximo lunes en la sede del Consejo Superior de Deportes.
Según explicó ayer la junta a este diario, el presupuesto que se baraja ronda los 500.000 euros, pero también se llevará a cabo una adecuación de todo el edificio que albergará el rocódromo (reforma de accesos, climatización, vestuarios, entre otros aspectos) por importe de un millón de euros.
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La inversión no ha estado exenta de críticas. Esta semana, el presidente del Partido Popular, José Antonio Monago, ironizó desde la tribuna de la Asamblea sobre si Extremadura necesita esta instalación deportiva. «¿Ustedes creen que puede tener ambición ofrecer como gran respuesta a la crisis un rocódromo con los fondos Next Generation, creen que es serio?», manifestó el representante del PP.
Según fuentes conocedoras del proyecto, el rocódromo que la Junta quiere construir en Cáceres tiene que ver con la afición a la montaña y la escalada de la consejera de Cultura y Deportes, Nuria Flores, que cuando accedió al cargo en verano de 2019 preguntó a la Fexme sobre sus necesidades.
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Aunque se empezó a pensar en él mucho antes, fue este verano cuando trascendió este ambicioso proyecto de la Junta. La consejera escribió en su perfil de redes sociales que el futuro rocódromo de Cáceres llevará el nombre de Alberto Ginés a los pocos minutos de que este consiguiera el oro olímpico. Esto le valió críticas al considerarse tardía esta inversión, ya que se sabe que Ginés, que empezó en el CAR de Cáceres, se instaló en Barcelona en 2015 porque en Extremadura no podía seguir progresando como deportista de élite por falta de instalaciones adecuadas.
De hecho, las reacciones más comentadas del escalador Alberto Ginés fue la falta de rocódromos no ya en la región sino en toda España para afrontar competiciones de máximo nivel en un deporte en auge como la escalada, el cual se entrena sobre paneles y presas artificiales de resina.
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En este deporte ya existió un antecedente en la región cuando en 2002 la Junta financió un ambicioso rocódromo en las instalaciones de Lusiberia en Badajoz. En aquel momento llegó a ser el rocódromo más grande de España a cielo abierto y acogió concentraciones y pruebas nacionales en las que incluso compitió el campeón del mundo Ramón Julián. La Fexme creó los primeros grupos de tecnificación, pero a los pocos años la instalación pacense cerró por falta de mantenimiento y una gestión que fue un fracaso.
Ahora la apuesta que hay sobre la mesa es mucho mayor, ya que el rocódromo es más grande, más completo, de interior y la afición se ha multiplicado. Aunque pueda ofrecerse a deportistas de todo el mundo, e incluso según la Junta no se descarta que pueda acoger actividades de iniciación, el uso prioritario del futuro rocódromo de Cáceres sería para las promesas extremeñas de la escalada del plan de tecnificación de la Fexme que en la actualidad entrenan en el pabellón multiusos de Cáceres. Este tiene rocódromo desde 2004, en 2007 se amplió pero sigue siendo un lugar pequeño y desfasado donde solo pueden entrenar la modalidad de bloque, no dificultad ni velocidad.
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Esta carencia les obliga a salir prácticamente cada fin de semana a concentraciones en rocódromos privados de Madrid o Pamplona, o en el caso de Extremadura al Cereza Wall de Plasencia y el Zima de Badajoz. El resto de los rocódromos dispersos por la región son recreativos y apenas sirven para iniciarse, aunque en ellos se celebra puntualmente alguna prueba de los Judex que sirve para detectar futuros talentos.
Según explica el presidente de la Federación Extremeña, a las primeras consultas sobre qué tipo de instalación podría tener la región respondieron Raúl Martín como director de infraestructuras de la Dirección General de Deportes de la Junta, Andrés Ramos como técnico nacional de la selección nacional de paraescalada y el propio padre de Alberto Ginés, que conocía los rocódromos más punteros del continente porque tenía que llevar a su hijo hasta ellos para que entrenara en condiciones. Después irrumpió la pandemia y se paralizaron las gestiones, pero en 2021, con Ginés recién clasificado para Tokio, se retomó el proyecto.
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Antes de que llegara el oro olímpico, ya estaban implicados varios expertos nacionales como el seleccionador nacional de escalada David Maciá; el escalador Pedro Pons, excompetidor internacional y representante de instalaciones deportivas de la Federación Española de Montaña y Escalada (Fedme); el equipador de competiciones internacionales Sergio Verdasco; y Javier Cano y Andrés Ramos, escaladores extremeños como representantes de la Fexme. También estaba al tanto Antonio Parejo, jefe de sección de Centros Deportivos de la Dirección General de Deportes de la Junta de Extremadura. La idea era licitar el proyecto antes de que acabara este año, algo que aún no ha ocurrido.
¿A qué se parecerá el rocódromo extremeño? Ahora mismo la referencia en Europa para entrenar escalada es el rocódromo de Inssbruck, en Austria, si bien allí solo la superficie escalable interior triplica a la prevista en Cáceres. A la espera de conocer el proyecto en detalle, en España no habría rocódromos que superaran al extremeño. La gran diferencia con lo que hay es que se dedicará de manera prioritaria a entrenar.
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No hay que olvidar que en la actualidad los mejores escaladores del país, incluido Ginés, tienen que compartir su tiempo de entrenamiento con gente de la calle pues las instalaciones adecuadas son negocios privados con afán recreativo. Esto dio lugar a la ya conocida frase del entrenador de Ginés: «Es como si la nadadora Mireia Belmonte hiciera sus largos en una piscina compartiendo calle con el público».
Según García Regaña, presidente de la Fexme, contaría con presas y paneles homologadas por la IFSC para entrenar bloque, dificultad (vía larga con cuerda) y velocidad, en este caso con cronómetro homologado, algo que en el país solo existe en Pamplona.
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«La idea –prosigue García Regaña–, además de que entrenen los escaladores extremeños, es que periódicamente vengan selecciones de varias comunidades como Andalucía o Madrid e incluso que la selección juvenil de escalada use la instalación de Cáceres de forma permanente, ya que la absoluta de momento se aloja en el CAR de San Cugat, donde está previsto que se mejoren las instalaciones que tienen ahora (ahí es donde entrena Alberto Ginés desde 2015 y donde ha anunciado que seguirá). Pero además se pretende que el rocódromo de Cáceres atraiga eventos deportivos nacionales e internacionales, también de paraescalada, que será olímpica en 2028, y que tenga una grada y hasta raíles preparados para las retransmisiones televisivas», describe el presidente de la Fexme, que también es responsable de escalada y paraescalada de la Federación española.
No es un rocódromo para una sola persona, en referencia al campeón olímpico extremeño Alberto Ginés, como algunas personas piensan. De hecho, el cacereño ya manifestó hace meses que él seguirá entrenando en Barcelona porque allí tiene su vida. En realidad, la apuesta por esta instalación, además de una inversión estratégica, obedece a que Extremadura es una de las potencias nacionales en este deporte.
En el campeonato de España que se celebró el pasado fin de semana en Pamplona los extremeños se trajeron 16 medallas (cinco de oro, cinco de plata y seis de bronce). Este palmarés sitúa a Extremadura como la tercera comunidad más fuerte en este deporte tras Cataluña y País Vasco. «Con más de quince competidores hemos sido la expedición más numerosa del país y cuando compites con la bandera extremeña cada vez notamos más respeto», indica José Antonio García Regaña, presidente de la Federación Extremeña de Montaña y Escalada.
De hecho, el campeón absoluto de dificultad hasta hace unos días era el cacereño Alberto Ginés, que ganó en 2019. En 2020 no hubo competición y este año el placentino Javier Cano ha estado a punto de relevar a Ginés en categoría absoluta, pero por culpa de un resbalón quedó segundo finalmente. En bloque consiguió el oro Alejandro Crespo, de Tornavacas, y otros cuatro extremeños quedaron campeones nacionales en sus respectivos grupos de edad: María Paredes y Hugo Cosano en bloque; y Lucas Pérez y David López en dificultad (cuerda).
Además, tiene a la placentina Antía Freitas y el mencionado Alejandro Crespo participando en competiciones internacioneles.
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