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Gallardo, entre Ibarra y Vara en el acto que el PSOE celebró el 21 de septiembre en Miajadas. HOY

Gallardo se apoya en Osuna para intentar frenar una candidatura alternativa en el PSOE

El respaldo del alcalde de Mérida resulta vital en un escenario interno de dudas sobre el liderazgo del secretario regional y su tensa relación con Ferraz

Ana B. Hernández

Domingo, 20 de octubre 2024, 08:01

El secretario general del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, vuelve a apoyarse en el alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna, para frenar una candidatura alternativa que le obligaría a pasar por otras primarias antes del congreso regional de principios de 2025.

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La fotografía publicada ... esta semana por el regidor en redes sociales, acompañada de un mensaje explícito de apoyo a Gallardo («con la convicción de que será el próximo presidente de la Junta en mayo de 2027»), se entiende en esa clave interna de demostración de fuerzas para hacer desistir a los críticos, que creían haber percibido dudas en el político emeritense. El tándem sigue y sus votos garantizarían la nueva victoria del secretario general frente a quienes opinan que Ferraz ve con buenos ojos buscar una alternativa a Gallardo.

Antonio Rodríguez Osuna y Miguel Ángel Gallardo, reunidos esta semana. HOY

De hecho, la propia foto y el mensaje pone de manifiesto que «hay marejada de fondo en el partido y mucho trabajo entre bambalinas», según la observación de un excargo del PSOE. «Aunque sería darse un tiro en el pie, no se pueden descartar de forma rotunda las primarias; hay movimientos y Gallardo es consciente de ello», agrega.

El acto de Miajadas

Esos movimientos ya estaban produciéndose cuando el pasado 21 de septiembre se celebró en Miajadas un acto con presencia de Juan Carlos Rodríguez Ibarra, el referente político del actual secretario general.

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En ese encuentro, diseñado para reforzar la unidad en torno a Gallardo, el propio Ibarra cuestionó el papel que empezaba a jugar Ferraz cuando dijo: «La dirección del partido tiene muchas competencias, pero no tiene una, que es la de quitar y poner a quien le dé la gana en cualquier momento, desoyendo la voluntad del ciudadano que decide quién nos debe gobernar». Sus palabras, sin embargo, quedaron diluidas tras la polémica generada por el expresidente de la Junta con el atleta Álvaro Martín.

Aunque solo llevaba seis meses al frente del PSOE de Extremadura, efectivamente, el liderazgo de Gallardo ya empezaba a ser cuestionado por varios motivos: a su decisión de apostar por una ejecutiva carente de integración y de escaso peso político, seguida de los ceses sin contemplaciones de algunos trabajadores del partido, se sumaban sus dardos públicos no compartidos por todos a la dirección nacional de Pedro Sánchez.

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La entrevista que concedió al diario El País 48 horas antes del comité federal, en la que dijo que Extremadura no sería una sucursal de Ferraz, fue un punto de inflexión en su relación tirante. Aunque Gallardo no dijo nada que no hubiera repetido ya durante los días anteriores, e incluso delante del propio Sánchez durante el congreso regional del pasado mes de marzo, cuando avanzó que defendería por encima del partido los intereses de su región, las críticas al cupo catalán tuvieron una mayor repercusión y molestaron a Ferraz, acostumbrada a la lealtad pública de Guillermo Fernández Vara.

Si hasta entonces era residual la posibilidad de volver a celebrar un proceso de primarias que permite la convocatoria del nuevo congreso regional, la reprimenda que escuchó de boca de Sánchez en el comité federal abrió la veda, volvió a animar a los críticos de Gallardo e hizo dudar incluso a algunos desilusionados tras sus primeros meses de gestión de un partido poco acostumbrado a estar en la oposición.

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Blanca con Illa

En este nuevo escenario, los socialistas extremeños comienzan a poner nombres sobre la mesa. El primero, atendiendo a la lógica de haber sido derrotada por escaso margen en las primarias de comienzos de año, es el de Lara Garlito, quien además evita pronunciarse públicamente sobre sus intenciones y que ha realizado sus propios movimientos de tanteo. Pero pronto, y aunque todo puede cambiar en política, esta opción se desestima. «Ya ha perdido una vez y las reglas del juego no han cambiado», coinciden los socialistas consultados.

Blanca Martín, con el presidente de Cataluña, el socialista Salvador Illa. HOY

Es el turno entonces de Blanca Martín, presidenta de la Asamblea de Extremadura. Con el respaldo nunca hecho público de tres de referentes del PSOE extremeño (Fernández Vara; el delegado del Gobierno, José Luis Quintana; y el presidente de la Diputación de Cáceres, Miguel Ángel Morales) hay quienes consideran que con su experiencia política y su conocimiento del partido, podría asumir mejor el liderazgo que Gallardo. Su reunión en septiembre con el presidente catalán, Salvador Illa, con foto institucional incluida en unos días en que desde Extremadura se cuestionaba el cupo catalán, llama mucho la atención en algunos sectores socialistas.

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Sin embargo, con el paso de las semanas también surgen dudas sobre el consenso real que aglutina Blanca Martín, y muchas más sobre la posibilidad de que la dirección nacional se implique de verdad en su favor si no ve clara la victoria. Además, se recuerda otro dato: «Ya tuvo la posibilidad de hacerlo (en las primarias en las que venció Gallardo) y no quiso», aseguran quienes mantienen que la política placentina siempre ha preferido rehuir el enfrentamiento directo.

La alternativa de la actual presidenta de la Asamblea (que tendría que abandonar dicho cargo si se convirtiera en secretaria general, otro hándicap) cobraría fuerza, no obstante, si el proceso judicial en el que está inmerso el presidente de la Diputación de Badajoz a cuenta del hermano músico de Pedro Sánchez complica su situación. «Hablaríamos, sin primarias por medio, de candidatura de consenso o dedazo, pero ahora mismo no está sobre la mesa», afirman fuentes socialistas consultadas.

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En ese escenario tampoco se descarta la figura de José Luis Quintana, dirigente socialista bien considerado y sin enemigos internos, aunque solo fuera para la secretaría general y a la espera de fijar un candidato a la Junta.

Las voces que se inclinan por esta opción existen, pero no son mayoritarias. Son más quienes opinan que celebrar otras primarias sería catastrófico para el partido. «Gallardo ha ganado y merece la oportunidad de desarrollar su liderazgo»; «el resultado no cambiaría», son algunas de las opiniones recogidas.

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Integración

En cualquier caso, el actual secretario general de los socialistas extremeños es consciente de los movimientos existentes, de ahí que también haya comenzado a realizar gestos internos de integración. «Se está moviendo para sumar nuevos apoyos, consciente de que consolidarse pasa sí o sí por la integración y que ésta debe plasmarse además en una nueva ejecutiva», aseguran.

Las listas aprobadas para la cita federal es uno de esos gestos. «Trata de sumar a los que cree que es posible, pero dejando claro quién manda. Y a quien descarta, porque le da por perdido, le decapita». De hecho, en la última semana han seguido los ceses de personal de confianza del entorno de Rafael Lemus, el secretario provincial de Badajoz y el dirigente más alejado de él en la actualidad.

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Lo que parece seguro es que hasta que no pase el congreso federal, el 1 de diciembre, no se producirán los movimientos más significativos. Del mismo modo que la posible entrada de Gallardo en la Asamblea deberá esperar a que tenga lugar la cita regional.

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