Maribel Toro en su pueblo junto a su trofeo y la Handbike. HOY

Extremadura en Femenino

Una ganadora que pedalea con las manos

Maribel Toro ·

Campeona en la Copa de España de Ciclismo Paralímpico

Lunes, 29 de abril 2024, 07:27

El trofeo dorado emulando a un guerrero que Maribel Toro, (Ribera del Fresno, 1982) recibió hace unas semanas en Ponferrada no es un premio más para ella. Si no un espejo en el que mirarse todos los días antes de entrenar.

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Un premio que le recuerda que fue la primera clasificada en la copa de España de ciclismo Paralímpico que se celebró el 7 de abril. Era la primera competición para la deportista y pese a llevar tan sólo tres meses entrenando logró subirse al podium. «Aún no me lo creo, no soy consciente de haber quedado primera. Sólo fui a disfrutar de lo que más me gusta que es la bici, no llevaba mayor pretensión que esa», cuenta.

A sus 42 años, este es el primero que Maribel dedica a la competición. El deporte forma parte de su vida desde que en su juventud comenzó a correr. «Me enganché al deporte de adolescente, en mi época no había muchas alternativas y más para una mujer. Las opciones en el colegio no iban más allá del fútbol».

Por entonces tampoco era habitual ver a mujeres hacer ejercicio, por eso para ella fue un descubrimiento llegar a vivir a Badajoz. «Vi que allí la gente corría por las calles, yo venía de un pueblo y aquí no era lo normal. Así que fue en Badajoz donde empecé a salir a correr. Al principio trotaba, pero me enganché súper rápido y enseguida recorría grandes distancias», recuerda.

Así, antes de que el running se pusiese de moda Maribel ya corría. Hace 20 años no existían los relojes GPS así que Toro corría por disfrute, para sentirse libre, pero nunca controló la distancias ni los tiempos.

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Cuando volvió al pueblo, siguió corriendo por el campo, su perro era por entonces su única compañía.

Maribel estuvo varios años corriendo en el tiempo libre que le dejaba su trabajo. También siguió corriendo cuando se quedó embarazada de su hijo. Lo hizo hasta que este tuvo cuatro años. Ella le estaba enseñando a montar en bicicleta y notó que algo no iba bien. «Sentí que me costó ir corriendo detrás del niño, la pierna no me respondía bien. No tenía mucho control sobre ella», recuerda.

Esta aficionada al deporte que llevaba ya varios años corriendo, estaba diagnosticada de esclerosis múltiple, una enfermedad neurodegenerativa, de la que no había mostrado síntomas hasta entonces. «Fue a raíz de un brote, lo que me hizo perder coordinación y no era capaz de correr como lo había hecho hasta entonces».

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Para superar la carencia del atletismo Toro se apuntó a clases de yoga y al gimnasio. Dejar de correr fue muy complicado para ella, que durante sólo pudo correr en los sueños, que se le repetían como una pesadilla.

Su marido Raúl y unos amigos le animaron a probar el ciclismo, al principio ella no estaba muy segura pero decidió probar.

Le prestaron una bici de montaña y en 2016, un año después de dejar de correr, recorrió con ella los mismos caminos que ya había pateado corriendo. «Me enamoré del ciclismo. La bici me devolvió el sentimiento de libertad que sentía al correr», dice.

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Maribel salía alrededor de cinco días a la semana, cada vez lograba sumar más kilómetros y se fue especializando. Pese a que la pierna le seguía fallando en 2019 junto a su marido hizo el camino de Santiago. «Fue muy duro porque eran rutas muy técnicas y con muchas subidas, pero fue muy gratificante», cuenta.

Pero el deterioro de su pierna izquierda cada vez le impedía más montar en bici, tanto que llegó a subir a ella tumbándola en el suelo.

Handbike

Fue entonces cuando comenzó a buscar ayuda. «Me sentía ciclista pero no lo era, porque llevaba meses sin poder subirme a la bici, y me estaba afectando psicológicamente». Esto fue lo que le llevó a buscar asociaciones que fomentaran el ciclismo para personas con problemas y encontró a Enki, una asociación de La Acoruña que trabaja por la inclusión en el deporte. En la región no existen agrupaciones con estos fines, por lo que Maribel se fue hasta Galicia para probar la handbike, que es como se llama la bici en la que se pedalea con ayuda de los brazos. «La primera vez que tumbé en ella volví a encontrar otra salida que me permitía continuar con lo que me apasiona», rememora emocionada.

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Después de probar esta bici en Galicia, la asociación le cedió una de las suyas para que Maribel se iniciase en esta modalidad. Esta es una de las tareas de la entidad, pues muchos deportistas no pueden hacer frente al elevado coste de estos aparatos, que superan los ocho mil euros.

Tras varias salidas Toro intentó tirar la toalla. «Es muy duro pedalear con los brazos, se necesita mucha fuerza y no es tan divertido como la bici normal», sentencia. El apoyo de Enki, sus amigos y su familia le hizo seguir. En enero comenzó a entrenar con rodillo y hace unas semanas, tras más de 20 kilómetros en sus brazos, fue la primera en atravesar la meta que le dio la victoria. Un resultado que no es más que la recompensa al trabajo y la superación por la que Maribel lucha a diario desde su nuevo sillín.

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