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«Otra vez que me quedo fuera», dice Irene García. Tras conocer los requisitos del Programa de Colaboración Económica Municipal de Empleo aprobado por la ... Junta de Extremadura, esta desempleada de 37 años ha confirmado que, una vez más, no cumple los requisitos para acceder a un plan de empleo. La causa, como ya ha vivido en diferentes ocasiones, es que esta convocatoria únicamente financia la contratación de personas menores de 30 años y mayores de 45.
Es una realidad que se repite. El Plan de Empleo de Extremadura 2024-2025 detalla –en su apartado sobre la cohesión social– doce acciones destinadas al fomento directo de la contratación. Las relacionadas con la atracción o retención de talento se centran específicamente en los menores de 30 años. También hay ayudas a las empresas que contraten a personal junior para que adquiera experiencia profesional y una línea para el fomento del empleo estable que, al igual que el programa de colaboración municipal, se circunscribe a los menores de 30 años y a los mayores de 45.
Es decir, los jóvenes son prioritarios para cinco de las doce acciones; los mayores de 45, en otras dos; las personas con discapacidad, también en dos, e igualmente se menciona a los autónomos y a los parados de larga duración. Incluso se pretende la activación de las personas que cobran prestaciones.
En definitiva, las diferentes líneas de ayudas suelen priorizar a los jóvenes y a las personas de más edad, mientras que las personas entre 30 y 44 años se sienten discriminadas. «Lo que reivindicamos es que todos tengamos las mismas oportunidades», señala Irene García, que informa que actúa como portavoz de un grupo de más de una decena de personas que están en la misma situación.
Y es que no se trata de casos aislados. Son exactamente 19.311 personas de entre 30 y 44 años de edad las que están desempleadas en Extremadura. Su peso en el total es destacado y representan a más del 26% de los 73.056 parados que suma la región en marzo, según los datos que publica mensualmente el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal).
Esos números significan que el resto de trabajadores sin empleo, y que sí tienen acceso prioritario a programas de fomento de las contrataciones como el recientemente aprobado para los ayuntamientos, son más de 54.000. Sin embargo, si se analizan los detalles, los parados de menos de 30 años apenas superan ligeramente los 12.000. «No entendemos que siempre seamos nosotros a quienes no se tiene en cuenta», lamenta Irene.
Pese a esa sensación, no se trata de una novedad. En las ediciones anteriores de este plan anual diseñado para fomentar el empleo en los municipios ya se fijaron como franjas de edad prioritarias para la contratación a los menores de 30 años y a los mayores de 45. «La finalidad del programa (...) es financiar la contratación de personas desempleadas demandantes de empleo por parte de las entidades locales de la Comunidad Autónoma de Extremadura, al objeto de satisfacer las necesidades laborales de estas entidades, facilitando así la inserción laboral y mejora de la ocupabilidad de las personas», se puede leer en la resolución publicada en el DOE (Diario Oficial de Extremadura) el pasado 8 de abril.
Un objetivo que no se centra en todos los desempleados, según Irene. Ella lleva nueve meses en paro después de que finalizara su contrato como auxiliar de ayuda a domicilio. En su caso concreto, ya no es únicamente que esté fuera de los márgenes de edad considerados prioritarios, tampoco cumple los requisitos como parada de larga duración ni como perceptora de un subsidio. «Hay que estar cobrando una prestación», detalla esta desempleada que reside en Cáceres.
La resolución concreta que las personas contratadas, además de estar inscritas en el Sexpe, deberán se perceptoras «de prestación o subsidio protector de la situación de desempleo, a la fecha de realización de sondeo para la cobertura de la oferta de empleo».
Una premisa que Irene no cumple. «Quienes están cobrando una prestación ya tienen un ingreso, pero hay personas que no tenemos ningún ingreso y queremos trabajar que no nos incluyen en las ayudas; no tiene ningún sentido», ahonda.
En la edición anterior de este plan, el requisito era el contrario. Tan solo podían acceder a un contrato municipal financiado por la Junta aquellos trabajadores que «no sean perceptoras de prestación o subsidios protectores de la situación de desempleo».
Esta modificación va en consonancia con una de las acciones marcadas en el Plan de Empleo –que firmaron Junta, sindicatos y patronal– para la activación de las personas que están cobrando prestaciones. Pero se trata de una decisión que deja fuera, como comenta Irene, a quienes carecen de ingresos. «Creo que todos tenemos los mismos derechos a trabajar», insiste. Ella tiene formación en atención sociosanitaria aunque se abre a cualquier otro empleo: «Peón, limpiadora... me da igual», asegura.
Más del doble mujeres desempleadas que hombres hay en Extremadura si se tiene en cuenta a la población de entre 30 y 44 años. Ellas suman más de 13.000 y ellos no llegan a 6.300, siempre según los datos del SEPE para marzo de este año. Es una situación que no se replica en ninguna otra franja de edad.
Es cierto que el paro afecta más a las mujeres en todas las divisiones por edad. Sin embargo, es entre 30 y 44 años donde la brecha de género es más amplia y el paro femenino es el 68% del total. En el resto de franjas, las mujeres representan el 64% sobre el total de parados y son el 55% entre los menores de 30 años y el 65% en los mayores de 45 años. Aunque el mayor volumen de desempleadas, como también sucede a nivel general, se sitúa en las mayores de 45 años, que son 27.210.
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