El grupo industrial extremeño Cristian Lay (CL) no reanudará la actividad en una de sus empresas radicadas en el País Vasco. Aparca su propósito de reabrir Corrugados Azpeitia al toparse contra «una pared institucional», según resaltan a HOY fuentes del grupo ... creado por Ricardo Leal Cordobés. El grupo tenía claro que abriría de nuevo la factoría si se podía continuar con la actividad en las instalaciones que estuvieron funcionando hasta 2013. Sin embargo, el Consistorio del municipio guipuzcoano no lo ha autorizado (sí, en cambio, apostaban por ello la Diputación Foral y el Gobierno vasco) y remitió al grupo con sede en Jerez de los Caballeros a construir una nueva fábrica a las afueras del municipio, una inversión inasumible para el grupo industrial CL. De esta manera se esfuma una posibilidad quetomó fuerza a principios de año.
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Centrada en la producción de barras de acero corrugado, fue una de las sociedades que el Grupo Gallardo, del jerezano Alfonso Gallardo, compró. La factoría guipuzcoana Fue cerrada en 2013 al acumular pérdidas millonarias. Un cierre avalado, en los juzgados, por la Audiencia Nacional.
Tras la adquisición de la familia Leal de las empresas de Gallardo se puso sobre la mesa la reapertura de Corrugados Azpeitia, en la misma línea de dar impulso al acero corrugado como ha pasado con la también vasca Corrugados Lasao.
«Estamos empeñados en hacer crecer el negocio y el empleo, en una etapa de reindustrialización necesaria pero no vamos a poder hacerlo en Azpeitia. Nos estamos topando ante una pared institucional y así es imposible plantearse reabrir Corrugados», se ha trasladado desde CL a este periódico. La ubicación actual de la fábrica de Azpeitia, con una inversión aproximada de 50 millones, permitía su puesta en marcha en un plazo aproximado de seis meses y crear unos 700 empleos, 200 de ellos directos.
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Pero el Gobierno local, en manos de Bildu, no avalaba esa reapertura aduciendo motivos urbanísticos y emplazó a construir una nueva factoría a las afueras de esa localidad de 15.000 vecinos situado en el centro de la provincia guipuzcoana. En cambio, tanto la Diputación como el Gobierno de Euskadi, en manos del PNV, sí veían posible retomar la actividad en la actual ubicación.
Esa alternativa, aparte de posponer a cinco años la apertura de Corrugados, implicaba una inversión muy elevada y con un mayor riesgo añadido. Algo que el grupo de Jerez ve inviable.
El grupo industrial CL facturó 782 millones en 2020. De ellos, unos 100 los aportó el grupo Gallardo tras su compra en el verano pasado. Cuenta con 2.900 trabajadores, 550 en Siderúrgica Balboa, la emblemática acería jerezana.
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«La apuesta en común que se hizo por las empresas del Grupo Gallardo está funcionando y lo está haciendo en un contexto económico y sanitario muy difícil», indicó entonces a HOY Miguel Ángel Leal, director ejecutivo de la división industrial del grupo jerezano. »De hecho, se está estudiando la posibilidad de reabrir dos empresas que llevan cerradas desde hace meses. Una es Galvacolor, también asentada en Jerez y que cerró en 2018 cuando tenía 94 trabajadores; la otra está en el País Vasco, la acería de Corrugados Azpeita«, añadió. Esta última posibilidad se acaba de esfumar.
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