Un año y casi un mes. No es una pena de cárcel pero para los vecinos de Guadajira (alrededor de 520, Vegas Bajas del Guadiana) es como si lo fuera. Desde el 5 de junio del año pasado no tienen agua potable en sus casas. ... No se trata de un problema de escasez sino de salubridad. Llega agua a sus grifos, sí, pero Salud Pública de la Junta ha advertido que no es apta porque tiene exceso de nitratos. No se puede consumir. Se trata de una situación que ha disparado la indignación de los vecinos de esta entidad local menor dependiente de Lobón. En realidad, no solo ha aumentado las quejas sino también las facturas de los hogares guadajireños porque no pueden vivir sin agua embotellada.
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«No poder beber del grifo ya pasó hace unos años, pero duró poco tiempo. Lo de ahora no lo esperaba», comentaba a HOY José González, de 78 años, el pasado miércoles. En la plaza del Emigrante, junto a un par de tertulianos, José conversaba de toros mientras sostenía la bicicleta con la que se mueve en este pueblo de colonización del Plan Badajoz que se fundó en 1958.
Guadajira es una de las pocas localidades extremeñas que todavía no se abastece de un embalse o una charca sino de un pozo de sondeo. En otros municipios también se bebe de pozos pero solo en situaciones de emergencia por sequía. En Guadajira, ese pozo, a pocos metros del canal de Lobón, se lleva utilizando desde hace 66 años. Su caudal anual es de 60.485 metros cúbicos. «Es que tiene mucha agua. Lo malo es que ya no es lo que era», remata González, a pocos metros de un pequeño supermercado, de la franquicia Alsara, una de las pocas tiendas de alimentación del pueblo.
El nivel de contaminación de las masas subterráneas de agua de Guadajira es muy elevado. La agricultura de regadío ha disparado los niveles de nitratos que hace que las aguas del pozo de sondeo no sean aptas para el consumo humano.
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J. M. Romero
«Se puede usted imaginar lo que es eso para una casa. Yo me gastó una media de 44 euros en agua todos los meses desde que nos dijeron que no podemos usar ni para beber ni para cocinar», relata Manuela Gigante.
Ella, como José o David Rodríguez, que trabaja en el 'Alsara', esperan que lleguen los miércoles. Ese día, un camión cargado de garrafas de agua de distinto volumen reparte en Guadajira para alivio de los vecinos. Si no se quiere esperar, hay que coger el coche e ir a comprar a pueblos del entorno.
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«Ha habido momentos en los que me han faltado las garrafas de cinco litros, sobre todo en los meses donde más calor ha hecho. Ahora solo tengo de dos litros y estoy esperando rellenar la estantería», indicaba a HOY el dependiente el pasado miércoles.
En Guadajira, en 2014, ya se vivió una alerta sanitaria por exceso de nitratos en el agua de su pozo. Pero solo duró la prohibición durante un mes. «Cuando pasó el 5 de junio del año pasado pensé que esta vez iba a durar más. Y tanto. Por eso me he tenido que poner una 'Aquaservice' en la cocina de casa», expresa Basilia Aguado, vecina de la calle Ronda Este. Tiene 55 años.
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Cuando habla de su 'Aquaservice' se refiere a una máquina dispensadora de agua. Como las que hay en las oficinas. Se rellenan con garrafas de 20 litros. «Acabo de hacer el pedido porque me he quedado sin agua ya», dice.
«Más de un vecino la tiene puesta en el pueblo. No todos pueden ir a comprar garrafas cada semana. Hay muchas personas mayores», explica Basilia. José González asiente y Manuela Gigante agrega: «Esto no de no tener agua potable es un problemón. Se puede hacer una idea lo que necesitamos para cocinar y beber», incide.
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La solución definitiva a los problemas en el suministro de agua en Guadajira pasa por un proyecto aprobado por la Junta. Tanto Guadajira como su municipio matriz, Lobón, tendrán conexión a la presa de Villar del Rey (de la que bebe Badajoz y Talavera la Real, entre otras poblaciones) a través del ramal que existe en la localidad talaverana. La obra costará 3,3 millones, pero hablar de cuándo estará lista es otro asunto.
Sergio Fernández
Alcalde de Guadajira
El alcalde guadajireño, Sergio Fernández, no se atreve a dar plazos. «Nos dicen que la obra debe estar empezada a lo largo del próximo año y quizás lista en otro año. Pero no me atrevo a asegurarlo», señala el regidor.
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La solución a corto plazo que va a poner el marcha el Ayuntamiento sí está cerrada. Es la colocación de dos depósitos de 2.000 litros de agua cada uno. Van a estar funcionando a lo largo de julio, avanza el alcalde. Dos depósitos fijos, interconectados, que contarán con filtros desnitrificadores y descalcificadores. Ahí llegará el agua del pozo y se potabilizará.
Los vecinos tomarán agua de esos depósitos, en una nave municipal. Se deben acercar a esa instalación porque no se distribuirá a través de la red general. Para los mayores y las personas con problemas de movilidad, el Ayuntamiento les llevará garrafas a sus casas una vez por semana.
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