La campaña de búsqueda de restos de víctimas de la Guerra Civil que se desarrolló la semana pasada en el cementerio de Orduña (Vizcaya) ha dado como resultado el hallazgo de 53 cuerpos, que aunque están sin identificar, se sabe que en buena parte corresponden ... a extremeños. Así se da por hecho porque en la prisión franquista de esa ciudad murieron 225 personas, casi todas procedentes de la prisión de Castuera (Badajoz), y 128 de ellas eran extremeñas (tres cacereños y el resto pacenses), según detalla el Gobierno vasco, promotor de estas exhumaciones. El listado con sus nombres y municipios de procedencia puede consultarse en www.hoy.es.
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Las exhumaciones de la semana pasada supusieron «dar continuidad a las realizadas en el año 2014 en ese mismo camposanto, cuando se rescataron los restos de 14 víctimas», explica el Gobierno vasco, cuya campaña forma parte del programa 'Búsqueda de desaparecidos de la Guerra Civil', desarrollada en convenio con la Sociedad de Ciencias Aranzadi, y con la colaboración del Ayuntamiento de Orduña.
«La documentación histórica sobre estos enterramientos y los testimonios que se han podido recoger apuntan a que los restos humanos enterrados en la zona excavada este mes pertenecen a presos que fallecieron entre febrero y junio de 1941, provenientes de la prisión central de Orduña», explica el Departamento vasco de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales. «Se sabe también –continúa– que los presos de esa época procedían de lugares alejados de Euskadi. Así, la mayoría de las personas que fallecieron estando cautivas en Orduña eran naturales de Extremadura, Andalucía, Castilla la Mancha y Cataluña». Lo que de 1939 a 1941 funcionó como cárcel en esta ciudad guipuzcoana, antes fue durante dos años un campo de concentración.
El Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos Gogora ya está contactando con los familiares de estos represaliados, muchos de ellos extremeños. Lo hace para mantenerles al tanto del trabajo que se está haciendo en Orduña y para pedirles ayuda en las labores de identificación a realizar una vez acaben las exhumaciones, que el pasado día 10 conoció 'in situ' la consejera vasca de Empleo y Políticas Sociales.
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En su visita, informa el Gobierno vasco, «Beatriz Artolazabal solicitó a las familias de las víctimas, tanto del campo de concentración como de la prisión central de Orduña, que se pongan en contacto con el Instituto Gogora, para que se pueda iniciar el proceso de toma de muestras genéticas que podría culminar en la identificación de los restos». Con este objetivo se ha habilitado el número de teléfono 944 032 845. Gogora tiene contacto con 36 familias de víctimas y cuenta ya con 17 muestras de ADN.
Los últimos trabajos de excavación y exhumación en el cementerio de Orduña han permitido constatar que puede haber más restos, si bien habrá que esperar para poder excavarlos, al estar situados debajo de nichos. De hecho para poder buscar en la zona actual, el Ayuntamiento de Orduña tuvo que trasladar algunos enterramientos.
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«Esperamos –declaró Artolazabal el pasado domingo– que a partir de las pruebas genéticas que se realizarán a estos 53 nuevos restos exhumados, podamos identificarlos y dar respuesta a las familias que siguen buscando a sus seres queridos y puedan cerrar el ciclo del duelo familiar».
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