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A. B. Hernández
Martes, 17 de diciembre 2024, 12:42
Marcelino M. M., de 70 años, acusado de matar a otro hombre de un disparo el pasado 30 de octubre en la localidad de Mohedas de Granadilla (834 habitantes), falleció a primera hora del pasado domingo en la cárcel de Cáceres, donde ... se encontraba desde el 2 de noviembre. La titular del Juzgado número 5 de Plasencia, que asumió la instrucción de la causa por el crimen ocurrido, decretó para él prisión provisional comunicada y sin fianza tras tomarle declaración ese día.
El acusado de matar a José Luis B. A., de 60 años y vecino también de Mohedas, se quitó la vida el pasado 15 precipitándose por el hueco de una escalera de la cárcel desde una altura de unos 10 metros. Fuentes penitenciarias indican que en el momento en que se descubrió su cadáver se dio aviso al juzgado y se puso en marcha «una información previa interna dentro de la institución para analizar las causas como determina el protocolo».
Su cadáver fue llevado hasta el Instituto Anatómico Forense donde se le practicó la autopsia; posteriormente ha sido incinerado y las cenizas entregas a su familia. El juzgado placentino que instruía la causa por el crimen la ha archivado y el número 1 de Cáceres ha abierto diligencias para determinar las causas de la muerte.
«La información que tenemos es que se ha tratado de un suicidio, porque era una persona arrepentida. Él estaba ofuscado por las malas relaciones que tenía con tres miembros de la asociación de cazadores, uno de ellos al que disparó, porque se sentía humillado y despreciado constante por ellos», dice su abogado, Ángel Luis Aparicio.
No obstante, su muerte ha generado sorpresa. «Yo estuve con él días antes del domingo y no noté nada que me hiciera pensar que se podía suicidar, como tampoco lo observaron los médicos forenses que también le habían visitado», añade el letrado. De hecho, «Marcelino había pedido a su familia que le llevara una sudadera con capucha a la cárcel por el frío que está haciendo» y, en estos momentos, en el marco de instrucción abierta por el delito de asesinato por el que se le investigaba, «se estaba a la espera de un informe que determinara si lo que hizo fue o no premeditado».
Cabe recordar que, según contaron entonces a HOY vecinos de Mohedas de Granadilla, Marcelo vigilaba con su coche el puesto de aceitunas donde ocurrió la tragedia, en las instalaciones de una empresa ubicada en la carretera de La Pesga. Lo hizo, de hecho, al otro lado de la vía. «Yo fui a por mis cabras, que las tenía en la parcela, sobre las cuatro y media o cinco de la tarde, y le vi dentro de su coche», contó a este diario Florinda Alonso, una de las vecinas de Mohedas a la que la Guardia Civil tomó declaración tras el terrible suceso.
«Cuando bajaba de la parcela con mis cabras», continúa Florinda, «y crucé la carretera, el coche ya no estaba en el mismo sitio, había entrado en el recinto del puesto de aceitunas; escuché un disparo y después vi al hombre subir al coche con una escopeta en la mano y abandonar el lugar», relató también Florinda.
«Lo único claro ahora es que hay dos familias destrozadas por este trágico suceso», concluye Ángel Luis Aparicio.
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