Una huida de cinco días entre dehesas

Una persona que pasaba cerca del cruce de Alconchel y Táliga llamó a la Guardia Civil y avisó que el hombre que había huido de Jerez podía ser el que acababa de ver por la carretera. Alertados agentes del puesto de Villanueva del Fresno, se acercaron y efectivamente verificaron que era Fernando Barroso Sánchez, de 53 años, el hombre buscado por tierra y por aire con un despliegue inusitado de la Benemérita que extrañó a muchos jerezanos la semana pasada.

«El dispositivo de búsqueda (unos 50 agentes pateando fincas y un helicóptero de apoyo) era el oportuno para un caso como este», dicen a HOY fuentes de la investigación.

«Estábamos buscando a un fugitivo que iba con un arma de fuego, que no se olvide», remarcan. Menguó el dispositivo una vez descubierta la escopeta el jueves pasado. Entre el material intervenido al autor de los disparos se han contabilizado 113 cartuchos.

Entre las ocho de la tarde-noche de hace justo una semana, cuando se dio la voz de alarma, y las primeras luces del domingo, Fernando estuvo caminando por fincas nada extrañas para él. Su vida profesional ha estado centrada en el desbroce y limpieza de fincas con maquinaria propia.

«No era una persona que no supìera por donde caminaba en los últimos días. Por su trabajo, conocía muy bien el término de Jerez, el de Oliva, el de Zahínos, seguramente también el de Higuera de Vargas», agrega un jerezano a este diario. «Ese conocimiento le ha hecho saber por dónde se andaba en gran medida», añade este testimonio.

Hasta el miércoles por la noche o jueves por la mañana se sabe que se movió con su coche, un Nissan Terrano gris que fue localizado con la escopeta que disparó en su interior.

En el coche abandonado en la dehesa no había rastro suyo, ni tampoco de su móvil, al que sus hijos, por cierto, mandaron varios mensajes en los que pedían a su padre que se entregara.

Durmiendo en cobertizos para paja, en naves o bajo alguna encina en noches que tampoco fueron frías la pasada semana, Fernando ha declarado tras su detención que se ha alimentado de bellotas y setas para sobrevivir durante los cinco días desde que huyó de Jerez.

Familiares y amigos de Fernando organizaron una batida el pasado sábado para intentar localizarlo. Fue en los alrededores de Valle de Matamoros, al lado de Jerez. Se iba a repetir el domingo, pero llegó la noticia de que había sido encontrado y detenido. La noche dominical la pasó en los calabozos del cuartel jerezano. Ahora lo hace en la prisión de Badajoz.