El trasiego de camiones cisterna para llevar agua a municipios de Las Hurdes ha sido estampa habitual durante el último mes y medio. El incendio que recorrió pueblos de esa comarca y de Sierra de Gata entre el 17 y el 21 de mayo ... no solo quemó 11.000 hectáreas, sino que dejó sin agua, durante unos días, a localidades como Pinofranqueado. Después empezó a llover con fuerza y se acumularon cenizas en ríos, embalses y manantiales, haciendo imposible el uso del agua que cayó.
Publicidad
En un primer momento todo resultó complicado. Fue necesario incluso una potabilizadora portátil para que esa agua no apta para el consumo lo fuera. Es lo que pasó en Pinofranqueado (1.680 vecinos, el municipio más habitado de Las Hurdes).
La Diputación de Cáceres explica ahora que hubo que hacer una actuación de emergencia en Pinofranqueado y en sus alquerías debido a la cantidad de cenizas acumuladas en el agua embalsada en la presa construida sobre el río Los Ángeles, de la que se abastecen.
«Hemos tenido camión cisterna durante mes y medio, y hemos usado la planta portátil de ósmosis, que ya no es necesaria pero que seguramente la mantendremos», relata el alcalde, José Luis Azabal.
Noticia Relacionada
Celestino J. Vinagre
Las plantas de tratamiento de agua por ósmosis inversa son utilizadas para obtener la desmineralización del agua con alto contenido en sales, como el agua de ríos. Y es lo que se ha hecho en Pinofranqueado. «Teníamos agua suficiente en la presa, pero no era potable. Por eso hemos garantizado el suministro a los vecinos en una parte con los camiones y en otra tratando el agua en esa planta portátil. Así hemos podido salvar una situación complicada», remata Azabal. Especialmente en el propio núcleo de Pinofranqueado y en sus alquerías Sauceda y Mesegal.
Publicidad
También han acudido camiones cisterna a Casar de Palomero (1.036 habitantes). Allí beben de una toma directa al río Los Ángeles, uno de los más espectaculares de la región y con privilegiadas zonas de baños.
«Tras empezar a llover a finales de mayo el suministro de agua corriente era imposible. El agua salía negra por las cenizas. Hubo que buscar una situación de emergencia. Afortunadamente, esa agua del río en nuestra zona está bastante mejor y con el tratamiento posterior es ya potable. Pero nos esperan, me temo, unos meses próximos igualmente complicados», indica su alcalde, Óscar Fernández. «Esas tomas se atascarán por la acumulación de sedimentos y habrá que cambiarlas con frecuencia. Cada cambio cuesta 15.000 euros», indica.
Publicidad
La Diputación Provincial de Cáceres, además, ha licitado obras urgentes en Ladrillar (para su pedanía Riomalo de Arriba) para un pozo de sondeo e instalaciones anexas que complementen la aportación de caudal de agua necesario al depósito municipal. El objetivo es conseguir «el abastecimiento óptimo a la población».
«Todavía no se ha hecho la obra pero al menos nuestros manantiales, que es de donde bebemos, están bien. Nuestras captaciones son aptas pero hay que tener cubiertas las espaldas porque los efectos del fuego sobre el abastecimiento de agua siguen y seguirán», dice el alcalde de Ladrillar, Santiago Domínguez.
Publicidad
En otros municipios cacereños, los problemas en el suministro surgieron por el impacto de la borrasca Efraín de diciembre pasado. Para dar solución, la Diputación cacereña ha acometido obras urgentes en las depuradoras de Logrosán y Madrigalejo consistentes en la reparación de los desperfectos causados en las bombas y otros elementos a consecuencia de las inundaciones de diciembre. En este caso, el importe de la inversión ha sido de 21.000 euros.
Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.