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La identificación del cuerpo hallado cerca de Garlitos puede tardar semanasGarlitos espera una respuesta, pero todavía puede tardar en llegar varias semanas. Incluso más. Lo confirma el alcalde de esta pequeña localidad de poco más de 500 habitantes situada al este de la provincia de Badajoz días después de que fuese localizado el cadáver de un hombre ... a pocos kilómetros de esta población.
Es allí donde residía Juan Carlos Olalla, el vecino al que se le perdió la pista el pasado 7 de enero cuando salió a pasear con su pareja y otro amigo en una zona de sierra situada entre Sancti-Spíritus y Siruela, dos localidades próxima a Garlitos.
Por lo que se supo el 25 de enero, el día que fue presentada la denuncia por desaparición, la pareja de Juan Carlos y el amigo regresaron al pueblo pero él no lo hizo. Sin embargo, quienes lo acompañaban ese día pensaron en un primer momento que terminaría volviendo y no dieron la voz de alarma hasta 18 días de más tarde.
Fue entonces cuando se planificó un dispositivo de búsqueda en el que participaron los perros de rastreo de la Guardia Civil. Revisaron la zona en la que se le perdió el rastro pero no encontraron ninguna pista que condujera a él.
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Evaristo Fdez. de Vega
Juan Carlos era vecino de Garlitos aunque pasaba temporadas en el Risco (Badajoz), una pequeña localidad de 122 habitantes en la que residía su pareja. En el momento de su desaparición tenía 46 años, medía 1,70 de estatura, tenía pelo moreno y llevaba una barba canosa.
Todos los esfuerzos por localizarlo resultaron infructuosos y en Garlitos todos confiaban en que terminaría regresando. «Por eso nos ha impactado tanto saber que ha aparecido el cadáver justo en el lugar en el que lo estuvimos buscando», reconoce José Álvaro Rodríguez, que es alcalde en Garlitos.
Reconoce el regidor que en la localidad, donde residen familiares de Juan Carlos Olalla, se vive una situación difícil desde que se tuvo conocimiento del hallazgo del cadáver. «Todo es muy extraño. Desapareció el 7 de enero pero no se comunicó hasta el día 25 y en esa zona buscaron los perros y no apareció».
Por la información que le ha llegado, el cadáver ya se encontraba en un avanzado estado de descomposición, en una situación esquelética, por lo que debe realizarse un análisis de ADN cotejando los restos hallados con los de sus familiares para saber si pertenecen al vecino desaparecido.
Esos análisis podrán realizarse después de que el padre del desaparecido y también sus dos hijos, que viven en Barcelona, hayan viajado de Garlitos para colaborar en los trabajos de identificación. Tenían la intención de permanecer en la localidad hasta que se averiguase si esos restos pertenecen a Juan Carlos Olalla, pero les han explicado que la identificación puede llevar un tiempo, por lo que es probable que regresen a Barcelona en estos días. «Nos han dicho que igual tardan dos o tres meses, es demasiado tiempo para vivir con esta incertidumbre», explica el alcalde.
Lo único seguro hasta ahora es que el domingo por la tarde un cazador que participaba en una montería localizó el cadáver en una zona de riscos, «en la superficie», y dio el aviso a la Guardia Civil para que determinara si se trataba, como a él le parecía, un esqueleto humano.
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