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La Iglesia extremeña ha hecho público un comunicado en el que pide «una acción política decidida a escala autonómica, nacional y europea que se ... enfrente a la situación de emergencia» de la despoblación. El texto firmado por los obispos de Coria-Cáceres y Plasencia, y el arzobispo de Mérida-Badajoz convoca a «que se toquen las campanas de nuestros templos el día 31 de marzo a las 13 horas y a que en las celebraciones del día antes, el domingo 30, se tenga presente esta realidad en alguna monición o en la oración de los fieles». El objetivo es «lograr una mayor sensibilización ante esta situación de los pueblos de nuestra provincia eclesiástica»
«Ante la realidad de la Extremadura vaciada, cuantos formamos parte de la Iglesia que peregrina en esta región no podemos quedar insensibles -expone el comunicado-. A nosotros, pastores de la Iglesia en Extremadura, nos preocupa la crisis del medio rural, así como los desequilibrios geográficos que amenazan con hacer inviables extensos territorios en términos sociales, económicos y demográficos, pero al mismo tiempo no hemos de levantar la guardia contra todo aquello que nos impide caminar». «Al mismo tiempo -continúa-, con esta carta pedimos, particularmente a las autoridades civiles, que tomen conciencia de lo que todo ello significa para nuestra región, y que unamos fuerzas para dar pasos, todos unidos, por pequeños que parezcan, para revertir esta situación en que nos encontramos. Es una petición que nace únicamente del amor que tenemos a nuestro pueblo».
El comunicado conjunto expone que «bastaría un simple ejercicio de lo que podemos denominar un 'análisis emocional de la realidad' para descubrir la gravedad de la situación que atraviesa nuestra región, visible en síntomas variados: en las plazas se ven pocos niños jugando; los pueblos están envejecidos, y cada vez son más las personas envejecidas en nuestras casas. De hecho, nuestras residencias de ancianos y la atención a personas muchas veces ancianas y enfermas, que viven solas en sus hogares, se están convirtiendo en una importante fuente laboral». «Otro síntoma -sigue- fácilmente constatable del vacío que sufren muchos de nuestros pueblos, sobre todo en las zonas rurales, lo palpamos dando una vuelta por sus calles, particularmente en centros históricos. Nos sobrecoge la cantidad de casas semiderruidas o letreros que anuncian que están en venta. Por otra parte, podemos apreciar que donde, no hace muchos años todavía, había bancos, panaderías, ultramarinos, zapaterías y otros comercios, apenas queda hoy rastro de actividad laboral o comercial».
«En enero de 2024, de los 388 municipios con que cuenta la región, 144 han visto aumentar su población, 231 han experimentado un descenso y en 13 la cifra se ha mantenido estable», detallan las diócesis extremeñas. «Este hecho -continúan- hace que en marzo del 2023, el INE dejase claro que Extremadura había perdido habitantes durante la última década a un ritmo de doce al día, o sea, uno cada dos horas. Según las estimaciones, la caída de población se mantendrá casi igual lo largo de los próximos diez años. Otro dato que nos parece importante señalar es que esa pérdida es especialmente dolorosa en lo que se refiere a los jóvenes. La región perdió 20.900 jóvenes de 15 a 24 años entre los años 2012 y 2022. Esto hace que el índice de envejecimiento de la población no deje de crecer en la región desde los años 80».
A todo esto, «A todo esto, hay que añadir el hecho de que la tasa de pobreza de Extremadura es la más alta de toda España, y que alcanza sobre todo a las mujeres rurales, que en muchos casos viven cuidando de sus familiares, especialmente ancianos, y se dedican a las labores domésticas, por lo que su acceso a empleo es muy limitado». «Tampoco podemos olvidar -añade la Iglesia regional- otros factores que contribuyen a nuestra Extremadura vaciada y retrasan el desarrollo de nuestra región: la escasa industria, la realidad de nuestras comunicaciones a menudo deficientes, del tren rápido que no acaba de llegar, de los nuevos megaproyectos que dañan nuestro medio ambiente y eliminan posibilidades de desarrollo, además de las pérdidas de prestaciones sanitarias, ya que no todos los días hay atención médica en los consultorios de los pueblos pequeños que comparten personal sanitario».
El texto que firman Ernesto Brotóns (Plasencia), Francisco José Rodríguez (Mérida-Badajoz) y Jesús Pulido (Coria-Cáceres) también apela a la esperanza. «Nuestro análisis, sin embargo -expone la provincia eclesiástica extremeña-, sería injusto si olvidáramos los signos de esperanza que tampoco faltan en nuestra tierra, tan rica en valores y patrimonio humano, cultural, natural: familias que llegan atraídas por la calidad de vida y la posibilidad de teletrabajo, la solidaridad que se da entre nuestras gentes, iniciativas de emprendimiento en nichos laborales ligados a la producción propia de un entorno rural, e incluso descubriendo otros nuevos».
«Todo esto nos ofrece motivos de esperanza. Una esperanza que se ve acrecentada por la calidad humana y la capacidad emprendedora de nuestras gentes. Esa esperanza nos sostiene y nos mantiene en movimiento, capacitándonos para superar la tentación de permanecer paralizados o, peor aún, de perdernos en los temores que se instalan dentro de nosotros mismos ante un futuro incierto. Como nos recuerda el Papa Francisco, la esperanza es nuestra ancla y nuestra vela, el motor que nos da fuerza para seguir adelante enfrentándonos a los desafíos siempre nuevos que se nos plantean, y para no ceder ante lo que podríamos llamar el cansancio de la esperanza».
El repique de campanas y la llamada a monición u oración en la misa del próximo domingo forman parte de las actividades organizadas con motivo del sexto aniversario del movimiento social Revuelta de la España vaciada, integrado por asociaciones de distinto signo repartidas por todo el país y que nació con la manifestación del 31 de marzo de 2019 en Madrid. El colectivo anuncia también una recogida de firmas y concentraciones. Se celebrarán tras la misa del domingo por la mañana e incluirán la lectura de manifiestos, según explica el sacerdote Eugenio Cuadrado, portavoz de Movimiento Rural Cristiano en Extremadura. Él señala también que «la provincia eclesiástica extremeña ha sido pionera, al apoyar las tres diócesis de forma unánime las acciones a desarrollar y firmar sus responsables un comunicado conjunto».
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