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Extremadura es la región con menos hornos crematorios por defunciones, según el último estudio de Panasef (Asociación Nacional de Servicios Funerarios), que detalla que hay uno por cada 1.540 residentes, la ratio más baja del país, en base a datos del año 2021.
El ... dato es coherente con una realidad que refrendan quienes están en el día a día del sector, y es que la incineración sigue siendo minoritaria en la región. «Es la opción elegida para entre el 25 y el 30% de los fallecimientos en la comunidad», detalla Fernando Yaybek, director general del Grupo Iniciativas Alcaesar (IA) que cuenta con 54 instalaciones en la región, entre hornos crematorios, velatorios y tanatorios.
Fernando Yaybek
Director general del Grupo Iniciativas Alcaesar (IA)
«Según los datos de lo que llevamos de año, la previsión es que 2023 termine con unas 900 personas incineradas entre los hornos que tenemos en Cáceres y Plasencia, cuando el año pasado fueron 840», detalla Yaybek.
«La cremación ha crecido en Extremadura a doble dígito durante algunos de los últimos años, y ahora lo hace en un dígito pero cerca de alcanzar los dos», detalla Juan José López Vivas, vicepresidente de Panasef y consejero delegado del Grupo IA, una doble posición que le permite conocer de primera la realidad nacional pero también la de Extremadura, donde hay ocho hornos crematorios. Están en Badajoz, Cáceres, Mérida, dos en Plasencia, Villanueva de la Serena, Llerena y Fregenal de la Sierra.
En la actualidad, hay proyectos para abrir un segundo en Cáceres y el primero en Almendralejo. Todos ellos tendrán que adaptarse próximamente a la nueva normativa sobre emisiones por hornos crematorios, que está actualmente en preparación.
El incremento de las incineraciones que refiere López Vivas y constata el último informe nacional de Panasef se explica por un cambio de mentalidad en las nuevas generaciones y también por el encarecimiento de los nichos en algunos municipios, debido entre otros motivos al alza de precios en los materiales de construcción.
«En la ciudad de Badajoz puede resultar unos trescientos euros más barata la incineración que la inhumación en un nicho temporal», apunta López Vivas, que aporta otro dato. «En Badajoz capital, la cremación supone ya en torno al 45%, lo que la sitúa no tan lejos de las cifras de otras ciudades españolas», detalla el vicepresidente de Panasef, que añade que «la media extremeña de incineración ronda el 30% porque en el ámbito rural tiene menos presencia». «En cualquier caso –concluye López Vivas–, no hay razones claras que expliquen las menores y mayores tasas de cremación en España, porque nos encontramos con un 80% en Sevilla y un 60% en Madrid. La tradición o la mayor presencia de las creencias religiosas no explica estos datos».
En cuanto a los servicios que se requieren tras una muerte, Fernando Yaybek destaca que «cada vez es más solicitad el servicio de cáterin y también la opción de tener una pantalla que muestre mensajes de personas que no pueden acudir presencialmente al velatorio y fotografías de la persona fallecida, como un modo de homenajearle».
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