Secciones
Servicios
Destacamos
Ayer comenzó la Feria del Libro de Plasencia, que hasta el domingo contará con la presentación de 23 autores y tiene este año un plantel ... de lujo, que abrió Javier Negrete y cerrará el domingo Jesús Sánchez Adalid con una conferencia sobre 'Plasencia en los tiempos del obispo don Bricio'. Mientras tanto, la Feria del Libro de Cáceres encara su recta final de manera trepidante con las intervenciones de Javier Cercas y Pablo Carbonell y un emocionante homenaje al añorado escritor y editor Julián Rodríguez Marcos.
Tras estas dos ferias, la semana que viene, del 4 al 8 de mayo, se celebrará la XLI Feria del Libro de Mérida, que ha descubierto el Templo de Diana como su espacio natural, un lugar funcional, bello, céntrico y comercial. Todo un acierto tras dos años funcionando muy bien en el entorno del templo. Acabando el mes de mayo, entre el 20 y el 29, se cerrará el póker de las ferias del libro extremeñas con la de Badajoz, que, como siempre, traerá a Extremadura a los autores más interesantes del año literario.
Pero todo esto es organización y programación. Lo verdaderamente interesante es cómo están respondiendo los lectores a estos 40 días de casetas, presentaciones y libros. Y es en ese punto donde el gremio de libreros, editores y autores se muestra asombrado, casi estupefacto.
La feria de Cáceres está siendo una locura, sobre todo los primeros días. Los llenos absolutos, uno tras otro, en la caseta de presentaciones no se habían visto nunca. Porque no se trata de que en la presentación de la mediática, popular y divertida Nieves Concostrina fuera imposible acceder a la carpa desde 15 minutos antes y estuvieran ocupados los pasillos central y laterales, con el público agolpándose al fondo y en las ventanas de la carpa, se trata de que los llenos en la caseta de autores se han sucedido una presentación y la siguiente, desatándose entre el público la sensación de que o cogías sitio con antelación o no podrías sentarte ni escuchar. Así que salían unos y entraban otros con rapidez para pillar silla. Un caballero comentaba que aquello le recordaba a las colas y la locura del año en que el Cáceres C.B. ascendió a la ACB. ¡Pero no era un partido, de baloncesto ni de fútbol, era literatura!
¿Qué está pasando? Las estadísticas siguen diciendo que somos la región donde menos se lee, pero, basándonos en los resultados de la Feria del Libro de Cáceres, parece todo lo contrario. ¿Es culpa de la pandemia? Hay quien sostiene que el confinamiento nos ha hecho redescubrir el placer de la lectura, nos hemos habituado a ella y ya no hay quien nos quite el vicio. Otros, más prosaicos, aseguran que la culpa es del clima: tras los días de lluvia, los cacereños tenían miedo a irse al campo, a los pueblos o a la playa, se quedaron en Cáceres el fin de semana, que salió bueno por sorpresa, y como había tantas ganas de pajonear, se echaron a la calle y, de paso, a comprar libros.
También es cierto que la Feria del Libro de Cáceres coincide con la bajada de la Virgen de la Montaña, que a su vez, hace bajar a media ciudad o a la ciudad entera a Santa María. Ese trasiego discurre por la calle Mayor provinciana y consuetudinaria, de la Cruz a la plaza, pasa por las casetas y te paras y compras. ¿Sería un milagro virginal-literario? ¿Pero por qué ha sucedido el milagro este año y otros no?
Asistimos, en fin, los cacereños, al prodigio de la compra de libros, de la escucha de autores y, se supone, de la lectura. Ahora toca comprobar si el milagro se repite en las otras tres grandes ferias. Dentro de un mes les cuento.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Descubre la fruta con melatonina que te ayudará a dormir mejor
El Diario Vasco
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.