En gran parte de la provincia de Badajoz había cundido la sensación de que el camalote que se extiende por el río Guadiana era una batalla perdida. Solo la llegada de un apoyo extra como el del Ejército podía insuflar esperanza en una lucha en la que esta planta invasora amazónica se muestra cada vez más fuerte rebrotando una y otra vez. Ese día en que llegaron los refuerzos fue ayer.
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El Ministerio de Defensa se ha implicado en la erradicación del camalote y los primeros 122 operarios de la Unidad Militar de Emergencias (UME) con base en Torrejón de Ardoz (Madrid) ya están trabajando en el río a su paso por Badajoz extrayendo esta planta invasiva que cada año aumenta su presencia desde que se detectara por primera vez en 2005. Ahora mismo la prioridad es sacar esta planta del río antes de que llegue a Portugal.
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Tanto la estrategia como los medios de la Confederación Hidrográfica del Guadiana se habían revelado insuficientes, por eso lo que queda de otoño y a lo largo del próximo invierno sus trabajadores -y los subcontratados por la empresa pública Tragsa- se verán apoyados por los militares, que tienen por delante un desafío de gran magnitud contra un enemigo vegetal de apariencia frágil cuya resistencia asombra cada año a los especialistas en botánica.
Los soldados de la UME se alojan desde la semana pasada en la base General Menacho de Bótoa y se irán dando el relevo a lo largo de los próximos meses. Ayer bajo la lluvia ya desplegaron una primera muestra de los medios mecánicos que usarán en su extracción y sacaron varias toneladas de camalote del agua. De momento, están comprobando la eficacia de la maquinaria en terreno real, ya que hasta ahora solo habían intercambiado información teórica.
A pie de misión, bajo el puente de la Autovía A-5 al que se accede por el camino de lo que los pacenses conocen como La Pesquera, junto al Brazo Jamaco, el teniente coronel del primer batallón de la UME, Esteban Roda, detalló parte de los recursos con los que cuentan. Han traído 20 vehículos ligeros, otros 20 pesados, y lo que denominan material de ingenieros, tales como cuatro retroexcavadoras y cuatro volquetes para transportar camalote, el cual se irá amontonando a pocos metros de la orilla y se dejará secar hasta que quede integrado en el entorno, una decisión que se ha tomado por economía y para evitar contagios a otros cauces.
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Además, usarán varios vehículos anfibios denominados 8x8 más ocho embarcaciones, de las cuales prácticamente todas pertenecen a la CHG, cuyo calado y eslora se consideran las más apropiadas para moverse por el Guadiana. La UME que acaba de llegar a Badajoz también cuenta con un equipo de buceo que se encargará de reconocer el fondo cuando sea preciso o recuperará material que pueda perderse durante los trabajos, los cuales serán supervisados desde el aire puntualmente por un helicóptero. Según apuntó el teniente coronel Roda, irán adaptando su manera de trabajar a lo que vayan encontrando, no hay un plan cerrado pues reconoció que no tienen experiencia previa sacando una planta invasora de un río.
La delegada del Gobierno, Yolanda García Seco, fue tajante ayer: «No se terminará el trabajo hasta que el río esté limpio de camalote». Para ello, detalló, la tarea empieza justo en la frontera con Portugal, situada a apenas un kilómetro río abajo del azud que hay en Badajoz a la altura del club de piragüismo. A continuación, se irá limpiando el río aguas arriba para erradicar esta planta que ya se ha extendido a lo largo de 176 kilómetros, dijo ayer la delegada mientras a su espalda dos grúas articuladas sacaban camalote.
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El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Samuel Moraleda, también acudió a valorar el inicio de los trabajos de la UME. Señaló que «la colaboración de la UME se ha hecho indispensable y tanto los equipos de Tragsa (en torno a 120 personas actualmente) como los de Confederación están coordinados por un responsable de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, que ha cedido parte de los equipos que usará la UME, como embarcaciones, barreras flotantes o utensilios específicos».
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«Por fin está aquí la UME», exclamó ayer la consejera de Medio ambiente de la Junta de Extremadura Begoña García Bernal. La representante del gobierno autonómico recordó que Extremadura ya demandó en febrero de 2016 la intervención del Ejército para combatir el camalote y que ha sido este Gobierno en Madrid el único que ha apostado por traer la UME al Guadiana, una unidad que hasta ahora solo había trabajado en la comunidad para colaborar en la extinción y reparación de zonas afectadas por incendios.
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