El noveno invierno más lluvioso desde 1991, con un 146% más de agua de lo normal, y una primavera en la que también se están registrando precipitaciones –fueron generalizadas en Semana Santa y se repitieron en fechas más recientes– sirven un inicio tranquilo de ... la campaña de riesgo alto de incendios forestales, que empezará en la región el próximo 1 de junio.
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La abundancia de precipitaciones propicia que el campo esté más verde y húmedo de lo normal, y en esta situación, «la experiencia nos dice que la gente suele tener más cuidado», apunta el director general de prevención y extinción de incendios. «La lluvia –explica José Antonio Bayón– ha propiciado que haya mucho combustible fino, que previsiblemente en torno a mediados de junio, es decir, un poco más tarde de lo habitual, puede estar disponible para arder, una vez que hayamos tenido una semana de calor, y sobre todo si hay viento o tenemos tormentas».
Ese combustible fino (pastos y matorral, principalmente) genera incendios que avanzan deprisa pero que en general, son más fáciles de frenar y queman espacios de menor valor medioambiental y económico. Los que afectan a masas forestales y generan más daños se alimentan del combustible grueso, que mantiene la humedad más tiempo que el fino.
A priori, esta situación hace prever una primera parte de la campaña tranquila, mientras ese combustible grueso mantengan la humedad. Pero todo está supeditado a la meteorología. Olas de calor largas y con temperaturas muy altas harían virar la situación.
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Según el balance de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Extremadura, «el trimestre diciembre-enero-febrero fue el noveno más húmedo del periodo de referencia (1991-2020) en la comunidad autónoma». «El balance de las precipitaciones acumuladas -continúa- desde octubre del año 2023 hasta febrero de 2024 fue clasificado también como húmedo. Se registraron de media 474.0 litros por metro cuadrado, siendo la referencia 318.6 litros por metro cuadrado, es decir, las precipitaciones registradas en el periodo citado han supuesto un superávit de 155.4 litros». Esa cantidad está un 149% del valor de referencia.
En cuanto a las temperaturas, la media del trimestre diciembre-enero-febrero 2022-23 fue de 10,1 grados centígrados, mientras que la media de referencia es de 8,6, lo que significa que la comunidad autónoma registró una anomalía positiva de 1.5 grados respecto al valor medio. Eso «nos permite clasificar este trimestre como muy cálido en cuanto a temperaturas», concluye la Agencia Estatal de Meteorología en Extremadura. De hecho, ese trimestre fue el segundo más cálido del periodo de referencia (1991-2020).
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