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El calor ha causado más muertes en Extremadura en lo que va de este verano que en los cuatro anteriores juntos. En total, 216. Así ... lo atestigua el Instituto de Salud Carlos III, que depende del Ministerio de Sanidad. Una de las últimas, el pasado sábado: la de un varón de más de 40 años que sufrió un golpe de calor el viernes día 12 y falleció un día después en el Hospital de Don Benito-Villanueva.
Más de un mes falta todavía para que finalice oficialmente el verano de 2022 y ya se han registrado en la región 152 muertes más a causa de las altas temperaturas que el año pasado. El sistema de monitorización de la mortalidad (MoMo) cifra en los mencionados 216 los fallecimientos que se pueden atribuir al exceso de temperatura entre el mes de junio y el pasado miércoles, 17 de agosto.
202 muertes atribuidas a las altas temperaturas suma el sistema MoMo para Extremadura en los cuatro veranos anteriores; es decir entre 2018 (62), 2019 (15), 2020 (61) y 2021 (64). El peor verano, a excepción del actual, fue el de 2017 con 122 fallecimientos
Se trata ya, por tanto, del verano con más muertes causadas por el calor de toda la serie histórica, que se remonta a 2015. Por establecer una comparación, el año pasado fueron 64 y en 2017, el segundo que más decesos se habían achacado a las altas temperaturas, murieron 122 personas en la región.
Extremadura ha sufrido este verano varios episodios de calor extremo y para el fin de semana se prevé volver a superar los 40 grados en algunos puntos de la región, aunque es cierto que las noches comienzan a ser más frescas y se espera que las mínimas bajen de los 20 grados en la mayor parte del territorio.
Especialmente complicado fue julio, con varias olas calor prácticamente consecutivas. Solo ese mes, el MoMo detalla que se produjeron 144 fallecimientos por los excesos de temperatura en Extremadura. Son más que cualquier otro verano completo desde que el Instituto Carlos III vigila las muertes a causa de las temperaturas y, por supuesto, el peor mes de toda la serie que ha monitorizada el Instituto Carlos III.
Ya en el mes de junio fueron 43 las personas que en la región perdieron la vida por el calor y en lo que va de agosto –hasta el pasado miércoles– se sumaron otras 29 defunciones por el mismo motivo.
Como es lógico, la salud de las personas mayores se resiente más con el calor. La inmensa mayoría de las 216 muertes provocadas por el calor en la región se han producido en los mayores de 65 años. El MoMo realiza una distinción por grupos de edad y cifra en 123 las defunciones atribuidas al calor entre los mayores de 85, otras 53 para la franja de edad de 75 y 84 años y 16 más entre los 65 y los 74 años. Así, casi el 90% de las muertes motivadas por el calor en Extremadura se han detectado en los mayores de 65 años. Además, el sistema de monitorización de la mortalidad del Instituto Carlos III señala que en el grupo de edad de 45 a 64 años se han registrado 16 fallecimientos; tres entre las personas de 15 a 44 años, y uno entre los menores de 14 años.
En total, las 216 muertes atribuidas al calor en la región suponen cerca del 5% del total nacional. En España, el MoMo recoge que se han producido 4.427 fallecimientos desde junio por las altas temperaturas. Pese a ello, Extremadura es la novena comunidad en el número total de defunciones relacionadas con el calor. En Madrid (1.242), Castilla y León (568) o Cataluña (513) se han registrado más fallecimientos por esta causa.
Sí ocupa la región extremeña una de las primeras posiciones en la tasa de muertes por habitante. En concreto, según los datos de población del INE, son dos decesos por cada 100 residentes en la comunidad las que el MoMo contabiliza para Extremadura. Solo en Castilla y León (2,3) y en Aragón (2,2) tienen una ratio superior. Todas son regiones de interior en las que no se produce el efecto del mar a la hora de suavizar las temperaturas. Por el contrario, en territorios como Cantabria, Murcia o Baleares apenas hay incidencia del calor como causa de muerte.
Desde que la pandemia de covid llegó a España, el MoMo ha detectado todos los años en Extremadura un exceso de mortalidad superior a las mil personas. En concreto, en 2020 fueron 1.987 las defunciones que superaron las previsiones, pero solo 61 se atribuyeron a las temperaturas –tanto al frío como al calor– y la mayoría fueron a causa del coronavirus. Un año después, en 2021, se registraron 1.068 muertes más de las previstas y el Instituto Carlos III achacó 175 a las temperaturas. Por último, en lo que llevamos de 2022 el sistema ya ha contabilizado 1.181 decesos más de los que se considerarían normales. El calor está detrás de 216 y el frío de otras 63, por lo que todavía hay otras 900 que se deben a otros motivos.
El sistema de monitorización MoMo controla las muertes que provoca la temperatura, tanto por exceso como por defecto. Es decir, también presta atención a los fallecimientos que se producen a causa del frío en los meses de invierno.
En Extremadura, una región en la que la oscilación térmica es muy elevada, murieron 63 personas a causa del frío entre diciembre de 2021 y febrero de 2022, según las estadísticas que maneja el Instituto de Salud Carlos III. De hecho, el peor mes de toda la serie histórica –desde 2015— en lo que a mortalidad atribuida a la temperatura se refiere fue enero de 2019, con 162 defunciones. En la segunda posición en la estadística se sitúa el pasado mes de julio, con 144 defunciones, que en este caso deben ser achacada al calor.
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