El contrato ya está firmado. «El martes lo hicimos», confirma Antonio Rozas, gerente de la UTE (unión temporal de empresas) que se encargará de levantar el nuevo puente en Alcántara. Sin embargo, el viaducto que liberará del tráfico al Puente Romano se ha encontrado con ... un obstáculo imprevisto: la invasión de Ucrania.
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Los proveedores de acero ya le han comunicado a la constructora que hay y habrá problemas de suministro. No solo es que ahora mismo no les puedan hacer llegar el material, es que no saben si en un futuro podrán hacerlo o no.
Antonio Rozas
Gerente de la UTE
Francisco Sánchez de león
Arquitecto del estudio AIA
El principal motivo es la guerra en Ucrania. La industria acerera del país ha quedado destruida. Los combates en las primeras semanas de este mes en la acería de Azovstal se convirtieron en un símbolo de la resistencia de la región de Mariúpol. «Buena parte del tránsito mundial del acero se produce por Rusia y Ucrania», explica Rozas, que detalla que desde la UTE no contactan directamente con las acerías y que su relación es con un suministrador en España.
Esta materia es muy importante para la obra del nuevo puente en Alcántara. El arco que sostiene la infraestructura es de acero laminado corten. «Es un material que se ha elegido porque necesita cero mantenimiento», afirma Francisco Sánchez de León, arquitecto del estudio AIA, que ha realizado el proyecto. «El acero corten no hace falta tratarlo, genera una capa de óxido que funciona como pintura y evita que progrese la corrosión hacia el interior», añade
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La escasez de acero que ya se nota en el mercado hace que desde la adjudicataria del contrato (la unión de las empresas Rover Infraestructuras, Placonsa y Sendín Pavimentos) no se atrevan a marcar una fecha para el inicio de las obras. Por eso, aunque la previsión era que estuviera terminado en 2024, tampoco se puede asegurar que el puente esté abierto al tráfico antes de 2025.
45% se ha encarecido el acero, según explica Antonio Rozas, gerente de la UTE que construirá el nuevo puente en Alcántara, citando los índices de precios de materiales de construcción que maneja el Ministerio de Movilidad y Transportes
El plazo de ejecución de los trabajos que marca el pliego es de 27 meses, por lo que un inicio inmediato supondría irse hasta agosto de 2024 en caso de no producirse más complicaciones.
El precio en el que se adjudicó la obra fue ligeramente superior a los 17 millones de euros. Ahora, el constante encarecimiento de los materiales de construcción puede complicar que los trabajos se ajusten a ese presupuesto. «Todos los materiales se han encarecido», asume Rozas, que también fue gerente de la UTE que construyó el puente 25 de abril en Badajoz, el de la ronda sur.
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En el caso del acero, tan importante para la obra del puente de Alcántara, ha habido un gran incremento del precio. «Un estudio de ANCI (Asociación Nacional de Constructores Independientes) recoge que la tonelada de acero ha pasado de costar entre 900 y 1.000 euros en enero a unos 1.450 actualmente; incluso los índices del Ministerio hablan de una subida del 45%», expone Rozas, que reconoce que buscar otros proveedores fuera de Europa puede abaratar el material pero habría que tener en cuenta el coste del transporte.
En algunas obras públicas se está optando directamente por cambiar los materiales. Un ejemplo es la piscina climatizada que se está construyendo en Badajoz, en la que las cerchas de hierro previstas para la estructura pasarán a ser vigas de madera.
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Sin embargo, en el caso del futuro puente de Alcántara no parece factible una modificación. «En este caso, el material es estructura; no sería viable el cambio», considera el arquitecto del estudio AIA.
Una de las causas que se ha tenido muy en cuenta en el diseño es la integración de la infraestructura en el entorno. «Un puente de hormigón tendría un impacto demasiado pesado», insiste Sánchez de León, que destaca que el color del acero corten funciona muy bien en entornos históricos en los que predominan los tonos del granito rubio que tiene el puente romano de Alcántara y la pizarra. «Cambiar el material lo convertiría en un proyecto totalmente diferente», concluye este arquitecto, de cuyo estudio es el puente Real de Badajoz, que también tiene acero corten en su estructura.
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