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Así hemos narrado la manita del Barça al Valencia

Tercer trimestre. El de las excursiones. Cientos de autobuses recorriendo España con adolescentes en trance. La Giralda, el Tibidabo, el Prado... Pretextos culturales. Un padre preguntando al pie del bus: «¿Qué tal la Alhambra, hijo?», y el hijo perdonando la vida: «¡Bah, como todas las ... Alhambras!». Hay excursiones que van al grano: Torremolinos, Benidorm o Palma de Mallorca. En esos destinos, el profesor se convierte en el negociador: pasa la tarde en el vestíbulo del hotel atendiendo a comerciales de discotecas. Primero el de la Metropolitan, después el de la Parthenon y el trato se cierra con el de la Lucifer, que ofrece autobús y entrada gratis, dos refrescos por el precio de uno y bufé libre de perritos calientes. Los ignorantes creen que los profes que van de excursión son vividores que viajan de balde. Se nota que no han estado nunca a cargo de 120 adolescentes desbocados, vigilando a todas horas, espantando a moscones, camellos y canallas.

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