Dudo… No sé si recomendarles que le echen un vistazo al TikTok de sus hijos. Si son padres, yo creo que lo mejor es que ... se abstengan. Si son madres, quizás lo sobrelleven. Sea como fuere, ahí los tienen, mostrando al mundo sus cuerpos en todo su esplendor, componiendo posturas que recuerdan a las páginas de huecograbado de aquella revista de nuestra adolescencia que se llamaba Diez Minutos. Adiviné la sexualización que se avecinaba cuando escuché hace años, en un pasillo de mi instituto, a una niña de 1º de ESO preguntarle a sus amigas: «¿Estoy sexi?».

Publicidad

En Instagram y TikTok, el atractivo sexual es la nueva ley del mercado: te veo, me ves y cuantas más visualizaciones consigo, más satisfecho me siento. Esa desinhibición sexual en redes ha creado una nueva clasificación social que separa a quienes sacan provecho de su cuerpo de los que no. Y no se trata de teorías retorcidas. Basta con coger su móvil, entrar en TikTok, teclear el nombre de sus hijos y les asombrarán sus desinhibidas poses. ¿Estoy sexi?

Iban Jablonka, un sociólogo francés, asegura que las mujeres de hoy se parecen a sus madres, pero los hombres somos todavía como nuestros abuelos. Cuando vemos a nuestros hijos en bañador bailando como pollos sin cabeza en TikTok, nos bloqueamos y no sabemos cómo reaccionar. Las madres respiran tres veces y escriben un comentario de apoyo y admiración. A los hombres, la sexualización familiar en las redes nos provoca desajustes, angustia e incomprensión. Dicen que nos estamos descolgando del paso al que avanza la historia mientras que la modernidad política la encarnan nuestras mujeres. Se llama nueva masculinidad, pero es todo lío y confusión. ¿Estoy sexi?

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.

Publicidad