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Tras una época de despendole comunicativo, la prudencia, esa gran virtud, ha regresado a los mensajes. Llevábamos tres lustros de desmadre conectivo y efusiones descontroladas, ... pero se acabó. 2025 será recordado como el año en que recuperamos la disciplina transmisora y abandonamos el caos, el lío y la burundanga mensajera. En 2009, se creó WhatsApp y a finales de 2025 seremos 3.140 millones contando nuestra vida por teléfono. Twitter lleva dando disgustos desde 2006. Lo compró Musk, lo llamó X y bajó de 611 millones de clientes a 588. Pero ahí sigue, accesible y peligroso.

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